Las elecciones, por ahora suspendidas, tienen en vilo al pueblo xeneize y también al resto del país. La punta del lanza de las Sociedades Anónimas Deportivas y la utilización del fútbol para hacer política nacional.
Las elecciones en Boca no se realizaron este domingo y sobre el campo de juego de La Bombonera, donde estaba todo preparado para que los socios asistieran a votar, reina la incertidumbre. Después de acusaciones cruzadas, denuncias, artilugios legales y una audiencia que de negociación tuvo poco, no hubo bandera blanca entre el oficialismo, encabezado por el máximo ídolo del club, Juan Román Riquelme, y la oposición, liderada por Andrés Ibarra y Mauricio Macri, expresidente de la institución. El domingo hubo una multitudinaria marcha de hinchas, encabezada por el ídolo y actual vicepresidente, para exigir la realización de los comicios y el lunes, la jueza Alejandra Abrevaya, que las había suspendido la semana pasada, decidió apartarse de la causa.
Todo comenzó en la madrugada del martes, cuando la jueza a cargo del Juzgado Nacional N°11, Alejandra Abrevaya –curiosamente hermana del legislador del Pro Sergio Abrevaya-, decidió suspender la votación a causa de “irregularidades y anomalías en el padrón”. El fallo, firmado a la 1:14 AM, hace lugar a la denuncia presentada previamente por el propio Ibarra, en la cual acusa a la actual conducción de haber pasado 13.364 socios adherentes a la categoría de activos, es decir con derecho a votar, entre agosto y noviembre de 2021. Este viernes, la comisión directiva apeló la medida cautelar impuesta por la magistrada. Si se respetan todos los plazos judiciales, no sólo no se votará el domingo, sino que parece imposible que los comicios se lleven adelante el 17, último día disponible para hacerlo.
La carrera por presidir al club más popular del país parece estar lejos de su línea de meta. Ambos aspirantes representan dos idiosincrasias completamente diferentes: de un lado administrar a la institución como si fuese una empresa, del otro conducirla como un club social y deportivo de primer nivel mundial.
Es la política, estúpido
“Boca está metido en la política nacional y hace mucho más ruido que los demás equipos”, dice el periodista Ezequiel Fernandez Moore y explica que esto se ve reflejado en que, gracias a una muy buena gestión al frente de la institución, Macri logró posicionarse políticamente hasta convertirse en Presidente de la Nación. En cambio, Rodolfo D’Onofrio, exmandamás de River, a pesar de sus aspiraciones, ni siquiera llegó a ser diputado.
Sería ingenuo pensar que el triunfo de Javier Milei en las elecciones nacionales, no impactará en los comicios xeneizes. El libertario, quien confesó que ya no era hincha del club después del regreso de Riquelme como jugador, una decisión populista desde su punto de vista, es el principal aliado del creador del Pro. Además, afirmó que si Martín Palermo asume como director técnico del club –tal como propone la oposición- volvería identificarse con la azul y amarillo. Mientras tanto, Riquelme es cercano a Sergio Massa, hoy desaparecido de la escena política luego de su derrota electoral.
“Durante el Macrismo, Boca fue colonizado por un partido político que es el Pro”, asegura Fernandez Moore. Entre los integrantes de la actual lista opositora, se repiten varios nombres de la facción que gobernó la institución entre 1995 y 2019. También se destaca la presencia de Mario Pergolini, ex vice de Jorge Ameal. Para Fernandez Moore no es lo mismo si el presidente es un ídolo popular o un candidato político: “Sin Macri, pasa a ser un club sin tanto discurso político”, comenta.
Es la económica, estúpido
“Quieren que Boca sea el primer club privado de la Argentina y que no se vote nunca más”, advirtió Riquelme en los últimos días en referencia a los objetivos de la oposición. Es conocida la postura de Macri a favor del sistema de Clubes Sociedades Anónimas, similar al modelo inglés. “Cada club debe poder elegir cómo quiere organizarse. Si creen que lo mejor es convertirse en SAD hay que dejarlos”, declaró recientemente en la presentación de su fórmula. Macri no pudo imponer la discusión de las SAD cuando Julio Grondona conducía la AFA en 1999. Perdió la elección 39 a 1. Tampoco cuando ocupó la Casa Rosada entre 2015 y 2019.
