Por Camila de la Fuente
Fotografía: Camila Correa / ARCHIVO ANCCOM, Valentina Gomez

Cada 27 horas se registró un crimen de género en el país, según el informe de La Casa del Encuentro. Las especialistas Claudia Pekar y Raquel Vivanco alertan sobre la desidia del gobierno, que redujo programas, eliminó el Ministerio de las Mujeres e impulsa la derogación de la figura legal del femicidio.

En los dos primeros meses del año se registraron 55 femicidios y femicidios vinculados de mujeres y niñas, y 1 de un varón adulto, según el nuevo informe del Observatorio de Femicidios en Argentina “Adriana Marisel Zambrano”, dirigido por La Casa del Encuentro. De las víctimas, 51 hijas e hijos quedaron sin madre, el 55% de ellos menores de edad. Además, el 59% de los agresores eran pareja o expareja, y el 68% de las mujeres fueron asesinadas en su hogar. Buenos Aires sigue siendo la provincia con más casos (24), seguida por Santa Fe (9), Mendoza y Chaco (4).
“Lamentablemente esta cifra ­–que con mínimas diferencias se repite años tras año–, no sorprende a quienes trabajamos en violencia de género, porque sabemos que esta problemática está muy enraizada en nuestra sociedad. El femicidio es la expresión más violenta de la violencia física, pero es sólo una de los tipos en que se despliega la violencia machista, además de la violencia sexual, psicológica, económica patrimonial, simbólica y política”, señala Claudia Pekar, abogada especializada en género, voluntaria en la Casa del Encuentro y cofundadora de Generando Consultora.
Ante la falta de cifras oficiales, los datos recopilados mensualmente por distintos observatorios evidencian que los femicidios son una realidad innegable, a pesar de la postura del gobierno de Javier Milei. Raquel Vivanco, directora general y fundadora del Observatorio “Ahora Que Sí Nos Ven”, que también publicó su informe sobre femicidios, menciona que en lo que va del año se registró un femicidio cada 27 horas. Al respecto, afirma: “Los femicidios son la punta del iceberg de la violencia de género. Por eso, el término femicidio tiene una dimensión política, utilizada para denunciar y visibilizar la gravedad de la violencia machista'».
Dicha tipificación, impulsada por la Casa del Encuentro, fue incorporada como agravante del homicidio en 2012 gracias a la lucha del movimiento feminista, que logró instalar un cambio de paradigma. “’El inciso 12 del artículo 80 del Código Penal incorpora el femicidio vinculado, que ocurre cuando se mata a alguien cercano a la mujer –hijos, madre, nueva pareja– con el objetivo de hacerla sufrir, o cuando alguien es asesinado al interponerse para defenderla'», explica Pekar.

«Ser mujeres o personas LGBTIQNB+ no implica ningún privilegio; por el contrario, somos asesinades por nuestra identidad. La tipificación del femicidio, la Ley de Identidad de Género y el Cupo Laboral Travesti Trans no son un ‘curro’, sino herramientas fundamentales para proteger a colectivos históricamente vulnerados, cuya implementación es responsabilidad del Estado», afirma Vivanco.
Sobre esto, Pekar apunta que si bien vivimos en una sociedad violenta, la violencia de género es un fenómeno específico y sistemático, cuya tipificación en el Código Penal responde a su frecuencia y a su arraigo en un patrón cultural. «La reforma del artículo 80 amplió el alcance de la pena más grave, la prisión perpetua, para incluir a exparejas y relaciones sin convivencia, antes excluidas. No se trata de negar otras violencias, sino de reconocer que el femicidio es un problema mundial, con cifras alarmantes en países como México, que registra diez casos diarios”.
Y agrega: “Argentina asumió compromisos internacionales al firmar la Convención CEDAW en 1979 y la de Belém do Pará en 1994, que exigen erradicar, sancionar y prevenir la violencia contra las mujeres. La tipificación del feminicidio y la Ley 26.485 responden a esos acuerdos, traducidos en políticas nacionales para combatir esta problemática».
Si bien desde el Observatorio informan que las estadísticas de femicidios se han mantenido a lo largo de los años, lo que vemos es que la violencia hacia mujeres y diversidades se profundiza en contextos adversos como el actual. “La negación de su existencia, sumada al desmantelamiento y desfinanciamiento de los espacios estatales destinados a la protección, asistencia y prevención, pone en peligro constante a mujeres, niñas, niños, adolescentes y diversidades, exponiéndolos a las distintas violencias tipificadas en la ley 26.485”, advierten desde La Casa del Encuentro. En esa línea, Vivanco subraya: “El desempleo creciente y el ajuste económico llevado adelante por Milei impactan especialmente en mujeres y diversidades, que muchas veces no cuentan con los recursos necesarios para salir de situaciones de violencia. La falta de autonomía económica es determinante para pensarnos libres de todo tipo de violencia”.

Una de las políticas que intentaba abordar esta necesidad, aunque de manera limitada, era el plan Acompañar. Este programa otorgaba un subsidio equivalente a un salario mínimo durante seis meses a mujeres y disidencias en situación de violencia, permitiéndoles encontrar un camino hacia la autonomía. “Muchas mujeres no pueden irse de sus casas porque no tienen recursos, ya que una de las formas de violencia es la económica-patrimonial. El Estado, al menos, reconocía esa necesidad. Ahora, las solicitudes aprobadas han caído drásticamente en comparación con gestiones anteriores”, sostiene Pekar.

Además, advierte que la consecuencia inmediata del desfinanciamiento y desmantelamiento de políticas de género es la falta de recursos y espacios de asistencia. “La eliminación del Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad refleja la poca importancia que este gobierno le da a la violencia de género. Se han reducido dispositivos clave como la línea 144, que funciona las 24 horas brindando contención y asesoramiento, pero con menos operadores tras los despidos”.

Más allá del recorte de políticas, Claudia también alerta sobre el impacto de los discursos negacionistas y de odio que se han fortalecido con este gobierno. “No solo se desfinancian programas, sino que se instalan discursos que minimizan la violencia de género y refuerzan la homofobia y la lesbofobia. Ya hubo varias víctimas de crímenes de odio en lo que va de 2024 y comienzos de 2025, y esto es parte de ese contexto”.

En contraste, la abogada destaca la labor crucial de organizaciones como la Casa del Encuentro, que lleva más de 20 años brindando asistencia integral y gratuita a mujeres en situación de violencia, sin importar su ubicación. “Además de la atención presencial en la Ciudad de Buenos Aires, la Casa del Encuentro ofrece apoyo a través de llamadas y encuentros virtuales, brindando recursos a mujeres que no saben qué hacer, por dónde empezar ni qué derechos tienen».

Vivanco subraya que frente al odio y la crueldad del gobierno de Milei, la respuesta debe ser colectiva, y que la solidaridad es nuestra principal herramienta. «Le oponemos a este proyecto deshumanizante, un proyecto de vida y de felicidad. Este 8M paramos y volvemos a las calles para defender nuestras conquistas y afirmar que nuestras vidas tienen valor.», concluye.