Un día después de la aprobación de la Ley Bases en Diputados, que precariza los derechos laborales, la CGT y la Izquierda organizaron sus actos conmemorativos del 1º de Mayo. Mucha bronca entre los manifestantes y llamados resistir en la calle. Se confirmó el paro del jueves 9.
Luego de la media sanción de la Ley Bases en la Cámara de Diputados, que entre otras cosas posibilita la precarización laboral, este 1 de mayo mostró una avenida Independencia con enorme presencia de las agrupaciones sindicales para conmemorar el Día del Trabajador. Comenzaron a llegar desde las 8 de la mañana, citadas por la conducción de la CGT bajo el lema “La patria no se vende”, en la sede de Azopardo 802 a las 13 horas. Desde la Avenida 9 de Julio una columna tras otra marchaba cubriendo toda aquella avenida hasta el Bajo.
Entre las principales declaraciones de la cúpula de la CGT en la rueda de prensa realizada en el marco de la marcha, está la de su secretario general Héctor Daer, quien reivindicó las paritarias, los derechos adquiridos y la negociación colectiva como mecanismo para la mejora de las condiciones laborales. Y, en este sentido, subrayó: “Queremos aclarar que no hemos negociado ningún proyecto ni dictamen de lo que ocurrió en la Cámara de Diputados”. Al mismo tiempo, ratificó el llamado al paro del jueves de la semana que viene y aseguró que no se resignará un ápice de los derechos conquistados a lo largo de la historia.
Mientras se preparaba para marchar sosteniendo una bandera del Sindicato de Trabajadores del Medio Ambiente, dijo Edgardo Hornos: “Creo que lo que se aprobó ayer en Diputados es un retroceso. Comienza un período en la Argentina donde la precarización laboral va a ser moneda corriente”. Al consultarlo sobre el futuro agregó: “Como lo fue en los años noventa, la lucha va a ser una suerte de resistencia”.
A la altura de la calle Piedras, de barba blanca y anteojos, Pepe, de la Corriente Clasista y Combativa (CCC), quien prefirió no dar su nombre completo, dijo estar esperanzado con el paro del jueves 9 pero a su vez se manifestó desconfiado sobre que la Ley Bases sea rechazada en el Senado.
Rojo y negro
En tanto, en Plaza de Mayo y frente a un cordón policial posicionado a lo largo de la Avenida de Mayo, las agrupaciones que integran el Frente de Izquierda de los Trabajadores Unidad presentaban sus estandartes en su propia marcha, bien distanciada de la CGT. El rojo de sus banderas, por un lado, y el negro de los uniformes policiales por el otro, generaban un clima que de a momentos se tornaba tenso. Laura Martino, autoconvocada independiente y “futura no jubilada” como ella se definió, aseguró: “Espero que los senadores no se comporten como los diputados traidores a la patria y que luchen por el pueblo”.
Del otro lado de la plaza y observando el vallado que se extendía a lo largo de toda la Casa Rosada, Lía Ramos, docente universitaria, resaltaba lo importante de salir a la calle y encontrase como forma de sobrellevar todas las malas noticias que día a día se escuchan. En relación al tratamiento de la ley en el Senado, expresó: “La verdad es que tengo esperanza, la movilización de las universidades fue muy importante y transversal y desde ese lugar, el del pueblo trabajador en la calle, podemos torcer ese destino”
Fue un 1º de mayo de contrastes, una marcha de gran convocatoria, con multiplicidad de colores y banderas que se corono con una conferencia de prensa en el histórico edificio de la CGT y otra menos convocante, teñida de rojo y con un acto frente a la Plaza de Mayo. En la primera costaba encontrar policías y en la otra los uniformados casi custodiaban uno a uno a cada manifestante. La coincidencia se encontraba entre los asistentes: todos preocupados por la situación que atraviesa el país y la certeza de que la lucha es con todos en las calles.