Por María Sol Fallety
Fotografía: Captura de pantalla de La Retaguardia

En una nueva audiencia del juicio que investiga los crímenes de lesa humanidad cometidos en la Comisaría 5ª de La Plata, declararon el sobreviviente, Carlos de Francesco y el nieto apropiado y restituido Leonardo Fossati, quien nació en ese Centro Clandestino.

En una nueva audiencia del juicio por los crímenes de lesa humanidad ocurridos en la Comisaría 5ª durante la última dictadura militar, ante el Tribunal Oral Federal 1 de La Plata, ayer brindaron testimonio Leonardo Fossati, nieto restituido nacido en ese centro clandestino de detención, tortura y exterminio y Carlos de Francesco, uno de los pocos sobrevivientes. Mientras tanto los imputados Jorge Bergés, Pedro Muñóz y José Saravia Day se conectaron mediante videoconferencia . Este juicio investiga los crímenes contra 131 víctimas, entre ellas embarazadas desaparecidas, además de nietas y nietos apropiados que fueron restituidos. Los ex policías Cecilio Reinaldo Gómez y Néstor Ramón Buzzato también estaban imputados en esta causa pero fallecieron antes de llegar a esta instancia.

Colleen Torres abogada querellante de Abuelas de Plaza de Mayo y representante de Fossati en este juicio expresó en relación a los dos testimoniantes: “Son dos miradas distintas, dos experiencias diferentes de lo que fue el terrorismo de Estado. La importancia que tienen son la inmediatez de que los jueces, juezas y personas presentes puedan conocer en primera persona lo que fueron estas historias, no solamente por las que fueron victimizados, sino también las consecuencias que tiene para las familias de las víctimas”.

 Leonardo Fossati nació el 12 de marzo de 1977 en la Comisaría 5ª de La Plata. Él inició la jornada de testimonios guiado por las preguntas de Colleen Torre: “Desde el 11 de agosto de2005, en estos tribunales, el juez Corazza me informó que yo había nacido en la Comisaría 5ª. Me brindó el expediente y me dijo que no me habían abandonado, como yo creía, sino que mi mamá y mi papá aún están desaparecidos desde la última dictadura militar”. Sobre las dudas de su identidad, desde que era pequeño, por las diferencias físicas, repasó: “En marzo del 2004 me acerqué por primera vez a la filial La Plata de Abuelas de Plaza de Mayo. Ahí inició la investigación con los documentos que pude llevar. Me realicé un estudio de sangre para confirmar que mis padres son  Inés Beatriz Ortega y Rubén Leonardo Fossati”.

Leonardo es el nieto restituido número 81, gracias a los testimonios de Adriana Calvo y de otros testigos que compartieron cautiverio con sus padres, pudo reconstruir su historia: “Mis papás eran muy jóvenes, mi mamá tenía 17 años, estaba embarazada de siete meses y era militante en la Unión de Estudiantes Secundarios de Parque Castelli, mientras que mi papá tenía 22 años y militaba en la Juventud Peronista. Los secuestraron en Quilmes, un 21 de enero de 1977, se supo que llegaron a esa esquina varios Falcon verdes y que cuando los interceptaron cada uno se fue corriendo para lados contrarios, pero cuando agarraron a mi mamá, mi papá vuelve para entregarse”.

Fueron llevados a la Comisaría 5ª y es ahí donde nació Leonardo: “Adriana Calvo compartió celda con mi mamá, dijo que realizó el trabajo previo de parto, que llamaba insistentemente para que vaya un doctor, y fue recién a la tarde fue el médico que supuestamente era Bergés. También me dijo que a mi mamá la ataron de manos y pies en la mesa de la cocina, y mientras yo nacía la escupían y se escuchaban los insultos de los policías. Parir también era una tortura”, detalló Leonardo sobre las condiciones en las que su madre lo dio a luz en esa “maternidad clandestina, que de maternidad no tenía nada”.

También pudo saber, gracias al testimonio de Calvo el breve momento que estuvo con su madre: “Me dijo que no estuve mucho tiempo con ella, se cree que solamente un día. Hasta que entraron en la celda y dijeron que el coronel me quería conocer, desde ese momento nunca más la vi. Le dijeron a mi mamá que me llevaron con mi familia materna”. Pero eso nunca ocurrió.

