Por Karol Reyes
Fotografía: Raul Ferrari / Telam

En las calles y en las redes, bajo el hashtag #AhoraMasQueNuncaNuncaMas, sobrevivientes de la última dictadura contaron sus historias y llamaron a defender la democracia.

“Queremos seguir viviendo en un país donde se respeten los derechos, donde podamos seguir festejando cada vez que se conquistan más derechos, por eso los invito a todas y a todos a gritar, ¡nunca más, ahora y siempre!”, exclamó Carlos Pisoni, integrante de la agrupación H.I.J.O.S., en la estación Constitución, en el marco de una iniciativa de los organismos de derechos humanos de cara al balotaje.

Sobrevivientes de la dictadura, madres, abuelas, hijos, nietos restituidos y familiares de desaparecidos se concentraron en cuatro puntos estratégicos de la ciudad de Buenos Aires: Plaza Miserere, estación Congreso de Tucumán de la Línea D de subte, Plaza de Mayo y la citada estación Constitución del Ferrocarril Roca, con el propósito de defender la memoria, la verdad y la justicia ante la embestida negacionista y reivindicatoria del terrorismo de Estado de La Libertad Avanza.

La propuesta incluyó el diálogo con transeúntes y el relato de historias personales de víctimas para generar conciencia sobre el riesgo que significa la elección de este domingo. “Ojalá reflexionemos acerca del país que queremos. No queremos una candidata a vicepresidencia que propone una tiranía. Tampoco un candidato a presidente que defienda Margaret Thatcher”, afirmó Pisoni en diálogo con ANCCOM.

“Es gente que reivindica los delitos de lesa humanidad cometidos por el terrorismo de Estado, que reivindica el secuestro, la tortura, la violación, el asesinato, la desaparición y el robo de los hijos e hijas de las víctimas. Estamos hablando de una idea de gobierno que nada tiene que ver con la historia reciente de la Argentina”, subrayó el nieto restituido Guillermo Pérez Roisinblit en la Plaza de Mayo, donde estuvo repartiendo pañuelos blancos: “Representan la lucha de las Madres y Abuelas, pilares de estos consensos que hemos sabido alcanzar en estas cuatro décadas, esta democracia que tanto nos costó conseguir», expresó.

Con el trasfondo de 40 años ininterrumpidos de ejercicio democrático, la actividad de los organismos estuvo marcada por la preocupación acerca de los discursos apologéticos de la última dictadura, pero no sólo por esto: también por la amenaza contra derechos adquiridos como el matrimonio igualitario, o incluso por la propuesta de la dolarización, que dejaría del país sin moneda propia.

“Como sociedad, no podemos permitir que un grupo de personas, por ambición de poder, quieran ensuciar la tarea de más de 40 años de Madres y Abuelas de Plaza de Mayo”, dijo en Plaza Miserere el nieto restituido Juan Pablo Moyano, hijo de los desaparecidos Edgardo Patricio Moyano y Elba Altamirano.

Mientras tanto, en la estación Congreso de Tucumán, en el límite de los barrios de Belgrano y Núñez, la hija de desaparecidos Verónica Castelli contó su historia: “Mi mamá fue secuestrada embarazada de seis meses y medio, fue llevada a un centro clandestino de detención, fue torturada estando embarazada. Recién pude conocer a mi hermana en 2008 porque los militares la regalaron y la dieron en adopción”. Y concluyó: “No queremos que este país lo presidan personas que reivindican la última dictadura”.