Se presentó «De Plazas y Pantallas», una serie dedicada al derecho a la comunicación desde 1983 hasta hoy. Fue coproducida por Canal Encuentro, la Carrera de Ciencias de la Comunicación de la UBA y la Subsecretaría de Medios.
De plazas y pantallas es un proyecto originado en el año 2023 que nació para reflejar el mundo de la comunicación en estos 40 años de democracia y quedó plasmado en una coproducción llevada a cabo por la Carrera de Ciencias de la Comunicación de la UBA, Canal Encuentro y la Subsecretaría de Medios de la Nación. Si bien fue pensada para salir al aire a fines del año pasado a través de la señal estatal, con los cambios producidos por el Gobierno de Javier Milei aún no ha sido posible su emisión, por lo que su primera presentación fue realizada el miércoles de 24 abril en el Auditorio de la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA. También estará disponible a partir del jueves 25 de abril en en el canal de Youtube de la Carrera y en la plataforma Contar.
La serie cuenta con cuatro capítulos de quince minutos con ejes diferenciados: el derecho a la comunicación, los actores de la comunicación, el rol del periodismo y los consumos culturales. La conformación de contenidos fue tratada y elaborada a través de distintos testimonios y miradas compartidas por un equipo de especialistas que estuvieron presentes a lo largo de los cuatro videos. Cada parte es conducida por Paula Giménez, periodista especializada en género y sexualidad. A su vez, el desarrollo del contenido fue realizado por autoridades de la Carrera de Ciencias de la Comunicación y de la Facultad de Ciencias Sociales, así como abogados, docentes, periodistas e investigadores. Formaron parte de la iniciativa Larisa Kejval, Diego de Charras, Graciana Peñafort, Damián Loreti, Flavia Costa, Stella Martini, Gastón Montells, Carla Gaudensi, Juan Delú, Nelson Santacruz, Diego Flores, Agustina Lanza, Daniel Badenes, Sebastián Davidovsky, Natalia Zuazo, Irina Sternik, Carolina Balderrama y Fabián Bosoer.
Kejval, doctora en Ciencias Sociales, licenciada y directora de la Carrera de Ciencias de la Comunicación, explicó que el proyecto nació a partir de las motivaciones dadas en el marco de los 40 años de democracia, en un contexto actual en donde hubo muchísimas transformaciones en el ámbito de la comunicación, avances tecnológicos y medidas políticas y económicas que en distintos gobiernos fueron influyendo sobre cómo actúa la comunicación en la democracia. En este sentido, la directora explicó que “la comunicación está quedando un poco pequeña”, por lo cual indicó que la intención fue “hacer un material educativo que interpele a los jóvenes y los invite a reabrir el interrogante social no solo en el presente sino también en el futuro”. Con ello, Kejval describió que la serie está pensada fundamentalmente para las nuevas generaciones que nacieron en democracia y que desde su más corta niñez estuvieron en contacto con los dispositivos tecnológicos como la televisión, la computadora o el celular.
Kejval resaltó la importancia que tiene reconocer a la comunicación como un agente interdisciplinario en la vida de cada uno y añadió que le parece fundamental para ella y para el equipo que estos tópicos vuelvan a las aulas y puedan ser problematizados.
Mundo hiperconectado
De plazas y pantallas juega con lo actual, lo dinámico y lo histórico a través de una complementariedad de elementos presentes que buscan incidir de forma educativa sobre los jóvenes. A lo largo de los capítulos, la conductora va teniendo contacto con distintos dispositivos técnicos que tiene en un baúl, ya sea un disquete, una revista o un cassette, poniendo en escena distintos hechos históricos. Mientras se tocan los distintos ejes a problematizar, la serie enfatiza en el trasfondo histórico que hizo posible que estemos hoy en un mundo hiperconectado. A través de ello se explica la importancia del derecho a la comunicación y cómo fue avanzando, retrocediendo y dejando cuestiones aún sin trabajar durante el transcurso de la historia.
Con distintos fragmentos audiovisuales, la serie atraviesa una línea de tiempo, permitiendo comprender lo que implicó la comunicación desde los inicios de la democracia, el surgimiento de una nueva ley para los medios audiovisuales en el año 2004, la Ley 26522, y su tardía sanción e incluso cómo fue modificada a través de los decretos de necesidad y urgencia de Mauricio Macri a partir de 2016.
De plazas y pantallas también realiza un importante énfasis en el rol que cumple la llegada del Internet en el ámbito de la comunicación y la palabra: la democratización de la palabra, la llegada de las multipantallas, canales de streaming, el uso excesivo de la IA, las fake news y cómo nos implica como personas que vivimos en democracia.
