Con el impulso de organizaciones sociales y la presencia Adolfo Pérez Esquivel y Paco Olveira comenzaron los “martes por la resistencia pacífica”, una convocatoria semanal frente al exministerio de Desarrollo Social para “denunciar las injusticias, los atropellos y la violencia que ejercen los poderes de la muerte, enquistados en estas formas de gobierno”.
«Como nos enseñaron nuestras Madres de Plaza de Mayo, que cada jueves resisten en la Plaza, y como lo hacen nuestros jubilados y jubiladas todos los miércoles frente al Congreso, nosotros también decidimos reunirnos todos los martes a las 15:30 para seguir ese mismo camino de resistencia pacífica», expresó Francisco Paco Olveira, cura y miembro del grupo Opción Por Los Pobres, al inciar el primer encuentro de la Mesa Ecuménica por la Democracia, la Vida y el Bien Común, que tuvo lugar hoy frente al exministerio de Desarrollo Social.
Bajo el lema «¡Basta de hambre! ¡La vida reclama!», un grupo de organizaciones cristianas y de Derechos Humanos como el Servicio de Paz y Justicia (Serpaj), Movimiento Ecuménico por los Derechos Humanos (MEDH), Curas Villeros, Curas en Opción por las y los Pobres (COPP) entre otros, se congregaron para exigir, a través de una resistencia pacífica, respuestas ante la creciente pobreza y el hambre que afecta a miles de familias en Argentina. La convocatoria reunió a personas de todas las creencias y también a artistas que participaron con música y poesía como forma de denuncia. La convocatoria, prometen, se realizará todos los martes.
En su intervención, Olveira destacó la necesidad de unirse para «terminar con el hambre en nuestra patria». Señaló el simbolismo del lugar de la convocatoria: «Estamos frente al Ministerio de Capital Inhumano, bajo la imagen de Evita. Su rostro que mira al norte refleja la bronca, porque allí se come bien, mientras que su mirada hacia el sur expresa cariño, porque ahí están sus pobres, aquellos que hoy no tienen para comer».
Luego, el pastor Diego Mendieta, de la Pastoral Social Evangélica, reforzó este mensaje, llamando a «construir escenarios que nos convoquen» y a «estar en la calle junto al pueblo, levantando la voz». Subrayó el trabajo territorial de las organizaciones de la Mesa Ecuménica a través de merenderos y comedores, y agregó: «Necesitamos construir una diaconía profética capaz de abrazar a los débiles y sentir el dolor ajeno, pero también de denunciar las injusticias, los atropellos y la violencia que ejercen los poderes de la muerte, enquistados en estas formas de gobierno y políticas que solo buscan robar la dignidad y la felicidad a nuestro pueblo». Además, enfatizó que «no habrá paz sin justicia social, económica, ambiental y de género».
Después de la intervención de Mendieta, el encuentro continuó con la lectura del Evangelio y canciones interpretadas por el grupo La Tranquera. Finalmente, el premio Nobel de la Paz, Adolfo Pérez Esquivel, tomó la palabra: “Tenemos que unirnos en la diversidad para construir un nuevo amanecer. El pueblo argentino ha demostrado una y otra vez su capacidad de resistencia y rebeldía contra las injusticias”.
Pérez Esquivel destacó que «sin pan y sin trabajo no habrá paz», recordando que la paz no es simplemente la ausencia de conflicto, sino «una dinámica permanente de relaciones humanas, de compartir el pan y la libertad», y lamentó que en Argentina hoy esto no exista. También hizo un llamado a la ministra de Capital Humano, Sandra Pettovello, exigiendo una reunión urgente para dialogar: “Es cruel e inhumano que toneladas de alimentos estén secuestradas sin ser compartidas con el pueblo que lo necesita”.
El activista también remarcó que una verdadera democracia debe significar «derecho e igualdad para todos y todas, no solo para algunos que se enriquecen a costa de los pobres», y criticó al gobierno por priorizar los números sin considerar que detrás de ellos «hay rostros de niños, hombres y mujeres que reclaman una vida digna».
En diálogo con ANCCOM, Pérez Esquivel profundizó en su análisis sobre la crisis actual: «Que Argentina, que produce tantos alimentos, tenga niños desnutridos y jubilados que no llegan a fin de mes es el resultado de malas políticas que están destrozando el país. En el norte, les están quitando hasta el agua para favorecer a las mineras», señaló, responsabilizando a los gobernadores que, según él, «son testaferros del gran capital».
También expresó su preocupación sobre el gobierno de Javier Milei: “Lo que más me preocupa no es Milei, sino los diputados y senadores que le votaron todo y entregaron el poder, traicionando al pueblo argentino”. Y finalizó: “Necesitamos construir otras alternativas sociopolíticas, culturales y económicas».