Matías Darabos, abogado de la Asociación Contra la Violencia Institucional (ACVI) y de la Asociación de Mujeres Meretrices de la Argentina (AMMAR), fue golpeado y lastimado por parte de oficiales de la Policía de la Ciudad horas después de haber participado de la Marcha Federal Universitaria.
Durante la tarde del martes 23 de mayo tras la multitudinaria Marcha Federal Universitaria en la Ciudad de Buenos Aires, Matías Darabos acompañó a sus amigos a la parada de colectivo y atravesó la plaza San Martín hacia el barrio de San Telmo. Sin mediar palabra, fue golpeado por parte de los oficiales: Lara Coria, Angel Raul Cantero y el oficial Fabián Alberto Martinez.
“Estaba subiendo las escaleras de la plaza corriendo, me sentía mal, porque habíamos comido hace unas horas y tenía ganas de vomitar, freno a respirar un poco y se me acercan tres policías muy jóvenes, muy soberbios, quiénes no quisieron identificarse” contó Darabos a ANCCOM.
Uno de los oficiales al grito de “¿qué estás haciendo acá borracho de mierda, te vas a poner a mear?” se acercó a Matías, quién le pidió que no le faltara el respeto y que se identificara. Los policías respondieron: “¿Qué sos? ¿Poronga? ¿Te venís a hacer piola? Seguro venís de la marcha”. Darabos replicó: “Yo le estoy hablando bien, no me falte el respeto. Yo soy abogado, usted no está identificado correctamente. Le pido su nombre y rango, porque no tiene el abrojo como tiene que tener en la pechera”.
Acto seguido, el jóven recibió un primer golpe en la nuca del lado derecho, lo que hizo que caiga al piso, donde continuaron pegándole sin parar. Después de un buen tiempo de golpes, en el contexto de estar en un espacio público en el que quiénes pasaban y querían involucrarse eran echados por los policías, lo levantaron del piso y automáticamente lo sentaron y esposaron en el banco de piedras de la plaza San Martín.
Los oficiales seguían sin identificarse, a los gritos y continuaron la golpiza. “No tengo un carajo que decirte, que seas abogado me lo paso por el quinto forro del orto… así que te gusta protestar…” Matías, indignado y enojado por la situación que estaba viviendo, les dijo: “Esto no va a quedar así, esto que están haciendo es una locura, van a tener que rendir cuentas. Van a hacerles un sumario. No les tengo miedo”.
Al rato, los policías jóvenes preguntaron nerviosos: “¿Qué hacemos con este, qué hacemos? ¿Llamamos al SAME?”. Matías esposado en el banco de la plaza pudo observar y escuchar sus nombres, y se dio cuenta que colocaban algo en su mochila, que estaba tirada al lado del árbol. “Entiendo que era droga” detalló.
Horas más tarde, llegó el móvil policial y lo trasladaron a la Comisaría 1ª donde lo detuvieron e imputaron por resistencia a la autoridad y tenencia de estupefacientes. Allí mismo estaban quienes lo habían golpeado, lo cual va en contra del protocolo de la Ciudad de Buenos Aires, que por tratarse de un caso de violencia institucional deberían haberlo llevado a otra dependencia.
Según contó a ANCCOM, lo llevaron al Ministerio Público de la Defensa, en donde le tomaron las huellas, le sacaron fotografías y pudo hacer la denuncia. Recién en ese momento pudo contactarse con un abogado de su misma asociación, Matías Busso.
De parte de la Defensoría recibió comentarios tales como “ hay cinco oficiales declarando lo mismo y dicen que las heridas en la cara te las hiciste porque estabas corriendo y te caíste por las escaleras, te pegaste la cara contra el piso”, según contó Darabos a esta Agencia. “Tengo entendido que no han sido separados preventivamente de sus respectivos cargos, como se suele hacer cuando se dan estos casos”, agregó.
Darabos recuperó su libertad el miércoles al mediodía. Espera la causa judicial no se duerma y que si alguien vio algo, se comunique con él. “Es una locura lo que ocurrió. La policía en los últimos días está bastante desatada,desde el cambio de gobierno”. A modo de conclusión manifestó: “Me pongo a pensar en que si esto me pasa a mí siendo abogado de derechos humanos ejerciendo mi profesión, defendiendo gente, no quiero pensar lo que le pasa a otras personas en situación de vulnerabilidad, sin conocer la manera de referirse a las fuerzas policiales. No me deja de sorprender y preocupar”.