Trabajadores de los hospitales Garrahan y Bonaparte, junto con actores sindicales, movimientos sociales, estudiantes y jubilados, marcharon al Ministerio de Economía en reclamo de salarios dignos y recomposición presupuestaria para el sector.
“El Gobierno de Milei es un asesino que está deshuesando los hospitales públicos y llenándose sus bolsillos, no lo vamos a permitir”, manifestó, con un altavoz en sus manos y arriba de un camión, junto a otros referentes, la delegada sindical del Hospital Garrahan, Nora Lezana, mientras una multitud compuesta principalmente por personal de ese establecimiento y del Bonaparte, entre cánticos alegres y aplausos de vecinos y comerciantes, marchaba ayer hacia el Ministerio de Economía de la Nación.
La movilización de los trabajadores de la salud, en medio de un nuevo paro de actividades por 48 horas, que culmina hoy, fue en reclamo de mejoras salariales –la mayoría están bajo la línea de pobreza–, presupuestarias, de recursos, y también por la continuidad del Hospital Bonaparte, especializado en salud mental y adicciones.
En el Garrahan, el hospital pediátrico más reconocido de la Argentina y la región, la medida de fuerza incluyó el funcionamiento de guardias mínimas similares a los días feriados, donde sólo se atienden urgencias. La convocatoria se inició en el hall del edificio. Allí, desde la mañana temprano, los trabajadores se reunieron y comenzaron la marcha a la cartera de Economía, a metros de la Casa Rosada, custodiados en todo momento por las motos de la Policía de la Ciudad.
Empleados de los distintos sectores del Garrahan, del Bonaparte y de otros hospitales, entre médicos de primera línea, técnicos, personal de enfermería, administrativos y de mantenimiento, con carteles, pancartas, bombos, redoblantes y trompetas, marcharon desde Parque Patricios hasta el Bajo porteño, donde la protesta terminó con una performance original “RCP a la salud pública” que se hizo viral.
La marcha contó con la presencia de diversos sectores sindicales, organizaciones sociales y centros de estudiantes de distintas facultades, que se sumaron al reclamo por el derecho a una salud pública de calidad. Al frente de la caravana, la referente de los trabajares y técnicos del Garrahan, Nora Lezana, médica especializada en diabetología, expresó: “No se puede tocar ningún hospital en la Argentina. El gobierno del presidente Milei le declaró la guerra a la salud pública y esta lucha es de todos y es una lucha justa”.
“No al cierre de hospitales” fue otra de las consignas que sonó fuerte, en referencia puntualmente al Hospital Bonaparte, lindero al Garrahan, cuyo cierre fue anunciado por el Gobierno el pasado viernes 4 de octubre pero que ayer, luego de la toma del edificio y el masivo apoyo que recibieron sus trabajadores durante el fin de semana, debió dar marcha atrás.
En lo que va del año, se trató de una más de las acciones de lucha de los trabajadores del Garrahan, hasta hoy sin respuestas a sus reclamos. Actualmente, exigen al Gobierno un monto mínimo de 1.400.000 pesos de salario básico para los profesionales de la salud y un aumento del 100 por ciento que compense la vertical suba de precios de la canasta básica. En septiembre, sólo recibieron un bono de 500.000 pesos que, según remarcaron, es claramente insuficiente.
A la marcha se unieron cientos de vecinos, entre ellos jubilados, como Ramón (87) quien dijo: “Hace años que apoyo la salud pública. Es mi obligación y deber como ciudadano acompañar al Hospital Garrahan en su lucha. El gobierno de Milei quiere cerrar hospitales como el Bonaparte y nosotros como argentinos no debemos permitírselo”. Y agregó: “Las luchas se ganan en las calles, haciendo escuchar las voces”. Mucha gente, al igual que él, se fue sumando a la movilización camino al Ministerio de Economía, todos con ganas de expresar sus sentimientos, en particular el agradecimiento a los profesionales de la salud.
La movilización llegó a su fin pasado el mediodía, frente al Palacio de Hacienda, donde las voces de los manifestantes se hicieron oír más alto, para que el ministro Luis Caputo y sus funcionarios tomen nota de la crítica situación que atraviesa la salud. Más tarde, los profesionales y técnicos del Garrahan se reunirían en asamblea para evaluar los pasos a seguir en los próximos días.
Así como por el momento el Gobierno retrocedió con el cierre del Bonaparte, todo el personal de la salud pública nacional, cuyos reclamos se han ido articulando uno tras otro, sigue aguardando soluciones a sus pedidos de salario digno y mejoras presupuestarias para poder brindar un servicio de calidad a la ciudadanía. La lucha continúa.