«Lagunas”, documental del director mendocino Federico Cardone, que cuenta con la participación de la escritora santafesina Liliana Bodoc, relata la historia de la comunidad originaria, su transformación frente a las sequías y en paralelo la historia de un cine que ya no existe.
El viernes 16 de agosto se proyecta Lagunas, un documental que aborda cómo los recuerdos se transforman con el paso del tiempo. Lejos de una mirada melancólica, indaga en cómo el pasado puede conectarse con el presente y transformarse en algo nuevo. “Creo que es interesante la idea de poder construir el propio recuerdo en vez de padecerlo”, expresa Federico Cardone, su director.
¿Cómo surgió la idea de realizar el documental? ¿Cómo fue que Liliana Bodoc llegó a ser parte?
La idea de hacer el documental Lagunas nació de las ganas de poder filmar en en el desierto de Lavalle, al norte de Mendoza. Esta zona, que antes era rica en lagunas, fue el principal asentamiento de los huarpes, quienes vivían de la pesca. Con el tiempo, las lagunas se secaron, obligando a este pueblo indígena a cambiar completamente su economía y enfrentarse a problemas que habían tenido siempre, como la persecución, la pobreza y la falta de apoyo del Estado. Esto llevó a que la comunidad que vivía alrededor de las lagunas quedara prácticamente olvidada y que muchos aspectos de su cultura y su vida desaparecieran. Nos pareció un tema muy interesante y decidimos planteárselo a Liliana Bodoc, quien tenía un profundo conocimiento de la tradición cultural de los pueblos aborígenes de Latinoamérica, pero curiosamente, no sabía mucho sobre los huarpes de Mendoza, a pesar de haber vivido allí muchos años. Le pareció súperinteresante esta posibilidad de poder encontrarse con esta cultura y este paisaje que ella desconocía.
¿Qué pasó con el documental cuando ella falleció? ¿Se transformó el proyecto?
La muerte de Liliana Bodoc fue un shock terrible para todos nosotros. En ese momento ya habíamos hecho un primer corte de la película, y su fallecimiento nos hizo cuestionar si tenía sentido continuar con el proyecto. Decidimos ir a ver a su familia en San Luis, donde ella vivía, y descubrimos que en el lugar donde ella trabajaba, en el escritorio donde ella escribía y que su familia lo había dejado tal cual ella lo había dejado, estaba arriba de todo un cuaderno especial, que ella llevó en blanco, especialmente para estrenar en el documental, era un cuaderno verdaderamente muy hermoso, con una hoja muy especial de papel de arroz. Al ver ese cuaderno sentimos que ese viaje y lo que ella había escrito no podían quedar ahí. Era un cuento que escribió especialmente para el documental, en el que los chicos de la escuela con los que ella trabajó al llegar al lugar con motivo de este rodaje, le hacían dibujos y anotaban sus propias historias. Entonces entendimos que Liliana estaba profundamente comprometida e involucrada con todo lo que estábamos haciendo. Eso nos dio la fuerza para seguir adelante con la película.
¿Cuáles son sus expectativas con la presentación del documental?
La expectativa ante todo es que el público pueda conectar emocionalmente con la mirada del pueblo huarpe y cómo ellos veían su entorno. Por otro lado, también es llegar al mayor número de personas posible, llevando historias que quizás no son las más conocidas. Sin embargo, el documental no se enfoca tanto en la temática sino más en una aproximación emocional. No es un documental clásico con una historia que la gente necesite ver para aprender.
¿Con qué desafíos se encontraron a la hora de entrevistar a los huarpes? ¿Qué es lo que más les sorprendió de su forma de vida?
No tuvimos grandes problemas al trabajar con la gente del lugar, muchos de los cuales eran huarpes. Al principio, algunos se mostraban distantes, lo cual es comprensible, ya que en el pasado se hicieron documentales en la zona que nunca se completaron o no se presentaron allí, lo que generaba desconfianza. Sin embargo, nuestra cercanía y el enfoque cálido de Liliana Bodoc ayudaron a romper esas barreras. Liliana tenía una capacidad especial para acercarse a las personas, lo que facilitó mucho nuestro trabajo. Al final, no enfrentamos desafíos significativos más allá de los que podrían surgir en cualquier otra comunidad o cultura.
¿Cómo fue que se te ocurrió relacionar reflexiones de tu propia niñez con la cultura de los huarpes? ¿Tiene que ver con la concientización por preservar la diversidad cultural?
Siempre me han interesado los documentales porque permiten una gran libertad creativa, especialmente en comparación con la ficción. En este caso, sentí que había una conexión interesante entre mi experiencia personal y la historia de los huarpes. Durante mi infancia, trabajaba en un cine que estaba a punto de mudarse y quedar vacío. Y encontré un paralelismo entre ese cine vacío y las lagunas secas en las que los huarpes solían pescar. A partir de ahí, empezamos a trazar líneas de conexión entre mi historia personal, la cultura huarpe y la vida de Liliana Bodoc.
El documental “Lagunas” será proyectado en el cine Cacodelphia este viernes, 16 de agosto, a las 19.