Por Rocío Lazarte Otano
Fotografía: Florencia Bauzada / Secretaria de Cultura Vicente López

Con el objetivo de celebrar la trayectoria de la fotógrafa fallecida en junio de este año, se presenta la última exposición aprobada por ella, que incluye imágenes inéditas de su vida y obra.

La Fundación María Elena Walsh, en colaboración con la Secretaría de Cultura de Vicente López, despliega a lo largo de cuatro salas un homenaje a la fotógrafa argentina Sara Facio, que se podrá recorrer hasta el 9 de noviembre en Quinta Trabucco.

La muestra, curada por sus amigas Graciela García Romero y Silvia Mangialardi, reúne una cuidada selección de su vasta obra, poniendo en diálogo a figuras como Borges y Cortázar y revelando imágenes de su vida junto a Walsh.

En diálogo con ANCCOM, Romero y Mangialardi comparten detalles sobre el proceso de selección de fotos, la historia detrás de retratos inéditos y lo que esperan que los visitantes se lleven de la obra de una artista comprometida con capturar la esencia humana.

¿Cómo surgió la idea de la muestra?

Silvia Mangialardi: Sara estaba por cumplir 92 años y teníamos ganas de festejarlo haciendo algo especial. Justo coincidió con que a Graciela le habían propuesto desde Quinta Trabucco hacer una muestra y fue ahí que se nos ocurrió armar esta idea. Se demoró la inauguración por unos problemas eléctricos que hubo en la Quinta y en el medio de esa espera por solucionarlos falleció Sara, así que lo que iba a ser un festejo por sus 92 años se convirtió en una muestra homenaje. Igualmente llegamos a mostrarle cómo lo íbamos a presentar y nos dijo que era el mejor regalo de cumpleaños.

Graciela García Romero: Sí, además Sara sabía que era la última muestra y sentía que ésta la honraba. Cuando la vio, nos dijo que estaba orgullosa y emocionada porque además de ser un reconocimiento, tenía el plus de que lo estábamos haciendo nosotras. No es que la armó cualquier curador, sino que venía de sus amigas. La muestra es un planteo que pone en valor su obra y que, si bien ella la llegó a ver, la elección de las fotos fue nuestra. Sarita lo único que hizo fue darnos el visto bueno, como en general hacía con otras curadurías que no fueran suyas. En general, siempre fue muy respetuosa de cualquier curador que se acercaba y le proponía una idea. Nunca la escuché criticar ni tratar de cambiar nada.

¿Cómo fue el proceso de selección de las fotos?

SM: Como la obra de Sara es muy amplia, decidimos tomar algunos puntos que merecían destacarse. Hicimos una edición absolutamente acotada porque a lo largo de toda su trayectoria ha tomado fotos de muchos escritores, cantantes e incluso figuras políticas como Perón. Quisimos hacer algo del orden de lo íntimo y que fuera apropiado al espacio de Quinta Trabucco.

GGR: Para armar la muestra empezamos trabajando con los planos de la sala. Hay una que lleva el nombre del escritor Jorge Luis Borges, con lo cual fue casi obligada la idea de trabajar con las fotos que Sarita le hizo. Se nos ocurrió como una idea interesante hacer dialogar esas imágenes con las que le tomó a Julio Cortázar, por ser exponentes de distintas épocas. De hecho, cuando los visitantes entran, se encuentran con la imagen de los dos escritores sentados en el living de sus propias casas, al lado de la ventana, reflejando la idea de querer recibir a quien los visita.

¿Hay fotos inéditas en la muestra?

GGR: Sí. Mucha gente cree que son las de Borges, porque se sorprenden de verlo hablando por teléfono o dictándole a la asistente, pero en realidad las inéditas son las que aparece María Elena Walsh y la vida de ellas dos. Particularmente hay una muy especial que es del primer viaje que hacen juntas a Mar del Plata que muestra la complicidad que tenían. La imagen es picada de arriba y se ve a María Elena de joven, con un abrigo y la felicidad de ese amor que recién empieza. En ese sentido, nos pareció que estaba bien dedicar una sala al vínculo de pareja entre ellas dos y mostrar a través de los retratos casi 40 años de relación. Aunque no son de galería, se ve en esas fotos de estudio la habilidad que tenía Sara con el retrato.

SM: Además es interesante porque representa muy bien su estilo. Sara decía que ella no quería ser una paracaidista, sino que quería fotografiar lo que ella sentía, lo que estaba cerca y lo que quería. Haber podido investigar su archivo sin dudas fue toda una aventura. 

¿Qué es lo que hace única a la mirada fotográfica de Sara?

SM: Creo que hay cosas que no se pueden definir. Lo que sí puedo decir es que Sara logró hacer que su estilo sea reconocible. La no-pose, el cuidado en el laboratorio y el acercamiento a los temas son cuestiones que uno ve y sabe que son de Sara.

GGR: Se nota en sus fotos que el paisaje que le interesaba era el ser humano y buscar la esencia de la persona retratada desde un lugar estético. Ella siempre se preocupaba de que estuviera feliz y cómoda.

¿Qué enseñanzas les dejó su vínculo con Sara? 

SM:  La idea de hacer lo que uno cree que tiene que hacer y no darle importancia a lo que los demás piensen. Sara hizo siempre lo que quiso, cuándo y cómo quiso y trabajó muchísimo por los demás, pero sin preocuparse demasiado por lo que pensaran de ella.

GGR: Sara era como una flecha, desde que nació supo quién iba a ser y nada la detuvo. Por ejemplo, para llegar a este punto de mi presente tuve que atravesar varias situaciones y Sara fue la persona que más me ayudó a enfrentarme con mi destino.

¿Qué esperan que los visitantes se lleven de la exposición? 

SM: Me gustaría que se queden con la emoción de mirar el mundo desde los ojos de Sara. Que la puedan sentir a ella y su amor por la fotografía.

GGR: Yo querría que pudieran reconocer y distinguir a Sara del resto. Me gustaría que los jóvenes sobre todo se lleven la pasión, que era una característica de la vida de Sara. Ella cuando iba al estudio no lo hacía por obligación sino por la gran pasión que sentía por lo que hacía. Tanto por las fotos como por la edición, la gestión y por los libros. También me gustaría que los ayude a formarse estéticamente. Siento decirlo, pero cuando Sara llegó a tener una cámara en la mano, ya tenía una formación en la plástica como creo que ningún fotógrafo tuvo y eso se notaba en sus fotos. Por último, ojalá la muestra aporte en la pregunta por la identidad, porque Sara tenía una noción de país y un amor por la patria increíble.   

La muestra “Sara Facio: soy fotógrafa argentina” se puede visitar de manera gratuita en Quinta Trabucco (Carlos Francisco Melo 3050, Florida) de martes a sábados de 10 a 18, hasta el 9 de noviembre inclusive.