Por Candela Contreras Sánchez
Fotografía: Camila Correa, Valentina Gomez

Contra el hambre y la violencia de género, contra la Ley de Base y los lesbicidios, contra las políticas de Javier Milei, pero también por un sentido homenaje a Nora Cortiña, una multitud de feministas coronó la concentración frente al Congreso, en el primer Ni Una Menos durante un gobierno libertario.

Un grupo de mujeres ahuyentaba el frío con el golpe de sus tambores. Vestidas con camperas violetas, verdes y negras, contagiaban una vibración energizante. Desde la multitud se hizo paso un hombre que caminaba con un ritmo distinto. De su cuello colgaba una foto con el rostro de una joven, como las que bailaban, Iluminada por el sol y rodeada por flores. Más tarde le contará a una de ellas que es el papá de Natalia Melmann, asesinada en 2001, a sus 14 años, por policías de Miramar. A sus espaldas, se desplegaba la bandera con la exigencia que hace 9 años se transformó en movimiento: “Ni Una Menos”.

Aunque la convocatoria era a las 16:30, ya desde las 15 algunos grupos se instalaron en la Plaza del Congreso. Sobre las rejas y colgados de los gazebos podían leerse los nombres de las víctimas de femicidios que en menos de una década ya superan los 2.500. El registro oficial sólo existe desde 2015, antes el Estado no se hacía responsable ni siquiera de identificar los casos. Su creación fue resultado del reclamo llevado adelante por el primer Ni Una Menos, hasta ese momento “no se hablaba de la violencia de género como algo estructural, más allá de lo privado. Con tres semanas de organización, logramos instalarlo en la opinión pública, en la calle y que el Estado lo reconozca”, recordó Soledad Vallejos, una de las organizadoras de aquel primer Ni Una Menos, consultada por ANCCOM.

Luci Cavallero es socióloga y parte de la organización del encuentro de este año. Desde temprano, caminaba la plaza hablando con los medios y compañeres, luego sería una de las encargadas de leer el documento. Sobre el contexto de la convocatoria subrayó que  “estamos en un momento de retroceso, y tenemos  núcleos de desigualdad estructural que no se han podido modificar como la brecha salarial, o la crisis habitacional que es un gran problema para las mujeres que necesitan salir de situaciones de violencia”.

tCavallero también formó parte de las asambleas previas al encuentro, sobre las que contó que “estuvieron atravesadas por el triple lesbicidio de Barracas, fueron al principio muy dolorosas. Los espacios colectivos son necesarios para contenernos, darnos fuerzas para sostener la lucha. Este Gobierno apunta también a quebrarnos emocionalmente”. 

A su alrededor, las caras de los funcionarios de Milei podían verse retratadas en las pancartas de los manifestantes. Debajo de una caricatura de la agrupación Las Rojas” se leía: “Sandra Pettovello ministra del odio y el hambre”. A ella también le dedicaban su canto las trabajadoras comunitarias de la UTEP. Agrupadas sobre la plaza, del lado de Hipólito Yirigoyen, sostenían las ollas vacías mientras gritaban “Pettovello Pettovello / no te lo decimos más / entregá los alimentos / o los vamos a buscar”. 

“Con hambre y violencia no hay Ni Una Menos” era la consigna que se leía en una bandera violeta. Para Verónica Gago, otra de las organizadoras, “asistimos a la crueldad hecha política de Estado” en relación a la “crisis económica y el corte total de políticas contra las violencias de género”. Entre ellas se encuentra la paralización del plan “Acompañar”, el único que brindaba apoyo económico a las víctimas de violencia de género. Además, otra consigna de la marcha planteó el rechazo a la Ley Bases que dejaría sin jubilación a 9 de cada 10 mujeres por la eliminación de la moratoria.

La organizaciones sociales, sindicatos docentes, estatales, de la salud, aeronáuticas,  jóvenes de colegios secundarios, grupos pequeños de mujeres independientes, grupos travesti-trans, fueron sumándose de a poco y colmando la plaza. Cada vez más personas se acercaban al escenario para esperar la lectura del documento mientras el atardecer prometía una noche helada. 

Debajo de grandes parlantes, se ubicaba firme la foto de Norita Cortiñas con su inconfundible pañuelo blanco. A su lado, resguardadas por un gazcebo, aguardaban  Nina Brugo y Nelly “Pila” Minyersky, históricas referentes que participaron en la Campaña por el Derecho al  Aborto Legal Seguro y Gratuito. Cuando le preguntaron por las razones de su asistencia Nelly dijo que “no podemos quedarnos en casa en este momento. Poder estar y decir es lo que nos ayuda a seguir viviendo. No tengo frío, me abrigan todas ustedes”.

 El silencio en el escenario se rompió con el grito desgarrador de una integrante de la Asamblea de Lesbianas Autoconvocadas: ”Las mataron con dos bombas molotov mientras dormían”. A su lado,  sus compañeras se aferraban a los carteles mientras interpelaban con su mirada a las presentes. Luego continuó: “Exigimos que no nos maten por elegir amarnos entre nosotras, este no es un caso aislado, es un hecho que ocurrió en democracia, en un año en el que el gobierno de Javier Milei  reproduce discursos de odio como plan macabro”.

Hacia el final recordó que “el jueves se cumple un mes de la masacre lesbicida, vamos a movilizar, queremos que estén ahí y nos demuestren que nos acompañan. Justicia por Pamela, Roxana, Andrea y Sofía”.

“Eso no es libertad, eso es odio” cantaba la multitud cuando subieron al escenario las organizadoras para leer el documento consensuado. Cavallero fue quien tomó la palabra primero y sintetizó las demandas: “La violencia del gobierno de Milei es social, es económica y es política,  ante eso respondemos, seguimos en las calles y movilizadas. Vivas, libres  y desendeudades nos queremos”. 

Para cerrar el acto pasó al frente Sabrina, integrante de Hijos: “Esta plaza de lucha feminista despide a Norita la madre que enfrentó a los genocidas, obrera, piquetera, madre de las grandes luchas y de las pequeñas, las que el poder oculta y las de repercusión mediática. La madre que nos enalteció con su presencia, su  palabra, su pañuelo blanco, verde y multicolor. Continuamos el reclamo por la apertura de los archivos del 74 al 83.”