Por Alejo Porjolovsky
Fotografía: ARCHIVO TELAM

La Corte ratificó el fallo que condena a Enrique Mathov y Rubén Santos por los asesinatos de los manifestantes del 19 y 20 de diciembre de 2001. Por primera vez irán presos responsables políticos de una represión. ¿Mensaje para Bullrich? Habla la viuda de una de las víctimas.

A casi 23 años de la represión policial del 19 y 20 de diciembre de 2001, la Corte Suprema de Justicia confirmó las condenas del entonces secretario de Seguridad Enríque Mathov y Rubén Santos, jefe de la Policía Federal, dos de los máximos responsables políticos de los asesinatos de manifestantes que reclamaron en las calles contra el gobierno de Fernando De la Rúa. Pocas horas después, ambos ex funcionarios quedaron detenidos en el Hospital Central Penitenciario de Ezeiza. ANCCOM habló con María Arena, la viuda de una de las víctimas, quien considera que ese fallo es histórico porque nunca antes hubo responsables políticos presos por reprimir la protesta social.

A más de ocho años de que la Justicia condenara en primera instancia a los responsables de la represión policial del 19 y 20 de diciembre de 2001, la Corte Suprema dejó firmes las sentencias. Esto significa que ambos funcionarios encontrados culpables cumplirán su pena tras las rejas, salvo que obtengan el beneficio del arresto domiciliario.

En medio del regreso de la represión de las protestas sociales, con las fuerzas de seguridad que golpean a jubilados y gasean a niñas de 10 años, el máximo tribunal del país mantuvo la pena de 4 años y 3 meses de prisión para el exsecretario de Seguridad Interior del gobierno de Fernando de la Rúa, Enríque Mathov; y del entonces jefe de la Policía Federal Argentina, Rubén Santos, a 3 años y 6 meses de cárcel. 

Las condenas fueron por los crímenes de tres de las personas que habían salido a las calles de la Ciudad de Buenos Aires para reclamar contra el gobierno de la Alianza, que horas después terminaría con la renuncia del entonces presidente y su salida en helicóptero de la Casa Rosada.

Aquellas víctimas de la brutal represión fueron Diego Lamagna, Carlos Almirón y Gastón Riva. Todos ellos, con diferentes orígenes e historias de vida, salieron de sus casas para protestar contra un gobierno que había agravado la crisis económica y social, que había comenzado en la década del 90 con el menemismo, y tenía al país atrapado en niveles de pobreza y desempleo altísimo.

A más de dos décadas, María Arena aún recuerda todo como si hubiese sido ayer. Ella estaba casada con Riva, uno de tantos jóvenes que vio las imágenes de la Policía avanzando contra los manifestantes y decidió acercarse a participar y, en un gesto de solidaridad, ayudar con su moto a quienes habían quedado envueltos en los gases lacrimógenos. Nunca volvió a su casa. Lo que llegó después fue hacerse cargo de tres hijos que habían perdido a su padre, y también motorizar una lucha en calles y tribunales para que la muerte de su compañero no quedara impune. Tanto tiempo después, la condena de Mathov y Santos demuestra que aquel derrotero no fue en vano.

“Cuando pusieron la fecha para el juicio yo creía que nunca iban a ir presos. Sobre todo que hace cuatro años fue la condena”, sostiene la mujer en relación al fallo de la Cámara Federal de Casación Penal, que en junio de 2020 había confirmado las sentencias emitidas por el Tribunal Oral Federal Nº 6. “Durante todos estos años vivimos distintas situaciones, incluso la resignación. Suena horrible, pero es que pasaron 23 años, mucho tiempo. Aún así, nunca perdimos la esperanza, pero no pensamos que de sopetón iba a llegar la decisión de la Corte, que estuvo todos estos años sin expedirse”, revela. La resolución del máximo tribunal no solo significa la confirmación definitiva de las penas para los responsables, sino también que ambos deberán cumplir sus sentencias tras las rejas, un hecho inédito para Argentina y la región, donde los funcionarios responsables de este tipo de hechos suelen salir impunes.

