Por Gabriel Marques Mastroianni
Fotografía: ARCHIVO TELAM

Medio centenar de intelectuales firmaron una carta que denuncia presiones de asociaciones tecnológicas en la disputa entre la Corte brasileña y la red social X.

Hace tres semanas un fallo del  Supremo Tribunal Federal  de Brasil determinó la suspensión de la red social de Elon Musk, X, por no respetar las normativas de ese país. La decisión de la Corte se debió a su negativa a elegir un representante legal local. Si bien el bloqueo de momento se levantó debido al pago de una multa, aún perdura la polémica entre quienes denuncian una violación a la libertad de expresión mientras otros lo celebran como un avance gigante en la autodeterminación de las naciones ante la avanzada de las corporaciones digitales trasnacionales. En razón de la presión ejercida por las grandes empresas tecnológicas a la justicia brasileña, un diverso grupo de académicos, activistas e intelectuales publicó este martes una carta abierta en la que expresan su preocupación por la soberanía digital de Brasil.

La carta abierta denuncia que X y su director, Elon Musk, se han organizado con otras compañías para socavar la autodeterminación tecnológica de Brasil, enviando un mensaje a cualquier país que busque liberarse de la dominación de estos grupos tecnológicos. Estas acciones son un ejemplo de un propósito mayor por “restringir la capacidad de las naciones soberanas para definir una agenda de desarrollo digital libre del control de las megacorporaciones con sede en EE.UU.”, denuncian los firmantes de la carta entre los que se encuentran intelectuales y políticos como Thomas Piketty, Yanis Varoufakis, Daron Acemoglu, Mariana Mazzucato, Shoshana Zuboff, Evgeny Morozov, entre otros. Los especialistas aseguran que “el caso brasileño se ha convertido en el frente central del creciente conflicto global entre las grandes corporaciones tecnológicas y aquellos que buscan construir un panorama digital democrático y centrado en las personas, con foco en el desarrollo social y económico”.

“El problema central es que el poder que han construido las [empresas] big tech al concentrar los flujos de información, cultura y comunicaciones personales de la sociedad contemporánea y al almacenar datos personales de todo el mundo, carece de mediaciones y controles democráticos”, explica Martín Becerra, investigador del Conicet y uno de los cientos de académicos que firmaron esta carta. “Las decisiones de un puñado de grandes conglomerados tecnológicos afectan la vida, la producción, las relaciones entre personas, sin que el fundamento de esas decisiones pueda ser conocido ni revisado por los miles de millones de habitantes comprendidos en ella”, agrega el especialista que junto a la economista Sofía Scaserra o el investigador Juan Martín Graña, es uno de los argentinos al pie del documento.

Los especialistas sostienen que las empresas big tech no solo controlan el mundo digital sino que también operan contra la habilidad del sector público de crear una agenda digital basada en valores y necesidades locales. “Las decisiones de los grandes conglomerados tecnológicos afectan la soberanía de las personas y de los países en tres niveles: lesionan la libertad de expresión, erigiéndose en árbitros de lo decible y de lo que es o no amplificado socialmente; vulneran la privacidad y los datos personales; y abusan de su posición dominante distorsionando la economía y la producción”, detalla Becerra.

“Este es un momento crucial, el reclamo por la soberanía digital y por el control de nuestra esfera digital pública no puede esperar”, dice la carta, a modo de cierre. Lo cierto es que el gobierno brasileño ha demostrado firmeza a la hora de implementar su propia agenda digital ajena a los intereses de estas empresas tecnológicas, mientras que estos constantes ataques por parte de Elon Musk demuestran que aún hay un amplio camino por recorrer en relación a la soberanía de las naciones en el campo de la tecnología de las comunicaciones.