El Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires ordenó el desalojo de la Feria Artesanal Vuelta de Rocha, en Caminito, barrio de La Boca, que hace 40 años que funciona allí. Los 120 trabajadores afectados se niegan a abandonar el lugar y llevan adelante medidas de protesta. Enfrentamiento con los gastronómicos.
La Feria Vuelta de Rochafue desalojadapor la policía porteñael 10 de septiembre último,de madrugada, para evitar las miradas tanto de turistas como de los propios artesanos. El subsecretario de Ordenamiento Urbano, Pedro Comín Villanueva, fue quien encabezó el operativo y dispuso, de manera inconsulta, el traslado de los puestos a la plazoleta de Bomberos de La Boca, donde vecinos y organizaciones realizan distintas actividades.
“La Policía llegó con un megaoperativo. No hubo violencia física hacia nosotros, pero agarraron las cosas y las trasladaron. Lo que pensaron que eran puestos viejos o rotos se los llevaron con ellos –denunció Darío Sánchez, delegado de la Feria Artesanal–. El conflicto comenzó en junio con una iniciativa del Gobierno para modificar el espacio que ocupaba la feria, seguido de un proyecto para correrla a la plazoleta de Bomberos”.
Actualmente, la plazoleta está ocupada por puestos vacíos, mientras que los artesanos se mantienen en Vuelta de Rocha, firmes en su negativa a moverse,puesto que el traslado a una zona alejada de los turistas reduce sus ingresos, y exigen que se cumpla con la Ordenanza 46.075 de 1992, que declara a la feria de Interés Municipal.
La relocalización en la plazoleta, además, resulta en la pérdida de un espacio público para los vecinos del barrio. “En esa plaza los chicos juegan a la pelota y los grupos de murga ensayan. Están sacando la feria de su lugar para que ocupe otro que no es nuestro”, afirma Lucía, una de lasartesanas afectadas.
Los trabajadores de la feria están organizados en dos agrupaciones: la Vuelta de Rocha I, que se encarga de ella jueves y viernes, y la Vuelta de Rocha II, que la ocupa sábados y domingos. De lunes a miércoles, hasta hace menos de un mes, había una administración conjunta.
David participa de la feria de Caminito hace siete años y es responsable de la organización de la Vuelta de Rocha I. “Yo vendía cuchillos en la feria de Morón. La oportunidad que me dio Caminito fue la de ampliar el rubro. Además de cuchillos, estaba haciendo tallado de madera, y me especializaba en mates”. Ante la imposibilidad de continuar trabajando en La Boca, tuvo que cambiar de sitio. “Ahora lo que estoy haciendo es ir a otras ferias. Volví a la plaza de Morón, donde trabajé como diez años. Ahí se vende a la gente del barrio, y las ventas bajaron desde la pandemia. Acá no, el movimiento es continuo, siempre hay gente”, comenta.
David participa de la feria de Caminito hace siete años y es responsable de la organización de la Vuelta de Rocha I.
Marta, que trabaja en Vuelta de Rocha hace 17 años, cuenta que el mismo día del desalojo los artesanos organizaron una asamblea y decidieron realizar medidas de protesta. Ante la orden del juez Gonzalo Ignacio Marconi, a cargo del Juzgado N° 11 en lo Contencioso, Administrativo y Tributario de la ciudad, de prohibir la venta de artesanías en la Vuelta, colocaron telas donde estaban los puestos, junto con fotos de los trabajadores desalojados. Otro recurso que utilizan es el “ruidazo”:una vez por hora se reúnen en el centro de la feria para hacer sonar redoblantes y bombos en señal de reclamo.
Detrás del desalojo de la histórica feria, está el impulso del Gobierno de Jorge Macri a la construcción de unos decks para un paseo gastronómico, que sumado a las instalaciones de iluminación que se están haciendo, pretenden darle al barrio una vida nocturna atractiva para los turistas. El proyecto cuenta con el visto bueno de los dueños de bares y restaurantes, quienes tienen un enfrentamiento de larga data con los artesanos. Según estos últimos, los empresarios gastronómicos ya habrían recibido un subsidio del Gobierno de la Ciudad para construir los decks.
Marta Yane, comunera y vecina, señala como problema que el turismo en el barrio esté concentrado en unos pocos. “Hay aparentemente un proyecto del Ente de Turismo porteño que está planteando remodelar La Boca, hacer toda una puesta en valor, revivir las cantinas y la vida nocturna. Pero son burbujas de turismo cerradas, que en realidad no benefician al barrio ni a los comerciantes”.
Para Yane, la solución al conflicto no va a venir desde la resistencia. “La modernización nos va a llegar queramos o no, porque estos tipos tienen todo para hacerlo. Lo que la mayoría de las organizaciones estamos pidiendo es que la modernización se haga con la gente adentro. Que las reformas no impliquen la expulsión del barrio. Ahora, si es venir a imponer desde afuera cómo debe ser el barrio donde uno vive, va a ser muy difícil”.
Según Guillermo, delegado de Feria Vuelta de Rocha, quienes impulsan esta transformación no son del barrio, no respetan su historia, ni conocen su dinámica interna. Natalia Quinto, integrante de la organización La Boca Resiste y Propone (LBRP), advierte que las reformas van en detrimento de la identidad barrial. “No quieren el histórico barrio de La Boca con una propuesta telúrica y cultural, quieren la romería gastronómica”, asegura.
Ante la falta de respuestas del Gobierno de la Ciudad, los artesanos, junto a vecinos del barrio, realizaron una asamblea con el objetivo de juntar firmas contra el traslado de la feria y la ocupación de la Plaza de Bomberos, en la cual los delegados leyeron un comunicado conjunto: “Nadie en el barrio conoce el Plan Integral Caminito. Nadie conoce las modificaciones del Código Urbanístico ni los incentivos desmedidos que están ofertando. Nadie en el barrio fue consultado sobre esta absurda decisión”, señalaron.
“Este problema que hoy nos junta a todos y a todas, no lo ocasionan las ferias, ni los artistas, ni Caminito, ni los vecinos. Este problema lo trae el jefe de Gobierno Jorge Macri, lo traen [el jefe de Gabinete] Néstor Grindetti y el ministro [de Espacio Público Ignacio Miguel] Baistrocchi, lo traen Pedro Comín, y un puñado minúsculo de cómplices que dicen ser vecinos, pero hace 40 años que ya no viven en nuestro barrio”, expresaron.
Quinto se pronunció en representación de las organizaciones: “A todos los funcionarios les decimos que el barrio de la Boca tiene 154 años de histórica tradición de lucha. Nosotros, a diferencia de Pedro Comín, pensamos que no tiene por qué dolerle a nadie, pero que si le va a doler a uno, nos va a doler a todos”.
“Abran los oídos y escuchen, porque acá sobran propuestas para arreglar lo que ustedes descomponen. Convoquen a los delegados, convoquen a la comunidad para solucionar esto –exigió–, porque no les pensamos regalar la plaza, ni las ferias, ni el arte, ni la historia, como para que la vendan como una postal estática”.