Luego de la cancelación de la temporada de verano, el C3 reabrió sus puertas al público. Sin embargo, no renovaron los contratos de quienes guiaban las visitas.
El Centro Cultural de la Ciencia reabrió al público el pasado 26 de enero luego de la cancelación de la temporada de verano, decisión tomada por Alejandro Cosentino, encargado de la Secretaría de Innovación, Ciencia y Tecnología, y Nicolás Posse, jefe de Gabinete de la nación.
El Programa de Formación en Comunicación Pública y Educación, integrado con más de 70 estudiantes de universidades nacionales y que se desarrollaba en este espacio, en cambio, parece definitivamente recortado. “La respuesta que recibimos fue que iba a abrir el museo sin nosotres”, afirma Jade Desimone, estudiante de Química y Antropología de la UBA, ex guía del lugar.
El C3 comunicó el comienzo de su temporada de verano mediante sus redes, invitando a que se lo visite de viernes a domingo. Si bien su reapertura fue una buena noticia , no pasó desapercibida la ausencia de los guías: “Ni bien abrió el C3 se llenó de gente en los comentarios preguntando por nosotres y los tuvieron que limitar”, comenta Desimone.
Los integrantes del programa completaban la experiencia en el Centro con un acompañamiento individualizado. Con la ausencia de los copilotos, como se los llama en el C3, el lugar está “siendo moderado en protocolo de emergencia”, es decir, “gente que quizá se dedicaba a la gestión de eventos o a las redes sociales ahora está haciendo nuestra labor”.
Además de perder su trabajo, a los pilotos se les adeuda el pago del mes de diciembre. Frente a esto Desimione cuenta: “La Secretaría no pasó ni un peso aún pero se comprometieron a pagarle a las facultades los fondos que fueron adelantados”.
Una vez cancelada la temporada de verano los integrantes del programa siguieron con la divulgación de ciencia en redes mediante la organización de actividades al aire libre de manera independiente, con el eslogan «C3 en las calles». Al día de hoy lo siguen haciendo: “Estamos tratando de definir una nueva estética y un cambio de nombre, pues hacerle publicidad gratis al C3 no tiene mucho sentido”, aseguran. Esto implica desgaste y costo, por lo que no lo están pudiendo realizar de manera constante. Hasta el momento se reunieron en la plaza del Polo Científico-Tecnológico, en la Plaza Saavedra y en el Parque Centenario.
De momento siguen sin conocer cuándo y dónde será la próxima edición pero irán comunicando todo en sus redes sociales, como también divulgando contenido científico.