Por Matías Donoso
Fotografía: Archivo Matanza Viva

En el segundo día del juicio que investiga a siete mujeres mapuche acusadas de tomar terrenos en Villa Mascardi, declaró la machi de la comunidad. El lunes serán los alegatos.

En la segunda jornada del juicio contra mujeres de la comunidad mapuche Lafken Winkul Mapu, acusadas de usurpar un predio de alrededor de siete hectáreas en Villa Mascardi, a unos 35 kilómetros de San Carlos de Bariloche, en Río Negro, en la sede del Escuadrón 34 de Gendarmería Nacional. El juez Hugo Greca resolvió no permitir declarar a la machi Betiana Colhuan como testigo. Sin embargo, los abogados pidieron que lo hiciera bajo la figura del amicus curiae y así pudo ser escuchada su palabra. Habló sobre la importancia espiritual del cuidado del rewe que se encuentra en Villa Mascardi. “No elegimos el lugar por un negocio inmobiliario o turístico sino porque toda la vida estuvimos vinculados con ese territorio, y hoy ahí están las placentas de los hijos que parí”, declaró.

Este juicio corresponde con los sucesos ocurridos en noviembre de 2017, el desalojo policial de la comunidad mapuche Lafken Winkul Mapu por supuesta usurpación en terrenos en Villa Mascardi, San Carlos de Bariloche, a partir de la denuncia de Parques Nacionales. A pesar que durante el gobierno  de Alberto Fernández se había llegado a un acuerdo entre las partes en el que se determinó el compromiso del Estado a reconocer el rewe, lugar en el que se realizan tareas espirituales y de sanación, como sitio sagrado para esta comunidad, en el Parque Nacional Nahuel Huapi.

En la causa están imputados Yéssica Fernanda Bonnefoi, Johana Colhuan, Gonzalo Coña, Luciana Martha Jaramillo, María Isabel Nahuel, Romina Rosas y Mayra Aylén Tapia. Mientras que la machi, Betiana Colhuan, fue sobreseída en el primer día del juicio por ser menor de edad en el momento de los hechos. Uno de los primeros temas que se abordó en la jornada fue el testimonio de Colhuan. Contrario a lo que pedía la querella, el juez decidió llevar este debate de forma abierta, para que pueda ser atendido públicamente.

La defensa de la Gremial de Abogados y Abogadas de la Argentina pidió que se incorporase a Colhuan como testigo de la causa, permitiendo que la misma declarase bajo juramento y detallase los eventos ocurridos el 23 de noviembre de 2017, cuando las fuerzas policiales llevaron a cabo un gran dispositivo de desalojo en el lugar en el que se encontraba viviendo la comunidad. Para la defensa, este testimonio era esencial para la construcción de su alegato, entendiendo que era fundamental contar con los relatos de Colhuan.

La machi es la guía y sanadora del pueblo mapuche, ella se encarga de las cuestiones del espíritu de los miembros de su comunidad, además de, como es el caso particular de Colhuan, la salud de los mismos.

En tanto, la parte querellante alegó que la incorporación como testigo de Colhuan no resultaría conducente por haber sido sobreseída el día anterior por ser menor de edad durante el momento de los hechos, y por no haber sido ofrecida en tal carácter al momento de la citación al juicio.

La Fiscalía estuvo de acuerdo con el alegato de la defensa, entendiendo de todas formas los riesgos que puede implicar el testimonio bajo juramento de Colhuan al haber sido sobreseída, al implicársele todas las generalesl de la ley y por ser una de las imputadas su madre. A pesar de que entendían lo fino del límite y el extremo cuidado que se debía tener con un eventual testimonio de la machi, la Fiscalía decidió no oponerse al mismo.

A pesar de ello, el juez finalmente tomó la decisión de no permitir a Betiana Colhuan prestar testimonial bajo juramento. Pero sí determinó que la misma iba a presentarse al final de la jornada en calidad de amicus curiae, para poder explicar la cosmovisión mapuche, el rol que cumple una machi y el significado espiritual de un rewe.

Durante esta segunda jornada de juicio, declararon  nueve testigos en total, entre ellos algunos empleados del parque, efectivos policiales, y algunos miembros del grupo Albatros de la Prefectura Naval Argentina que participaron del operativo en el cual falleció Rafael Nahuel.

El relato de la machi

Betiana Colhuan hizo un emocionado relato sobre la cosmovisión mapuche. Comenzó contando en qué consiste su rol, que le fue designado por una anterior machi, Teresa Painequeo, antes de que ella naciese, y se describió como la guía espiritual de su pueblo. Ella se formó durante muchos años para poder ejercer una labor que le fue asignada, para cumplir un rol sagrado que en los últimos años “se había terminado de este lado (de la cordillera de los Andes), los machis ceremoniales fueron encarcelados y asesinados”. Ella también debe llevar a cabo las cuestiones de la salud física y espiritual de su pueblo, y contó que también se formó para ello atendiendo a la “medicina occidental” y tomando algunas prácticas convencionales para ayudar a sus compañeros. Además, explicó que en esta comunidad en particular hubo un proceso de fortalecimiento espiritual y el levantamiento de un rewe de una machi que llegó a orillas del Lago Mascardi, una ceremonia que se realizó antes incluso de que ella naciera.