La serie brinda un importante señalamiento sobre la importancia que hay de parte de medios de comunicación alternativos y cómo se distinguen de los medios tradicionales al tomar agenda de cuestiones antiguamente poco habladas. A través del testimonio de periodistas, se explica cómo los medios alternativos otorgan un nuevo tipo de lectura que impulsan a una mayor democratización de la palabra, por ejemplo a sectores villeros, población cartonera, feminismos, pueblos originarios, y cómo distintos usuarios pudieron encontrar espacios para defender ideales, además de la figura de las disidencias.
Espacios físicos y virtuales
Sin embargo, la serie muestra una constante problematización del camino por el cual llegaron estos avances: ¿cuál es el rol del Estado y cómo regula la circulación de contenidos? ¿Cuál es el futuro de la comunicación? ¿Cómo podemos identificar las fuentes creíbles y argumentadas? ¿Cómo nos incide la llegada de la llamada posverdad? ¿Quien supervisa y modera los contenidos en las plataformas?
Al final de la transmisión, los directivos invitaron a los espectadores a realizar un brindis a la salida del auditorio donde distintas personalidades compartieron unas palabras respecto al contexto que se está atravesando en la actualidad y su vinculación con De plazas y pantallas. Kejval agradeció a sus compañeros que hicieron posible la serie y, a través de un aplauso emotivo, le dio el micrófono a Rosaura Audi, docente y periodista especializada en políticas internacionales. “Rescato –expresó- la reconstrucción de nuestra memoria comunicacional que revisa todo este proceso de 40 años de democracia, estos avances y retrocesos que hemos tenido y a reflexionar sobre lo que está pasando con los medios de comunicación, el periodismo y los canales de streaming.”
Luego, el micrófono fue transferido a Cecilia Flachsland, licenciada en Ciencias de la Comunicación (UBA) y docente, quien habló de la necesidad de no dejar de ver cómo De plazas y pantallas funciona como un abrazo entre la Carrera y Canal Encuentro: “Esta carrera es hija de la posdictadura y del alfonsinismo, pero Canal Encuentro es hijo de un contexto político muy distinto, vinculado a esta imaginación política radicalizada que fue el kirchnerismo. Sin el kirchnerismo no existiría Canal Encuentro porque en esa escena fue posible pensar que el Estado podía de alguna manera volver a componer escenas que tengan que ver con la justicia, con la igualdad y que tenga que ver con la capacidad que un medio de comunicación pueda distribuir saberes sociales”. Flachsland apuntó también que le interesa “pensar en cómo se habían encontrado estas dos tradiciones: la de la Carrera con su voluntad crítica, con su voluntad de construir preguntas para entender el mundo comunicacional, social y político; y Canal Encuentro que también está marcado por eso y muy fuertemente por cómo muestra a la escuela como lugar fundamental de trasmisión de saberes”.
A su turno, Carla Gaudensi, secretaria general de la Federación Argentina de Trabajadores de Prensa (FATPREN), se refirió a los ataques generalizados a lo público por parte del Gobierno nacional: “Como secretaria general, a mí y a mis compañeros y compañeras siempre nos interesó recuperar esta perspectiva de entender a la comunicación como los trabajadoras y trabajadores que estamos en los medios privados, en los medios públicos y en los medios cooperativos, comunitarios y populares como parte de un todo y por eso siempre desde la federación promovimos esa perspectiva y trabajamos en ese sentido. Este contexto nos impone un brutal ataque hacia todos los trabajadores, porque el Gobierno a través de distintas variantes nos atacó de maneras distintas como es hoy en día por el brutal silenciamiento que se refleja en el intento de cierre de Télam.” Gaudensi cerró diciendo que a pesar de los intentos de cierre o desfinanciamiento seguirán luchando. “Los medios públicos van a resistir, van a ganar y los medios públicos de comunicación van a seguir existiendo”, expresó.
Luego de un cálido aplauso, Diego de Charras, docente, investigador y vicedecano de la Facultad de Ciencias Sociales, compartió el trasfondo, las motivaciones y los ejes a tener en cuenta al ver la serie. Explicó que se trató de un proyecto pedagógico y educativo que busca interpelar a estudiantes y a futuros estudiantes no sólo de la Carrera de Ciencias de la Comunicación: “Queríamos hablarles a través de un idioma que no fuera rudo sino que fuera escolástico, cronológico, que hiciera preguntas y pudiera ir y volver a lo largo del material. Creemos que se logró, buscamos una dinámica que interpelara y que fuera veloz, dicha de algún modo en algún idioma en que nuestros estudiantes lo pudieran entender”, manifestó De Charras.
Al detallar las motivaciones que tuvieron para concretar el proyecto, dijo que “se buscó poner en el centro del debate a la comunicación, la democratización de la comunicación y el derecho a la comunicación. Después de un proceso de muchas batallas, donde tuvimos un crecimiento y una caída y ahora que nos encontramos en este momento muy atacados por el hecho de tratarse de medios públicos, mucho discurso de odio y mucha noticia falsa, poder tematizar la cuestión de la comunicación y volver sobre ello nos parecía esencial porque no lo podemos sacar de agenda.”