“Nunca pensé que iban a cumplir efectivamente las sentencias. Vamos a ver por cuánto tiempo, porque Mathov tiene edad para pedir prisión domiciliaria, pero lo cierto es que lo detuvieron y van a hacer lo mismo con Santos cuando regrese de España”, sostiene Arena, que es locutora y productora periodística. (N.d.R: al momento de la entrevista, el extitular de la Policía Federal ya se entregó y está detenido junto a Mathov en Ezeiza). “La sensación es un poco rara. En tantos años una va pensando, sufriendo, desilusionándose, teniendo esperanza, pasan tantas cosas. Igualmente, no deja de ser un día histórico, porque no existía condena a responsables de una represión en democracia”, apunta.

A pesar del alivio de que tras tantos años de lucha se haya llegado a una condena, a los familiares de las víctimas les queda una sensación agridulce, ya que la primera plana de la política -con el expresidente a la cabeza- salieron indemnes por la letal represión de diciembre de 2001. “Lamentablemente, nunca se llevó a juicio a Fernando de la Rúa. Se murió totalmente impune y esa es una espina que te queda, aunque yo creo que la condena social es fundamental y no creo que haya mucha gente que pueda defenderlo”, asegura. Pasaron más de dos décadas pero Arena tiene la memoria intacta. “Aun así, no me olvido de algunos radicales que en su momento firmaron una solicitada en el diario La Nación defendiendo a Mathov”.

Atención Bullrich

Un detalle del fallo de la Corte es que llegó en un momento en el que la represión policial volvió a ser una tendencia de las últimas manifestaciones populares. Docentes, jubilados, movimientos sociales e, incluso, hasta niñas de 10 años han sido víctimas de la acción de las fuerzas de seguridad lideradas por la ministra Patricia Bullrich, otrora integrante del gabinete de la Alianza a principios de este siglo. “La historia es cíclica. Sobre todo si el Poder Judicial tarda 23 años en poner preso a un tipo que mandó a matar gente. Inclusive, todavía hay juicios a los genocidas de la última dictadura habiendo pasado ya 40 años”, reflexiona Arena. “La Justicia favorece a que estas cosas vuelvan a suceder, junto al delicado trabajo de los medios de comunicación, que van tapando y olvidando”, agrega. “Cuando vos le das carta blanca a un gobierno, la utilizan y es lo que están haciendo. En realidad, la mitad de un pueblo le dijo ‘sí, toma, acá tenés el sillón de Rivadavia, sentate y goberná’ a un hombre que está totalmente desquiciado y siempre lo demostró. Una locura”, analiza.

En medio del clima de inestabilidad del gobierno de La Libertad Avanza, la Corte -que suele hacer uso de los tiempos para publicar sus resoluciones- confirmó un fallo que podría ser interpretado como un mensaje para la Casa Rosada. “Yo no sé que pensar”, reconoce Arena. “A veces pienso: ¿será un aviso de que no se puede hacer cualquier cosa? Después digo ‘no, es la Corte. Son estos jueces que conocemos bien’. Me parece que sí fue una jugada política, pero no sé a qué quisieron jugar”, dice.

El otro hecho llamativo fue que tan rápidamente se procediera a la detención de los dos funcionarios condenados, algo que generalmente suele demorar, ya sea por inacción de las autoridades o por falta de cooperación por parte de los propios condenados. “Me resorprendió, Mi abogado ya me había preparado para que espere que se resistan. Pero bueno, insisto en que no sé cuánto tiempo estará detenido”, advierte. “La foto de él (por Mathov) entrando con el bolsito a entregarse es realmente muy significativa”, reconoce. “Tantas veces pensé que estábamos perdiendo tanto tiempo de nuestras vidas y se lo quitaba a mis hijos para seguir con esto, para buscar justicia. Este es el momento en el que me doy cuenta de que todo eso no fue en vano”, dice Arena. Y se despide.