Por Milagros Gonzalez
Fotografía: Telam - Leo Vaca/INFOJUS - Prensa

Al cumplirse 17 años de la segunda desaparición de Jorge Julio López, hubo una nueva marcha en La Plata reclamando ante la impunidad del caso. También se estrenó el microdocumental «Arana sin olvido», filmado en uno de los centros clandestinos donde estuvo secuestrado en la dictadura.

Jorge Julio López declaró en 2006 ante el Tribunal Oral Federal 1 de La Plata.

Jorge Julio López fue víctima de desaparición forzada durante la última dictadura militar –cuando la patota que comandaba el jefe de Investigaciones de la Policía Bonaerense Miguel Osvaldo Etchecolatz lo secuestró de su casa de Los Hornos, el 26 de octubre de 1976–, y por segunda vez el 18 de septiembre de 2006, cuando se estaba por presentar en el Salón Dorado del Palacio Municipal de La Plata para escuchar los alegatos del juicio contra su verdugo, contra quien había declarado en el proceso judicial.

Este lunes se estrenó el microdocumental sobre el ex centro clandestino Pozo de Arana, donde estuvo cautivo López. Su director, Cristian Jure, describió que es un film de ocho minutos, que estará disponible en el canal de YouTube de la Universidad de La Plata y formará parte de la serie de seis capítulos llamada ¿Quién Soy?, grabada en distintos excentros clandestinos de detención y tortura. Jure habló con ANCCOM y destacó la particularidad que tienen estos episodios. “Funcionan en redes, por eso tienen ocho minutos, están destinados a las nuevas generaciones”, dijo. Además, destacó que realizan estos documentales “para que los 300 nietos y nietas que todavía no han conseguido restituir su verdadera identidad, logren hacerlo. Apuntan a que los hijos de esos nietos no recuperados, para que cuando lo vean pregunten a sus padres: ‘¿Mami quién fue tu mamá, tu papá?’. Esta es una temática transversal a todas las audiencias, pero particularmente estaba vinculado a las nuevas generaciones que tienen un acceso a estos discursos a través del Tik Tok, Instagram y particularmente YouTube”.

En 2014 el genocida Miguel Angle Etchecolatz fue fotografiado con un papel en la mano con el nombre de Jorge Julio López. 

 

El director cinematográfico realizó esta serie como proyecto audiovisual de la Asociación Miguel Bru (AMB), en coproducción con UNLP TV, y fue seleccionado por el Fondo de Fomento Concursable para Medios de Comunicación Audiovisual (Fomeca) y el Ente Nacional de Comunicaciones (Enacom) en el concurso «Identidad» de Abuelas de Plaza de Mayo. Los otros capítulos estuvieron dedicados a La Cacha, la ex comisaría 5ta de La Plata, la quinta de los Méndez (Tandil), Faro de la Memoria (Mar del Plata) y el Pozo de Banfield.

López pasó por varios campos de exterminio pero la elección de Arana es fundamental porque en diciembre de 2021, en el marco del juicio conocido como «Arana II», el Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) reveló el hallazgo de tres fosas comunes, algo que el testigo había contado en su testimonio de junio de 2006 y que hasta ese momento no se sabía. En los ocho minutos de la obra de Jure dialogan el hijo de López, Ruben, y Ana Laura Mercader, hija de Mario Miguel Mercader y Anahí Silvia Fernández de Mercader, detenidos y desaparecidos que estuvieron en ese mismo centro clandestino. 

“A esta nueva generación queremos brindarle argumentos para el diálogo y el debate, nuevos elementos que le permitan tener acceso a estos relatos tan importantes, sobre todo en estos tiempos de negacionismo, donde empezaron a surgir planteos que creíamos que ya estaban totalmente resueltos”, destacó Jure. “Fue muy duro hacer todos los capítulos pero particularmente este, porque Jorge Julio López es un desaparecido en democracia y eso es una diferencia con el resto de todos los demás, lo que hacen es cuestionar él Nunca Más y decir que mientras López no aparezca el Nunca Más es incompleto”, agregó. 

