La República Popular de Bangladesh se encuentra envuelta en una crisis prolongada, fruto del aumento de sectores juveniles descontentos con el partido Liga Awami, al que acusan de discriminación.
Bangladesh, el pequeño país de Asia del sur popularizado en Argentina por tener la hinchada más fiel a nuestro seleccionalo nacional de fútbol fuera del país, sufre una crisis política que ya causó cientos de muertos y heridos. El lunes 5 de agosto dimitió su primera ministra Sheikh Hasina, y huyó en helicóptero a Nueva Delhi, en India, el país vecino que rodea casi por completo la República, a exepción de una pequeña franja que comparte con Birmania. La renuncia se dio luego de fuertes protestas, mayormente juveniles, en el último fin de semana que se realizaron en distintas ciudades contra el gobierno. La represión policial dejó alrededor de 100 muertos y otros cientos de heridos, solo este domingo, que se suman a los más de 200 asesinados de las manifestaciones previas de las últimas semanas y a los miles de lesionados.
“Pedimos justicia porque no se hacen cargo de las personas que asesinaron y reclamamos una investigación independiente internacional, a la que se niegan, porque ellos son los que los mataron, ¿cómo van a hacer justicia ellos mismos? Le dispararon a estudiantes en la universidad y todavía mantienen detenidas a miles de personas, a muchas se las llevaron de sus casas por la noche, después de las protestas, con la energía cortada, y no sabemos nada de ellos”, relató un joven que dice que lo llamen Alejandro Ramírez, una falsa identidad que assume para evitar represalias.
Durante el lunes 5 de agosto, los manifestantes lograron entrar a la residencia de la primera ministra cuando ésta ya no estaba allí; fue el ejército el que le pidió que diera un paso al costado. Luego, el jefe y general Waker-Uz-Zaman, dio una conferencia por televisión anunciando la dimisión y la conformación de un gobierno interino para Bangladesh.
Rahul Rashidul, quien fue parte de las protestas, comentó a este medio, a pesar de sus heridas: “Hemos ganado, nuestro gobierno ha caído. Hoy también fue muy duro, me dispararon en la cabeza y la mano hoy por la mañana, a las 11.Realmente duele y quedaron balas dentro de mi piel. Después de eso, nuestro ejército detuvo a la policía para que dejen de dispararnos. Estoy yendo al hospital ahora”.
Ramírez compartió la alegría y agregó que “todo esto se trata de la libertad. Durante estos 15 años de gobierno fueron eliminando a los opositores y se realizaron elecciones fraudulentas, es una dictadura. La primera ministra se cree dueña del país solo por ser la hija de uno de los líderes de la guerra civil pakistaní”, en referencia a Sheikh Mujibur Rahman, de la Awami Muslim League, quien participó de la guerra de independencia bangladesí de Pakistán en 1971. “Actualmente están vendiendo nuestro país a India, vienen y hacen lo que quieren en nuestro suelo. Cualquiera que los critica es acusado de apoyar a Pakistán o estar en contra de nuestra independencia”, añadió.
Los primeros días de junio, la Suprema Corte del país asiático reinstauró la cuota de empleo que reserva el 30% del empleo público para hijos y nietos de los combatientes de la Guerra de Liberación de Bangladesh. Esta cuota había sido retirada por el gobierno en 2018, ante las protestas estudiantiles de entonces, que esta vez tampoco se hicieron esperar. “Le están dando el trabajo solo a la gente que apoya al gobierno, incluso han reemplazado gente de carrera de varias instituciones por los suyos. De todas formas, ya no se trata de la cuota, es contra el gobierno de Hasina”, acotó Ramírez.
Si bien hubo un impasse por las celebraciones musulmanas de Eid al-Adha, en julio el denominado Movimiento Estudiantil Anti Discriminación tomó fuerza en las universidades pero, como en 2018, sufrió ataques con armas blancas y de fuego de la policía y de la Chhatra League, una organización que oficia de fuerza de choque gubernamental. Esto avivó las llamas y más estudiantes y personas salieron a las calles, lo que derivó en mayores disturbios y también mayor represión policial, con un saldo de, a día de hoy, más de 300 muertos, miles de heridos y 11 mil detenidos, según The Associated Press.
Como una forma de evitar la organización de la población e interrumpir la difusión de las imágenes de la represión, el gobierno decidió cortar totalmente la conexión a internet en todo el país, así como también los servicios de telefonía y, en algunos casos, la electricidad, lo que dejó incomunicada a la población. Al cabo de varios días de manifestaciones, el gobierno restableció la conexión a internet, bastante ralentizada, el miércoles 24 de julio, después de una semana, y la telecomunicación volvió algunos días más tarde.
Sin embargo, las redes sociales al día de hoy están bastante restringidas y, durante el fin de semana, el gobierno volvió a realizar un nuevo apagón en respuesta a las nuevas protestas, como informa el sitio NetBlocks, que se autodenomina como un “observatorio de internet”. Al respecto, Ramírez comentó que “por celular directamente no podemos acceder a Facebook ni a ninguna red, por computadoras estamos usando Redes Privadas Virtuales (VPNs, por sus siglas en inglés) para poder entrar. Incluso gente que no sabe que es ni entiende como funciona las está usando como una forma de saltear la censura del gobierno”.
Una VPN es una tecnología que protege la conexión de una computadora a internet mediante encriptación, anonimizando la navegación. De esta forma, permite acceder a contenido restringido en ciertas regiones. En Argentina, su uso está más asociado a la posibilidad de ver material audiovisual de plataformas de streaming como si se estuviese en otra parte del mundo, por las diferencias de catálogo. En el caso de Bangladesh, el bloqueo gubernamental los ha llevado a usarlas en el día a día.
Durante la semana pasada, el partido Jamaat-e-Islami fue vetado acusándolo de terrorismo, según publicó The Associated Press, y UNICEF denunció el asesinato de al menos 32 niños durante las protestas.
A pesar del apagón, en redes sociales se difundieron imágenes de las oficinas centrales de la Awami League siendo incendiadas y de la ruptura del monumento al padre de Hasina.