Fossati pudo encontrarse con su familia recién en 2005, luego de haber iniciado su proceso de búsqueda, que lo llevó a enterarse de que era hijo de personas desaparecidas: «Fue muy lindo y también doloroso. Porque me encontré con un montón de compañeros y amigos de mi papá y mi mamá, pero también muy doloroso, porque supe que no los iba a encontrar. Y por el dolor en mi familia», describió su proceso de restitución “que sigue hasta el día de hoy”. La abogada Collen Torre agregó: “Son delitos que trascienden generaciones, porque no solo se restituyó la identidad de Fossati sino también de su hijo, que en 2005 tenía 8 años”.

Al finalizar su testimonio, Fossati mostró imágenes de sus padres en los momentos más cercanos a su desaparición: «Son pequeños tesoros -dijo- porque buscaron borrar todo. Pero ese legado sigue en pie”. Entonces la sala entera respondió a su cierre de pie: “¡30.000 compañeros detenidos-desaparecidos, presente! ¡Ahora y siempre!”.

Luego de un cuarto intermedio declaró Carlos De Francesco que fue detenido ilegalmente en la Comisaría en Arana y luego trasladado a la Comisaría 5ª de La Plata: “Yo fui detenido un 9 de diciembre de 1976. En ese momento estaba haciendo mi tesis de física química y era docente. Yo no tenía intereses políticos, ni era afiliado de partidos políticos. Era solamente un investigador científico”. Además agregó: “Primero me llevaron a una Comisaría en Arana pero a los días me trasladaron en auto a la Comisaría 5ª, ahí me torturaron con picana eléctrica. Todo era una tortura, dormíamos sobre cemento, no nos daban nada para taparnos y teníamos que brindarnos calor entre nosotros, aparte nos daban de comer cada 3 días, yo baje 20 kilos en 4 meses”.

Luego de reconocer a algunos desaparecidos que la fiscal Ana Oberlin le fue nombrando durante la audiencia, recordó a la mamá de Leonardo Fossati -a quien luego del parto le hicieron limpiar el espacio- y se detuvo unos segundos con los brazos cruzados y con la voz entrecortada dijo reiteradas veces: “Hay que ser muy malas personas para hacer eso”. Luego de unos minutos prosiguió con el testimonio: “Había detenidas mujeres también y muchas embarazadas. Adriana Calvo nos pasaba la información de lo que pasaba en el sector donde estaban las mujeres. Lo más relevante que nos dijo fue de un nacimiento de un chico en la mesa de la cocina. Y ese chico era Leonardo Fossati. El padre estuvo con nosotros un tiempo; era hijo de un ordenanza del Departamento de Física, muy querido por todos”. Finalmente, en abril de 1977 fue liberado junto a otros compañeros de celda: “Cuando el auto se alejó y nos dimos cuenta que no nos iban a tirar un tiro, nos sacamos las vendas y nos abrazamos”.

Un Espacio de Memoria

Leonardo Fossati durante su testimonio explicó cómo se logró llegar a que la Comisaría 5ª se transforme en un espacio para la memoria: “Con Abuelas de Plaza de Mayo solicitamos colectivamente que la Comisaría sea un espacio de memoria para que el lugar no sea impune y para recordar a las víctimas que pasaron por ahí. Hoy soy coordinador de este espacio. Es un orgullo formar parte de ese equipo”, señaló. Sobre su lugar en Abuelas de Plaza de Mayo describió: “Para mí es parte de un proceso de sanación que lo he visto en familiares, Abuelas y Madres de Plaza de Mayo, que es poner todo ese dolor en acción, en generar las herramientas para que esto no ocurra nunca más y que se haga justicia”.

Colleen Torres agregó, en diálogo con ANCCOM: “La resignificación del dolor, del terrorismo de Estado se ve reflejado en que funciona como un espacio de memoria y también allí está la filial de La Plata de Abuelas de Plaza de Mayo. En ese lugar hoy buscamos a los nietos y nietas que no conocen su verdadera identidad. Allí se cuenta todos los días a muchos jóvenes la historia de lo sucedido para que puedan conocer la historia del centro de detención y de las personas que pasaron por ahí”.