El escritor brasileño Rodrigo Nunes presentó su libro “Bolsonarismo y extrema derecha global: Una gramática de la desintegración” y desplegó los puntos en común entre los gobiernos de Bolsonaro y Milei. ANCCOM conversó con el autor.
El escritor brasileño Rodrigo Nunes visitó la Argentina para presentar su nuevo libro Bolsonarismo y extrema derecha global: Una gramática de la desintegración. El profesor e investigador de la Universidad de Essex dialogó con el periodista Daniel Tognetti y el politólogo Diego Sztulwark en la Cazona de Flores el viernes último en un encuentro organizado por la editorial Tinta Limón. La gira del autor se extendió a la ciudad de Rosario donde también presentó su trabajo en el Museo de la Memoria. La gira buscó reflexionar sobre lo sucedido en Brasil y la actualidad argentina, en ese marco ANCCOM dialogó con el autor.
Con la sala colmada de vecinos y vecinas, comenzó el conversatorio con las primeras preguntas: “¿Qué representa el nombre de Bolsonaro?” y “¿Qué representa el nombre de Milei?” Con el objetivo de pensar el avance de los partidos de extrema derecha en Latinoamérica, con el apoyo de amplios sectores de la sociedad, a pesar de su memoria, los significantes Milei y Bolsonaro fueron protagonistas. El pasado de Brasil puede ser comparado con el presente de la Argentina, dijo Nunes al presentarse como “una persona del futuro”. Y amplió: “Llega al poder la derecha por críticas a la corrupción de gobiernos populares clasificando al Estado como gastadero de plata y prometiendo acabar con el comunismo. Siendo inevitable también relacionarlo con el negacionismo, polarización, fake news y autoritarismo”.
¿Por qué el neoliberalismo escoge utilizar “gramáticas de desintegración»?
Está presente una naturalización de una gramática moral basada en el individualismo y en una lógica de punición y sacrificio que está desde el principio en el neoliberalismo. La extrema derecha hoy juega con la dirección natural de las cosas que es la desintegración. El mundo deviene cada vez más conforme al discurso, mientras que se reconoce el rumbo y se acelera. Estamos en una lucha cada vez más violenta en donde las expectativas son más decrecientes y los recursos no son suficientes para todas las personas. Esta es una nueva forma de organización, y una de las fuerzas de la derecha, que coincide con el colapso ecológico. Si ya se ha aceptado que no hay nada para que no colapse el mundo, la propuesta tiene algún sentido.
A los gobiernos neoliberales siempre se los acusó de fascistas por el tinte autoritario que cargaban, ¿en Brasil hubo fascismo?
Fue un tema muy importante cuando asumió Bolsonaro y cuando apareció en la escena política. Pero hay que pensar bien previamente qué es lo que se pretende hacer con el término para clasificarlo como tal. No es necesario llamarlo como fascista aunque se quiera ordenar etimológicamente, porque eso no le mejora la vida al que está en la calle. Termina siendo una concepción filosófica que puede producir una trampa, quitando el foco en lo realmente importante. Tampoco son las mismas condiciones que en el fascismo de 1920 y por eso es mucho más interesante estudiar la forma de organización de extrema derecha actual, el estudio en sí es enriquecedor. Yo no sé si tuvimos fascismo en Brasil, todavía es una cuestión abierta pero al asumir Bolsonaro el pacto democrático efectivamente se rompió.
No es necesario llamarlo como fascista aunque se quiera ordenar etimológicamente, porque eso no le mejora la vida al que está en la calle. Termina siendo una concepción filosófica que puede producir una trampa, quitando el foco en lo realmente importante.
¿Pueden pensarse a los trolls como una nueva figura hegemónica de derecha?
Los trolls son una experiencia online poco tratada y combatida, mientras que en las redes sociales cada uno las utiliza como formas de autoexpresión. Pero existe por detrás un algoritmo que condiciona los contenidos que aparecen, aunque sea invisible y se desconozcan las estructuras manipuladoras. Al darle a unas pocas plataformas el poder de controlar toda la circulación de información en el mundo político, es motivo suficiente para plantear algún tipo de regulación para no seguir reproduciendo un gobierno algorítmico.
¿Cuál es el rol de la izquierda actual y qué desafíos enfrenta?
Los trolls junto a la extrema derecha se presentan como antisistema y es por eso la adhesión de las clases populares. La sociedad al alimentar a estos trolls, sin ponerles un freno, permite a la extrema derecha avanzar. Lo antisistema ya no está vinculado con la izquierda y es por eso que se necesita con urgencia hacer mediaciones progresistas para combatir las mediaciones de derecha. La izquierda tiene un gran desafío por delante donde tiene que tener un constante movimiento y armarse para que no pasen sobre nosotros.
El conversatorio dejó la sala en silencio, con un dejo de incertidumbre en el ambiente. A pesar de que el debate no está resuelto, permitió pensar sobre el rol que tienen los ciudadanos para combatir a la derecha en diferentes esferas sociales y lo elemental que es caracterizar a estos gobiernos para tener mayor claridad sobre a quiénes nos enfrentamos.