Por Jorge Rodríguez
Fotografía: Clara Pérez Colman

«La cámara afgana», la muestra del multipremiado Rodrigo Abd, exhibe la realidad del país asiático capturada por el fotógrafo tras dos extensos viajes.

El Centro Cultural Borges presenta la muestra fotográfica La Cámara afgana, de Rodrigo Abd y curaduría de Irina Dambrauskas. El reportero gráfico argentino fue dos veces ganador del premio Pulitzer y visitó Afganistán por primera vez en 2006 y por segunda en 2022, ya sin la ocupación de tropas estadounidenses en ese país.

En el primer periodo, entró en contacto con la cámara de cajón (artefacto que era muy común entre los fotógrafos callejeros de aquel lugar), que permite tomar la foto y realizar el proceso de revelado con la misma herramienta. Dambrasukas relata cómo influyó esta modalidad en el trabajo de Abd: “Dio como resultado un material totalmente distinto al que se podría obtener con una reflex o con una mirrorless digital. Las fotografías parecen detenidas en el tiempo. La muestra consta del material que realizó durante dos viajes; del primero teníamos mayoritariamente retratos de trabajadores jornaleros, y durante su segundo viaje llevó la cámara más allá de sus límites, realizando fotografías en exteriores, con movimientos y variedad de planos”.

 La segunda visita del fotógrafo lo situó en un contexto de menor rispidez en ciertos aspectos, lo que le permitió llegar a zonas que en 2006 le estaban vedadas y que Abd se propuso recorrer. La selección de las fotos para la muestra denota una tendencia a retratar imágenes de personas adultas y niños realizando actividades que forman parte de su cotidianidad, con mujeres con el rostro cubierto y hombres armados.

“En un principio lo que hice fue ir armando varias selecciones con distinto tamaño y jerarquía. Rodrigo produjo una enorme cantidad de material increíble, así que reducirlo e ir dejando afuera fotografías fue muy complejo. Fuimos viendo de cubrir distintas temáticas de la vida cotidiana en Afganistán: niñez, trabajadores, mujeres, consumo de drogas, talibán, religión, cultura, etcétera. En este proceso terminaron quedando afuera imágenes con las que uno se encariña, pero que quizás en el diálogo con el resto del material hacían ruido o no funcionaban del todo bien”, explica la curadora.

Algunos turistas que andaban de paseo por el Centro Cultural Borges se acercaron a recorrer la muestra, como es el caso de Amanda Klein, de Sao Paulo, Brasil. Tiene 26 años, es médica y la visita la hace conocer por primera vez la obra de Abd. “La sensación general que me dejó la muestra es de tristeza y sufrimiento, como la que se ve en el rostro y mirada de aquel hombre de 75 años que ya no puede trabajar por su físico. De todas maneras hay otras que me causaron una sensación contraria, como la de la familia que estaba de vacaciones navegando en un bote”, cuenta.

Ese sufrimiento también fue percibido por Paola Frías, cuidadora de adultos mayores y de 53 años: “Sentí tristeza con las fotos exhibidas. Las imágenes muestran el maltrato que sufren esos seres humanos, principalmente las mujeres y niños”. Paola agrega: “Mi conocimiento sobre la cultura afgana era muy pobre. No he tenido la oportunidad de observar con detenimiento anteriormente, por los pocos fragmentos que llegan de los medios”.

Distinta fue la experiencia de Augusto Reyes Mora, antes de visitar la muestra. Este ingeniero industrial peruano, de 45 años, había leído un libro que hablaba de la opresión contra la mujer en aquel país. “La muestra me generó una sensación de naturalidad para contar las cosas y muy explicativa. Me sorprendió un poco la situación que tienen frente al trabajo infantil, sobre todo la imagen de aquella niña que debía trabajar porque no le estaba permitido estudiar y refleja esa opresión que leí en aquel libro”.

La muestra se encuentra en el primer piso del Centro Cultural Borges hasta diciembre del 2023.