El abogado laboralista y exdiputado Héctor Recalde reflexiona sobre las medidas que el Gobierno nacional impulsa para reformar los derechos laborales. La jornada de 12 horas, la vuelta de los ticket canasta y la jubilación a los 75. Cuando el trabajador se convierte en colaborador.
Héctor Recalde, especialista en derecho laboral y exdiputado nacional por el Frente para la Victoria entre 2005 y 2017, analiza la reforma laboral que impulsa el gobierno de Javier Milei y los cambios que han surgido desde la aprobación de la Ley Bases. El abogado reflexionó sobre la reaparición de medidas económicas de los noventa y llamó a no bajar los brazos.
¿Qué opina sobre las modificaciones laborales que introduce la Ley Bases?
Es una derivación del pensamiento del presidente de la nación. Cuando a Milei se le preguntó por la justicia social, dijo que era “sacarle a uno para darle otro”. La justicia social está incorporada con jerarquía propia de la Constitución Nacional, el pueblo eligió al presidente para gobernar no para violar la Constitución. En el trasfondo, estas medidas (tanto la Ley Bases como otras propuestas más recientes), apuntan a una palabra difícil de pronunciar: la deslaboralización, es decir, pretenden que la relación en el empleo entre un trabajador o una trabajadora y un empleador no se rijan por la ley laboral sino por el Código Civil y Comercial. El lenguaje los traiciona o los deja al desnudo. Ellos hablan de colaboradores en la Ley Bases, pero los trabajadores no colaboran. Uno colabora con la salud pública o con obras benéficas, etcétera. El trabajador no colabora, trabaja. Pero no solamente eso, sino que además ese supuesto colaborador podría nombrar a su vez tres colaboradores, están violando hasta el sentido común. En la actualidad, existe el periodo de prueba y es de tres meses porque es un hándicap que se le da al empleador porque durante esos tres meses puede despedir sin pagar indemnización y en algunos casos están a prueba durante un año. Yo trato de usar el humor en la lucha por la vida, sostengo que si un empleador necesita un año para saber si el trabajador es apto o no al que hay que despedir por inútil, es al empleador.
¿Con qué herramientas cuentan los trabajadores para hacerle frente a esta ley?
La herramienta está, la tienen a disposición. Nosotros tenemos millones de trabajadores que no están registrados, cada uno de ellos tiene el derecho de hacer una acción judicial para que se regularice esa situación. Sin embargo, cuando uno realiza esas estadísticas en los tribunales del trabajo se ven que jamás realizaron juicios por despido, evidentemente hay temor en los trabajadores por reclamar por distintas razones. Estás trabajando por temor al despido y ese temor se prolonga porque existe el miedo a que luego un empleador pida informe y le digan “este tuvo el atrevimiento de hacernos juicio” y no lo contraten. Es muy indigno vivir en una sociedad en la que una persona tenga miedo de reclamar lo que corresponde. Son importantes los medios para que uno pueda informar y comunicar a los trabajadores que estas medidas están violando sus derechos porque el dueño de la acción es el trabajador que es el perjudicado. El abogado laboralista lo que hace es informar y ponerse a disposición pero la acción la tiene el trabajador, la trabajadora. “El trabajo dignifica” no es un dicho vacío es cierto, la persona que está trabajando y percibe un salario siente dignidad con lo que hace, está reconocido por la sociedad. Cuando se habla de mercado de trabajo, hay un ejemplo claro: los recursos humanos, si son humanos no son recursos, el lenguaje revela también la ideología. Por supuesto que uno vive en una sociedad donde hay una economía de mercado y las relaciones son entre el capital y el trabajo.
Yo trato de usar el humor en la lucha por la vida, sostengo que si un empleador necesita un año para saber si el trabajador es apto o no al que hay que despedir por inútil, es al empleador.
Cómo ve el hecho de que el gobierno inicie el blanqueo de capitales y que nuevos trabajadores deban pagar el impuesto a la ganancia?
Hay que cambiarle el nombre al impuesto a la ganancias -esto lo aprendí de un tributarista-, se tendría que llamar impuesto a altos ingresos. Porque sin impuestos, el Estado no funciona y nosotros creemos en el rol del Estado. La discusión es a partir de qué ingreso se tiene que pagar impuesto a los ingresos. El blanqueo siempre es una cosa que uno lo ve con antipatía, blanquean no tener trabajadores registrados, blanquean las deudas, es un blanqueo muy oscuro.
Se intentó instalar la discusión sobre la implementación de una jornada laboral de 12 horas, la vuelta de los tickets canasta y llevar la jubilación a partir de los 75 años ¿Cree que se puede llevar a cabo esas medidas?
Se repite la historia macrista. Sturzenegger y Caputo son dos rockstar de Macri, están de vuelta con la experiencia que tuvimos en ese momento. Lo importante es no aumentar la desazón. Todas estas medidas chocan contra la Constitución Nacional y violan los derechos de los trabajadores. Lo que uno hace es informar derechos y la información es un principio básico, la información es poder, por eso, los medios como ANCCOM son muy útiles porque suministran la información y eso empodera a la sociedad ya que somos sujetos de derecho. Ahora están avanzando con un proyecto que tiene que ver con algo que me resulta muy caro, yo fui autor del proyecto que eliminó los llamados tickets canasta y que vuelva ese sistema es una regresión por donde lo mire. A mí no me gusta ser autorreferencial pero con la vuelta de los tickets canasta es como que me quieran secuestrar un hijo, porque yo peleé mucho en contra del sistema del ticket canasta. Me quisieron sobornar (n.d.r: se refiere al intento de soborno durante el tratamiento de esa ley que finalmente se apropbó en 2007). Hice la denuncia, hubo una condena contra uno de los actores, puse mucho empeño en eso y la posible vuelta me resulta triplemente angustiante.
Desde distintos sectores se hablaba de que era necesario una reforma laboral ¿Usted considera que era necesaria una reforma laboral? ¿Cuál reforma considera más justa para preservar los derechos de los trabajadores y para generar trabajo?
Sí, pero no con el signo de estos reformistas. La reforma laboral tiene que ver con disminuir la jornada de trabajo, además la disminución laboral está probado científica y empíricamente aumenta la productividad y disminuye los accidentes de trabajo. Sin embargo, no lo logramos. La regulación de la jornada del trabajo tiene casi 100 años, yo fracasé, fui 12 años diputado nacional, presenté proyectos y no logré que se bajara ni una hora. Yo comencé con un proceso gradual porque soy partidario de que así son más fáciles de implementar. Mi proyecto era bajar de 48 a 45 horas cuando en la realidad hay muchos hombres y mujeres que trabajan 9 horas por día durante cinco días y no lo logré y éramos oficialistas. En esos gloriosos12 años también conseguimos muchas cosas, no me estoy resignando, hay muchos proyectos míos que se convirtieron en Leyes. Creo que la constitución política del Parlamento actual ofrece mucha dificultad para lograrlo, pero en algún momento se podrá. Hoy las relaciones de fuerzas políticas me parece que nos niegan esa posibilidad pero no hay que resignarse. Es muy importante participar en las cosas públicas, no olvidarnos que somos actores sociales y que tenemos derechos.