Los jubilados volvieron a manifestarse frente al PAMI ante el anuncio del Gobierno de Javier Milei de que quitará el beneficio de los medicamentos gratuitos a quienes cobran más del monto equivalente a un haber mínimo y medio. Otra vez hubo hostilidad policial.
Los jubilados se movilizaron ayer desde la sede del PAMI, en el centro porteño, hasta el Congreso de la Nación, donde fueron reprimidos por la Policía de la Ciudad, en reclamo de la restitución del 100 por ciento de la cobertura en medicamentos.
La movilización estuvo encabezada por el Plenario de Trabajadores Jubilados y la agrupación Jubilados Insurgentes, con el acompañamiento de militantes y dirigentes del Frente de Izquierda.
“Llegamos a un punto en que tenemos que elegir entre comer o comprar los medicamentos. Este gobierno, con su política de indigencia, ajusta cada vez más a los jubilados. Nosotros no somos la casta, Milei dijo que la casta debía pagar el ajuste”, afirmó Alicia Paz, de la Agrupación de Jubilados Clasistas.
Otro miembro de la agrupación, Antonio Massimilla, criticó a la Confederación General del Trabajo (CGT) y a otras organizaciones que no acompañaron la marcha: “La CGT ya tendría que haber manifestado su apoyo y hacer un paro general. No podés tener a un jubilado con 300 mil de mínima, ni hablar si tiene que alquilar. ¿Y para comer, cómo hace?”.
Durante la protesta, la Policía porteña intentó reprimir a los manifestantes, lo que generó empujones e insultos, aunque sin mayores consecuencias. “Estábamos tranquilos, expresándonos en democracia, pero ellos vienen a provocar. Es una vergüenza que repriman a gente mayor”, señaló una jubilada que prefirió permanecer en el anonimato.
“De alguna manera, el protocolo que está vigente vulnera el derecho a la protesta y la posibilidad de la libertad de asociación y de expresión. En ese sentido, es un hecho más que se suma luego de la implementación de ese protocolo, ya hace un año. Es algo que venimos denunciando consecutivamente en nuestros informes”, señaló FedericoSchmeigel, representante de la Comisión Provincial por la Memoria, durante la movilización.
En el último año, los medicamentos más consumidos por las personas mayores en Argentina registraron un incremento promedio del 210,7 por ciento, superando la inflación general del período, que alcanzó el 201,5. Este panorama, agravado por la reducción de la cobertura del PAMI y el endurecimiento de los requisitos para acceder a beneficios, evidencia un retroceso significativo en los derechos de una población vulnerable, que en promedio consume cinco medicamentos mensuales.
“El daño psicológico que le produce a un jubilado pensar que no puede tener su medicamento diario genera un impacto enorme en la salud psíquica y física. Además, los medicamentos no están indicados caprichosamente, todo tiene una prescripción”, indicó Virginia Fernández, de Jubilados Insurgentes.
«El medicamento que tomo para la presión arterial siempre estuvo cubierto al 100 por ciento, pero ahora solo tiene una cobertura del 50. Lo mismo ocurre con otro que uso para el colesterol alto, que también pasó de estar completamente cubierto a tener solo el 50 por ciento de cobertura. Conozco a otros jubilados que toman más medicación y ya no cuentan con ningún medicamento con cobertura total», detalló Silvia Gabay, jubilada y militante del Partido Obrero.
“Yo tomaba diez remedios, ahora solo cuatro, bajé diez kilos porque como una vez al día. Y tengo anemia al no poder comer bien”, expresó Argentina Leyes, otra jubilada presente en la movilización. Además, compartió su dolor por la muerte de su hijo, Javier Gerez, hace 11 años: “A mi hijo lo mató la policía con una bala de goma. Lucho por justicia porque cerraron la causa y nadie fue preso. Un pajarito no lo mató, y yo soy la mamá. Voy a luchar hasta el último día”.
En 2024, el PAMI redujo el vademécum gratuito de casi 3 mil a 2 mil medicamentos, limitando el acceso a cinco mensuales para quienes perciben hasta una jubilación mínima y media. Además, el descuento en medicamentos “de uso eventual” pasó del 80 al 40 por ciento, y se endurecieron los requisitos para el subsidio social, excluyendo a jubilados con ingresos superiores al umbral o que posean ciertos bienes.
“Hay que hacer una declaración jurada para demostrar que uno no es pudiente. Como si ganar 400.000 pesos te da el carnet de pudiente, ¿no? Es decir, todos estamos en la indigencia, no tendríamos que hacer ningún trámite”, se quejó Víctor Ragonese, de Jubilados Insurgentes.
“He presentado cuatro proyectos por el tema del PAMI. Ya con la resolución anterior que habían recortado una parte de los medicamentos, habíamos pedido la interpelación a Esteban Leguízamo (director del organismo) en la Cámara de Diputados, y no fueron ni capaces de responder”, sostuvo Vanina Biasi, diputada del Frente de Izquierda.
Los proyectos proponen aumentar los haberes jubilatorios hasta alcanzar la canasta básica, financiado por impuestos a grandes fortunas y evasores, no por el IVA. También busca promover el trabajo registrado para asegurar fondos para el ANSES. Además, plantea interpelar al director del PAMI y derogar resoluciones que limitan el acceso a medicamentos gratuitos para quienes ganan más de 389.000 pesos.
Gabriel Solano, diputado del Frente de Izquierda de los Trabajadores, subrayó: “Ya no se trata de proyectos nada más, hay que luchar. Porque el Gobierno bloquea los proyectos, y cuando eventualmente se aprueban, los veta. La pelea más importante es fuera del Parlamento”.