En tanto, en la Plaza Moreno de la capital bonaerense, el aniversario 17 del segundo secuestro y desaparición forzada de Jorge Julio López fue el motivo convocante para una nueva movilización convocada por la Multisectorial La Plata, Berisso y Ensenada. Es el mismo colectivo de organizaciones que a pocos días de ocurrido el hecho llegó a juntar cinco mil personas en ese lugar, bajo una lluvia torrencial. 

Daniel Satur, periodista platense de La Izquierda Diario, dijo a ANCCOM que “lo más importante de esta convocatoria es que hace 17 años que no se sabe nada o mejor dicho la sociedad no sabe nada, la familia de López no sabe que probablemente funcionarios o ex funcionarios, policías o expolicías sí saben lo que pasó con López”. A su criterio, “hubo una decisión de no decir lo que pasó, se calcula que 200.000 personas de todo el país participan de alguna u otra manera del aparato genocida y hay que tener en cuenta que en el momento que López desaparece una quinta parte de la policía bonaerense estaba conformada por ese personal”. Satur, que siguió durante años el caso, afirmó que “son 17 años de impunidad absoluta, hay quienes un día como hoy no hacen ni un mea culpa, siguen hablando de los derechos humanos, sin la dignidad de admitir que no hicieron nada”.

Satur recordó el momento vivido en 2006 y relató que “en esos días estaba por terminar el juicio Etchecolatz, por cada audiencia de juicio se llenaba de gente porque muchísimos querían presenciar ese hecho histórico”. En su memoria vuelve la mañana en que López nunca llegó a la audiencia donde se iban a presentar los alegatos, un momento muy esperado por él porque finalmente le vería la cara de nuevo a Etchecolatz. “Cuando no llega los abogados denuncian inmediatamente la desaparición de López. Esa noche nos concentramos frente a la gobernación exigiendo que se encontrara ya a López. Obviamente solo hubo discursos para salir del paso, y el viernes dos días después, llovía torrencialmente. Sin embargo, miles de personas caminaron por La Plata exigiendo la aparición con vida de López”, evocó Satur. 

“Desde que desapareció el 18 de septiembre de 2006 los 600 días posteriores la investigación estuvo a cargo de la policía bonaerense que era la principal sospechosa de la desaparición. Esas cosas llevan a esa indignación popular, que durante muchos meses las marchas fueron masivas. Llegando hasta el día de hoy donde el caso está ausente de la agenda pública”, expresó el periodista. A su criterio, la marcha de ayer tuvo el valor simbólico de “una vez más salir a las calles para recordarle a todo el mundo que López hace 17 años está desaparecido y que el Estado es responsable de no haberlo encontrado”.

José Pepe Rusconi, referente de la Asamblea Vecinal Barrio Norte y de Sobrevivientes 2-4-13, también se refirió a aquella primera marcha cuando López desapareció por segunda vez. “Estuvimos en la gobernación y no nos atendían. En esos primeros momentos de mucha tensión e incertidumbre, se organizó la marcha. Fue un día de lluvia, nos empapamos muchísimo pero fue masiva donde también hubo muchos compañeros de otros lugares. Todos bajo la lluvia marchando, una columna sólida, muy poblada, marchando de Plaza Moreno a Plaza San Martín”, recordó. Para él, “López era un compañero platense”, y lo que le hicieron “fue claramente un mensaje por parte de Etchecolatz, esto es lo que pasa a los que vienen a testificar en contra de los genocidas”. 

La bronca y angustia para los vecinos de La Plata es que no haya ni una pista sobre su destino, sino un pacto de silencio. Rusconi destacó que “esta ciudad movilizada ha logrado desde tirar a la dictadura militar hasta conseguir algunas cuestiones como que Etchecolatz fuera preso, esto se logra todo a través de la movilización popular. Lo que espero es que se mantenga firme, porque es la única garantía de frenar a todos aquellos que añoran esas épocas oscuras que hemos tenido en el país”.