Por Felicitas Recalde
Fotografía: Rocío Prim

Luis Ramos fue sentenciado por homicidio agravado por odio a la identidad de género. Oscar Montes, el otro acusado, aún no tiene fecha de juicio. Es la primera vez que la Justicia de Argentina trata el asesinato y la desaparición de una masculinidad trans.

Este viernes, pasado el mediodía, el Tribunal Oral Criminal Nº 2 de La Plata condenó a prisión perpetua a Luis Ramos por el homicidio calificado, agravado por el odio a la identidad de género, de Tehuel de la Torre. La condena sienta un precedente histórico. Norma Nahuelcura, mamá de Tehuel expresó en la puerta de los Tribunales, rodeada por el activismo: “Esto no termina acá porque queremos que se condene al otro responsable y que se siga buscando a Tehuel para que descanse en paz”.

Fue el final del proceso oral y público que había empezado el 15 de julio y que duró siete largas audiencias. “Este es el primer juicio en el país de una masculinidad trans. Se han juzgado femicidios y travesticidios, pero este es un caso emblemático” declaró Mónica Galván, presidenta de la Asociación de Familiares y Amigxs de Tehuel en diálogo con ANCCOM. “La justicia tuvo hoy la posibilidad histórica de hacernos ver como una comunidad que lucha por nuestros derechos y nuestras conquistas”, expresó Galván. En su mirada, “la perpetua es la condena más cierta sobre nuestros reclamos porque nos permite a nosotros pensar que puede haber realmente una justicia con perspectiva de género y diversidad”. 

El juicio

Los jueces Claudio Bernard, Silvia Hoerr y Ramiro Fernández encontraron que había “indicios precisos y contundentes” para determinar que entre la noche del 11 de marzo de 2021, última comunicación que Tehuel tuvo con su familia y la madrugada del 12,  dos masculinos, uno de ellos Luis Alberto Ramos, perpetraron el homicidio de Tehuel y ocultaron su cuerpo, que sigue desaparecido.  El otro acusado, Oscar Montes, eligió que se lo juzgue en un juicio por jurados, para el cual aún no hay fecha confirmada.

En la casa de Ramos, los peritos hallaron manchas hepáticas que coincidieron en un 99,99% con el ADN de un hijo de Norma Nahuelcura y Andrés de la Torre, padres de Tehuel. A través de la geolocalización del teléfono del joven, se determinó que la última vez que emitió señal fue en la casa de Ramos, donde también se halló la carcaza quemada de un celular y restos de la campera que Tehuel llevaba puesta ese día. Los viajes registrados en su tarjeta SUBE, junto con una selfie donde se lo ve con Montes y Ramos,  también fueron determinantes para probar que al momento de su desaparición, Tehuel se encontraba en la casa de este último. 

En su alegato, la defensa  de Ramos expuso que al no encontrarse el cuerpo de Tehuel, su muerte violenta no está acreditada por falta de pruebas directas. Ante ello, el tribunal determinó que en ausencia de prueba directa, se recurre a los testimonios e indicios, ya que son punto de partida para la reconstrucción de los hechos.

A lo largo de las audiencias, la querella pudo probar que el asesinato de Tehuel fue un crimen de odio por su identidad de género. A través de testimonios se comprobó que Ramos lo llamaba “chica-chico”, se refería a él en femenino y hasta dijo que Tehuel era hermosa y “un desperdicio de mujer”.  Una de sus exparejas, Catalina Salas, declaró que acosaba a las mujeres y que “no le gustaba que hombres estuvieran con hombres ni las mujeres con otras mujeres.” 

Tehuel conocía a Ramos por su militancia en el MST. Por su identidad de género, al joven le costaba conseguir trabajo. Michelle Leyes, pareja de Tehuel, testificó que en una entrevista laboral le negaron el puesto “por si se arrepentía de su identidad y quedaba embarazado”. Ramos se aprovechó de esta situación ofreciéndole trabajos y prestándole dinero, generando así una relación de dependencia económica. Lo último que sus familiares supieron de Tehuel fue que “tenía una entrevista de trabajo con un tal Luigi”,  Luis Ramos. 

Al momento en que se pronunció la sentencia a cadena perpetua por homicidio calificado motivado por el odio a la identidad de género, la sala se estremeció en un gran suspiro de alivio por parte de los asistentes. La sentencia fue presenciada por activistas de la comunidad LGBTIQ+, como Florencia Guimaraes, la ministra de Mujeres y Diversidad bonaerense Estela Díaz y familiares de víctimas de violencia institucional como Rosa Schonfeld, mamá de Miguel Bru asesinado y desaparecido por la policía, y familiares de Johana Ramallo. 

El tribunal también exigió medidas de reparación integral, como la creación de un protocolo especial para la búsqueda de personas LGBTIQ+ desaparecidas y la declaración de la emergencia social en violencia por prejuicios hacia las personas travestis trans. 

 

La convocatoria 

Este viernes a las 11 de la mañana la Asociación de Familiares y Amigxs de Tehuel  convocaron en las afueras del Tribunal para esperar la sentencia, donde asistieron diferentes organizaciones y personas autoconvocadas, exigiendo justicia por el transhomicidio. 

Al terminar la lectura del veredicto, una multitud esperaba a Norma bajo la lluvia al grito de “¿Dónde está Tehuel?” y “Tehuel presente ahora y siempre”. Luego salió Cristian Ariel Gonzales, abogado de Norma Nahuelcura, quien se acercó a la radio abierta que funcionó bajo un gazebo en la calle. “Gracias a todes quienes nos ayudaron a tener los elementos para lograr una condena de transhomicidio, llamemos a las cosas por su nombre” y agregó: “Muchas personas se me acercaron para decirme gracias, pero tengo que decirles gracias yo a ustedes por la confianza. Soy una persona cisgenero que tomó la responsabilidad con mis compañeres de dar una representación al colectivo.” 

La alocución siguió con la mamá de Tehuel, quien agradeció el acompañamiento de todas las personas que se acercaron a la puerta del tribunal durante todo el proceso. “Para mí -dijo- esto fue un alivio. Todavía falta otro juicio más y voy a seguir para adelante. Conseguimos lo que queríamos, conseguimos la justicia.” 

Monica Galván cerró agradeciendo a la abogada Flavia Centurión y a todo el equipo de abogados integrado por Gonzalez, Pilar Rodríguez Genin y Dolores Amaya. “Confiamos que en el otro tramo vamos a ir por la justicia también,  acusando a Montes por perpetua”, agregó. 

Bajo la lluvia, continuaron los abrazos de emoción, los tambores y los cantos, las fotos y la alegría de que, en este primer tramo, el tribunal haya hecho justicia. “No podemos parar de sonreír”, exclamó Galván. 

Muy alejado de este clima, el papá de Tehuel, Andrés de la Torre, consideró que la condena es “un fracaso porque aún no se  sabe dónde está mi hijo”.