 El rewe es una especie de altar sagrado en el cual cada comunidad mapuche genera un vínculo con la tierra y con sus antepasados, un lugar de suma importancia cultural. Al haber sido edificado en ese contexto, el rewe de esta comunidad en particular, también tiene propiedades de sanación, “es un lugar donde se vincula la salud de las personas”, declaró Colhuan.

Acerca del territorio de Villa Mascardi, contó que su abuelo ya había sido cuidador allí, y que se encargó de cumplir ese rol durante toda su vida. ”No somos dueño del territorio, no pretendemos serlo, esos son títulos de un Estado, nosotros lo que buscamos es tener un vínculo con esa tierra y cuidar ese espacio, protegerlo”. A su vez también comentó que su pueblo, si bien ya no está en esos terrenos, sigue teniendo el vínculo con ese espacio, estrechamente vinculado con su espiritualidad. Para la machi, “perder ese lugar es perder mi vida, si dejo ese rol voy a morirme, es mi ser, mi existencia”, y por esa razón ella sigue visitando recurrentemente ese espacio. Y por ese motivo es que también dijo que su comunidad estaba dispuesta a ceder muchas cosas, que no querían ser dueños de un título de propiedad, y que simplemente lo que querían era poder tener acceso a ese lugar.

Finalmente, y ante el apuro del juez para que haga su testimonio en sólo veinte minutos, Colhuan cerró con un emotivo relato sobre lo que ha vivido ella y su pueblo: “Una quiere ser fuerte, pero yo soy de carne y hueso, he sufrido mucha violencia por parte de la sociedad, he estado encarcelada, he estado expuesta a un montón de cosas, y voy a seguir siendo mapuche hasta el día que me muera”.

Decisiones políticas

Otra de las declaraciones más importantes de esta jornada fue la que prestó la guardaparques del Parque Nacional Nahuel Huapi, Marcia Lorena Urbinati. Ella fue la primera agente en presentarse tras el acto de recuperación de terrenos por parte de la comunidad, que se dio lugar el 14 de noviembre de 2017.

Urbinati, en un extenso relato que duró más de una hora, declaró que fue señalada por el entonces intendente  del parque Damián Mujica para que se acerque al lugar en el que, como le había avisado el cuidador de un hotel de la zona, había un grupo de personas generando ciertos disturbios.

“Me dijeron que estaban recuperando una tierra, que no se iban a ir y que estaban por llegar cientos de ellos”, comentó la guardaparques, y relató que fue acompañada del brigadista Oscar Montenegro y escoltada por un móvil policial que se quedó sobre la ruta, fuera del campo de visión del grupo para evitar cualquier tipo de conflicto. Ambos, Montenegro y el oficial que se hizo presente ese día, también declararon en la misma jornada.

Urbinati narró que en la zona encontró a un grupo de personas completamente tapados y encapuchados, con las manos en los bolsillos, y acompañados de un grupo de niños, que se alinearon en frente de ella y su compañero para recriminarles su presencia. “Me trataron de huinca genocida (término despectivo para personas que no son de la comunidad), y a él le gritaban traidor porque pertenece a otra comunidad”, señaló. Montenegro, como él mismo aclaró más tarde, es miembro de la comunidad wiritray, que tiene su territorio en cercanías de la Lafken Winkul Mapu.

Ella declaró que “mi intención era dejar que dijeran todo lo que tenían que decir y escuchar qué era lo que pretendían, para ver cómo actuar”, pero al ver que la situación empezaba a ser cada vez más violenta, tomó la decisión de retirarse del lugar sin entablar diálogo con el grupo.

A partir de ese suceso, según narró Urbinati, la situación se fue volviendo cada vez más compleja, y “cambió la realidad del lugar”. Narró otros hechos de violencia sufridos, y dijo que ella en lo posible trataba de evitar pasar por ese espacio si no era necesario, pero que recurrentemente tenía que hacerlo porque en esa zona se abastecían de combustible, había lugares de uso público como campamentos educativos y también vivían otros vecinos. También comentó que se vio obligada a retirar todo el ploteo de los vehículos oficiales y a no utilizar su uniforme “para no ser identificada”.

“Mi impresión es que estaba el lugar tomado”, comentó también Urbinati, explicando que en ocasiones la agrupación hacía uso de la ruta, que a veces la deshabilitaban, y que incluso cortaban el suministro de energía. Sobre este último hecho, sin embargo, fue consultado un empleado de la Cooperativa de Electricidad Bariloche, que fue el encargado de ir al lugar a solucionar uno de los tantos problemas eléctricos que se narraron, y si bien declaró que no lo dejaron pasar con todo el equipo que había llevado ni con las otras tres personas que lo acompañaban, pudo acercarse y determinar que había un cable cortado. Cuando se le consultó si sabía que había provocado el corte, declaró simplemente que podía haberse debido a árboles o ramas que caen sobre las líneas con frecuencia.

Por su parte, Montenegro también declaró, y comentó que si bien no forma parte de muchas de las costumbres de su pueblo porque se alejó de la mayoría de ellas, fue instruido por su comunidad para ser parte querellante de la causa por “decisiones políticas de las que no participo”. Aclaró también que, a diferencia de su ya fallecida hermana, él no es autoridad wiritray, y que ni siquiera puede hablar el idioma, sólo entender algunas frases.

El lunes 30 de septiembre será la tercera y última jornada, en la que se conocerán los alegatos finales, pero la sentencia del juez Hugo Greca podría ser emitida a posteriori y por Internet.