Tiempos violentos
A criterio del vicedecano, la democratización de la comunicación nunca puede dejar de ser parte de la agenda: “Pueden cambiar las regulaciones, pueden cambiar las tecnologías, pero los derechos son derechos y debe pelearse por ellos. Será con otras tecnologías, con otras normas, figuras o herramientas pero debe ser tematizado y debe ser puesto en el centro por una perspectiva de derechos y principios.” Para De Charras, esto es “necesariamente un proyecto político y de incidencia política” en la que, como equipo y autoridades de la Carrera, consideran que “se debe fomentar el pensamiento crítico poniendo en escena lo que sucedió, quiénes fueron los actores, cuál es la precarización de las trabajadoras y trabajadores de prensa, quienes son los actores comunitarios, subterráneos, los vulnerables”.
“Estamos seguros que poner todo eso sobre la mesa es nuestro rol en la universidad pública en un contexto en que todo lo público está siendo puesto bajo ataque. Todo lo que tiene que ver con la clase trabajadora y lo que tiene que ver con lo público, con lo común, con los servicios públicos: el cine, la agencia de noticias, la educación y la salud”, dijo De Charras.
Medios alternativos
También tomó la palabra Nelson Santacruz, periodista y redactor de La Garganta Poderosa: “Soy de la villa 21-24, nosotros somos una cooperativa que tiene dos redacciones, una en Capital Federal y otra en la provincia de Córdoba, y tenemos comunicadoras y comunicadores de barrios populares a lo largo de Argentina y tenemos ya más de 10 años de trabajo en los territorios y medios. Abrimos Tik Tok hace poco como una forma de disputar ese sentido y como forma de visualizar e instalar la agenda villera”. Santacruz describió que la agenda de sus sectores en esos espacios fueron ganados y avasallados discursivamente “por los que gobiernan hoy y que directamente vienen a atacar hoy en día a medios como Télam o directamente desfinanciando o soltándole la mano a un montón de medios cooperativistas, autogestivos o independientes pero que se venían financiando con mucho pulmón y que venían a instalar justamente una voz y una agenda desde nuestro barrios.” El periodista expresó cómo para su ellos un derecho como la comunicación resulta tan vital como la libertad de expresión, al acceso a la conectividad y todo lo que se estuvo compartiendo a lo largo de los capítulos y que muchas veces los que viven en barrios populares no lo ven como un derecho sino como algo muy alejado.
En diálogo con ANCCOM, Santacruz compartió las expectativas que tiene respecto a la recepción de la serie sobre el público jóven: “Me parece que lo clave de este tipo de contenidos es que es didáctico, dinámico y rápido, con un lenguaje actual que interviene en las redes sociales y demás va a permitir que muchos conceptos les queden a los pibes y las pibas. Me parece que se puede tratar en la secundaria, hay que llevarlo a las asambleas de los barrios populares, hay que llevarlo también a las universidades. Me parece que ese sentido crítico es lo que quieren atacar hoy en día, atacando la universidad pública, a Canal Encuentro y a todo lo que de por sí es público.”
Santacruz desea que ese contenido circule, que lo vean los chicos y chicas y que tengan sus propias conclusiones, que de algún modo se comprenda lo que ocurre cuando se le omite el derecho a la comunicación no sólo a la sociedad argentina sino a cualquier otra: “Lo que están haciendo es censurar muchos derechos, como por ejemplo la libertad de expresión, el derecho al acceso a la información. Lo que necesitamos es diversidad, pluralidad de voces y justamente estos contenidos son los que vienen a sumar.”
Consultado sobre cómo se podrían llevar estos contenidos a los barrios populares, respondió: “Me parece que hoy más que nunca las universidades públicas, sobre todo la UBA que tiene un peso tan importante, tiene que reforzar sus vínculos con las organizaciones sociales, las ONG, con las organizaciones que tienen territorialidad hace muchas décadas en los barrios periféricos, en los sectores campesinos y en los sectores originarios también. Me parece que hay que ir por ese lado: hay que tender puentes, hay que seguir manteniéndonos en red porque justamente con esto se va a permitir territorializar la universidad pública y al mismo tiempo que desde los barrios podamos ver a los pibes y a las pibas volver a los territorios”.
Finalmente, el periodista enfatizó que lo que se necesita es que haya gente que le pueda brindar apoyo a los chicos. “Con ello se podrá ver cómo la universidad se tiñe de pueblo y que el barrio no pierda el horizonte del sueño o propósito de que los villeros podemos acceder a un terciario, a un profesorado o a una universidad pública”.