“Los históricos equipos británicos han cedido sus potestades a favor de los núcleos económicos dueños del mundo. Allí hay concentración de capital y recursos, lo que da más posibilidades dentro del campo de juego”, plantea el periodista y escritor Ariel Scher.
La Premier League es uno de los mejores espectáculos del deporte mundial. Incomparable a la Liga Argentina, en la que 28 equipos juegan en cualquier día, a cualquier horario y, muchas veces, en estadios semivacíos. Si sumamos los cambios de reglamento sobre la marcha, los ascensos sospechados y los arbitrajes bajo la lupa, pareciera que estuviésemos hablando de dos deportes completamente diferentes. Ahora bien, ¿la única solución es entregar a estas instituciones sociales con patrimonios centenarios y un capital simbólico imposible de monetizar, a la voracidad del mercado?
“La Argentina tiene una tradición de resistencia a ese modelo, que va en sentido contrario a lo que plantea Macri, quien en caso de lograr un lugar preponderante en la institucionalidad de Boca, representaría un respaldo para el modelo de organización de los clubes bajo la lógica del mercado”, explica Scher.
Ante la consulta de ANCCOM, Diego Lajst, quien ocupará el cargo de protesorero en caso de producirse un triunfo opositor, afirma que: “Boca es y será una asociación civil sin fines de lucro por siempre. No creo que este el contexto dado en el fútbol argentino para la implementación de las SAD. Se necesitaría una ley nacional y la AFA rechazó la moción para modificar el estatuto”. El exsecretario general de la Asamblea de Representantes cree que Ibarra representa el cambio que necesita el club, el cual se encuentra bajo “el relato riquelmeano”.
Trabajo social
“Creemos que los socios quieren seguir siendo un club de fútbol, social y deportivo, sin fines de lucro, como fue creado. Estamos ante gente que viene por otra cosa. Algo que no es ilegal ni monstruoso, pero que simplemente no nos representa. No tiene que ver con nuestra identidad”, expresa Alejandro Veiga, integrante de la lista oficialista. “Volvimos a tener deportes amateurs, a la gente dentro del club, a más de 200 chicos becados en la colonia de vacaciones. Estos son objetivos que las SAD no se pueden permitir porque solo buscan ganar plata. En Boca se hace un gran trabajo social, el cual se deberá profundizar en los próximos cuatro años”, cuenta el candidato a vocal a ANCCOM.
“Es sabido que Riquelme y Macri se odiaron toda la vida, pero Román realmente piensa que el club estaba siendo utilizado antes de su llegada, no es un relato”, dice Marcos Bonocore, cronista de Boca en TNT Sports. A eso se refiere el 10 cuando declaró que en estas elecciones, el socio debe elegir entre ser un club de fútbol o que lo usen para hacer política. “Las SAD tienen cosas positivas en cuanto a desarrollo, pero lo más importante es que el club sea auténticamente de los socios y que no se convierta en un trampolín para otras cuestiones”, sostiene Bonocore.
Si bien es apresurado catalogar estas elecciones como claves para el futuro del deporte madre nacional, si ponen en escena un juego de opuestos al que la sociedad deberá acostumbrarse. Riquelme expresa una relación de cariño y preocupación para con el club. Su victoria sería un guiño al modelo que sostiene a los clubes como espacios de pertenencia y a los socios como sus verdaderos dueños. Si Macri pusiera un pie en el fútbol argentino de nuevo, significaría dejar sin llave la puerta de ingreso para jeques árabes, estadios ultramodernos y capitales extranjeros. El partido que mantiene en pie de guerra al Mundo Boca aún no tiene fecha y todo parecería indicar que se realizaría bien entrado el 2024. Mientras tanto, La Bombonera no va a latir y, por ahora, tampoco va a votar