Por Juan Ignacio Simoni
Fotografía: Gentileza Guadalupe Lombardo

El exministro de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto, Rafael Bielsa, analiza la situación de la región luego de las elecciones en el país caribeño. El rol del Estado argentino y los intereses que se ponen en juego en América Latina.

El abogado constitucionalista, diplomático y político Rafael Bielsa, exministro de Relaciones Exteriores entre 2003 y 2005, opinó sobre las elecciones venezolanas y cómo influyen los vaivenes geopolíticos en la vida de los ciudadanos. También subrayó qué significa la democracia para él.

 ¿Qué opinión tiene de la elección en Venezuela y las repercusiones que esta causó a nivel regional?

 Venezuela es un país muy importante en el monocultivo de petróleo y en su situación geoestratégica. Pero allí no acaba su riqueza, que se extiende al sector primario, el secundario e incluso el terciario. Sí, se instala allí el interés que suscita hoy. Dicho esto, las repercusiones son una cuestión periodística, y dónde tienen lugar y con qué tono es lo que genera juicios de valor sobre la base de la argumentación y los alineamientos. Las opiniones que merecen las elecciones venezolanas derivan de esto. Los escándalos políticos son procesos comunicacionales confrontativos que ocurren en los medios de comunicación. Venezuela es hoy asunto de Estado en Gran Bretaña, España, Paraguay, Chile. Tiene tal importancia que la OEA realizó sesiones de emergencia para tratar la “cuestión venezolana”. La propia Unión Europea, ha combinado bandos desconocidos: por un lado, Alemania, Francia, Gran Bretaña y España, y por el otro Austria, Italia y Grecia. Hasta el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas ha convocado a sesión de emergencia y en su comunicación oficial habló de “División en el Consejo de Seguridad”. Desde hace tiempo la cuestión es así. En marzo de 2015, Barak Obama promulgó la “emergencia nacional” para la seguridad de Estados Unidos y firmó un decreto ejecutivo que alude a Venezuela como una “amenaza extraordinaria e inusual” para USA. Sin dudas lo es para la economía clásica liberal británica de Adam Smith. En resumen, está siendo un proceso electoral de suma importancia regional.

 

¿Considera atinado el claro posicionamiento político adoptado por el gobierno argentino?

“Claro” no es sinónimo de “atinado”. Claro es un espacio vacío dentro de un conjunto o una serie. “Atinado” significa encontrar lo que se busca a tientas, sin ver el objeto. Por tanto, algo puede ser claro sin ser atinado y algo puede ser atinado sin ser claro. El actual gobierno argentino ganó legítimamente las elecciones y la expresión del peronismo, a la que voté, las perdió. Adicionalmente y como es sabido, según la Constitución argentina, se pone en cabeza del gobierno federal la responsabilidad de conducir las relaciones exteriores del Estado con el propósito de “afianzar sus relaciones de paz y comercio con las potencias extranjeras”. Para estos fines, el texto le atribuye explícitamente ciertas facultades al Poder Ejecutivo, el que de modo central “concluye y firma tratados y otras negociaciones requeridas para el mantenimiento de buenas relaciones con las organizaciones internacionales y las naciones extranjeras, recibe sus ministros y admite sus cónsules” y “declara la guerra y ordena represalias”. Otras facultades, se las atribuye al Congreso, al que le corresponde, “aprobar o desechar los tratados concluidos con las demás naciones y con las organizaciones internacionales y los concordatos con la Santa Sede”, “aprobar tratados de integración que deleguen competencias y jurisdicción a organizaciones supraestatales” y “autorizar al Poder Ejecutivo para declarar la guerra o hacer la paz”.

Lo que se ha hecho con Venezuela transita sobre la “tensión en una zona de penumbra”, porque la modernidad ha modificado las visiones del siglo XIX. Dicho lo que antecede, lo adoptado por el gobierno argentino no es ilegal hasta hoy, aunque yo no lo comparta. Prefiero otras modalidades en política exterior: entre sus señas de identidad, destacan el rechazo de cualquier estridencia, la cautela con declaraciones, no dejarse llevar por las prisas y mantener como sea los cauces diplomáticos abiertos con todos los implicados en una crisis. En algún sentido es lo que han hecho los presidentes Lula, López Obrador y Petro. Ellos no dejan de conversar con Maduro.

No soy un fudamentalista liberal democrático, alguien que hace de los principios democráticos una liturgia, sino que deseo sistemas y procesos en los que existan dignidad de los salarios, derechos laborales, industrialización de nuestra patria, la diversificación de la economía, la reforma de nuestra infraestructura y soberanía nacional, económica y política.

Rafael Bielsa

¿Qué intereses se ponen en juego para América Latina de cara al futuro independientemente de quién sea proclamado el ganador?

No hay manera de evaluar “qué intereses se ponen en juego en América Latina de cara al futuro” con “independencia” de quien haya ganado las elecciones y sea proclamado como tal. Es más, le diría que desconfíe de quien le responda esa pregunta. No hallará en esa respuesta ni objetividad ni pasión por la excelencia. Al menos yo no la puedo responder.

¿Cómo sería independiente del triunfador la cantidad de reyertas que hay pendientes? María Corina Machado manifestó que estaba dispuesta a avanzar en una negociación compleja y delicada, que incluiría garantías, salvoconductos e incentivos. Serán unos y otros según ganadores y derrotados.

 

¿Hay actores políticos que intentan debilitar los procesos de la democracia? ¿Qué fin persiguen?

Por supuesto. Yo no soy un democratista, un fudamentalista liberal democrático, alguien que hace de los principios democráticos una liturgia, sino que deseo sistemas y procesos en los que existan dignidad de los salarios, derechos laborales, industrialización de nuestra patria, la diversificación de la economía, la reforma de nuestra infraestructura y soberanía nacional, económica y política. Pero advierto la existencia de actores que debilitan los procesos democráticos. ¿No oyó hablar del Grupo de Lima? ¿Era “democrático” apostar por Juan Guaidó? En cuanto a los fines que persiguen, habría que preguntárselo a ellos.

 

¿Cuál es la influencia de los vaivenes geopolíticos en la vida cotidiana de los ciudadanos argentinos?

Es muy difícil construir seriedad democrática si el país va todo el tiempo de la cuarta al pértigo. Deberían existir pensamientos que excedieran la dimensión de los partidos políticos tomados o considerados individualmente.