Por Gimena Luque
Fotografía: Gentileza Diario Armenia

Centenares de integrantes de la comunidad armenia en Buenos Aires reclamaron por el fin del bloqueo que Azerbaiyán mantiene sobre la república también conocida como Nagorno Karabaj.

“Con este viento se nos van a volar todas las cartulinas” comentaban fastidiados unos niños mientras peleaban con las ráfagas y las gotas de lluvia que estropeaban sus pancartas.

Centenares de personas de la comunidad armenia se reunieron en el Obelisco bajo el lema “SOS Artsaj” para dar a conocer y reclamar justicia por los habitantes de la República de Artsaj, víctimas de un bloqueo impuesto por Azerbaiyán.

Niños y adolescentes junto a sus compañeros de escuela, padres y abuelos se manifestaron en el 32º aniversario de la independencia de República de Artsaj, también conocida como Nagorno Karabaj. Cientos de familias lograron que  sus banderas armenias de color rojo, azul y naranja resaltaran sobre los llamativos y luminosos carteles publicitarios de la Avenida 9 de Julio. 

“¿Qué es lo que está pasando?” se escuchó preguntar a un joven con un español un poco confuso que se mezclaba con un acento portugués . La atención de los turistas que deseaban tomarse fotos con el mayor emblema de Buenos Aires fue desviada por el reclamo de ayuda y justicia hacia Artsaj. 

El conflicto comenzó muchos años atrás, durante la existencia de la Unión Soviética. En 1988, cuando Armenia y Azerbaiyán aún formaban parte de las repúblicas soviéticas, una fracción de Nagorno Karabaj, actual Artsaj, solicitó adherirse a Armenia. Sin embargo, esto fue rechazado por Azerbaiyán y Mijail Gorbachov, el entonces líder soviético. La situación fue empeorando hasta derivar en un conflicto bélico conocido como “Primera Guerra de Alto Karabaj”. 

Artsaj se encuentra en el medio de Armenia y Azerbaiyán, por lo que con el fin de poner un alto al fuego entre las regiones vecinas se proclamó como república independiente. Además de ser escasamente reconocida, la medida no solucionó los enfrentamientos. En 1994 se firmó un alto al fuego y Armenia logró controlar la mayor parte del territorio disputado. El documento dio lugar a una relativa paz, que se vio interrumpida en 2016 con la “Guerra de 4 días” y nuevamente en 2020 con otro conflicto bélico llamado “Segunda Guerra de Alto Karabaj”. Este finalmente culminó en noviembre del mismo año, con Azerbaiyán como ganador de la mayoría del territorio en discusión y con un nuevo acuerdo de alto al fuego firmado por Armenia, Azerbaiyán y Rusia, quien mantiene su presencia militar desde entonces.

Desde el último tratado de paz hasta la actualidad hubo distintas crisis fronterizas, con altos picos de tensión y enfrentamientos. El conflicto se recrudeció en diciembre del 2022, cuando los azerbaiyanos bloquearon la única conexión de Artsaj con la República Armenia, lo que dificultó el ingreso de  alimentos, medicinas e insumos como gas y combustible. A esto se sumó que durante el pasado mes de junio, el mismo país, agravó las condiciones prohibiendo completamente la entrada de ayuda humanitaria que distribuían las tropas de paz y el Comité Internacional de la Cruz Roja.

“A la madrugada hacen una cola y le dan 400 números para recibir una o dos hogazas de pan porque no tienen harina. Tampoco tienen agua, les cortan la electricidad y el gas” comentó sobre la población de Artsaj Luciana Minassian, abogada y docente de la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires en la Cátedra Libre de Holocausto, Genocidios y Lucha contra la Discriminación.

El principal objetivo de la manifestación fue dar a conocer las violaciones de derechos humanos que se están llevando a cabo en Artsaj. Los niños más grandes se encargaron de realizar carteles que indicaban “Azerbaiyán criminal por el bloqueo a los armenios de Artsaj”, “no al bloqueo genocida” y  “SOSArtsaj”, mientras los más pequeños se dedicaron a repartir folletos.

“Vamos a dividirnos en dos grupos. Unos se van para la derecha y otros se van para la izquierda”, indicaba con la ayuda de un altavoz una de las madres acompañantes, a quien era difícil de escuchar debido a la charla incesante de los niños emocionados porque se acercaba la hora de accionar. Entre semáforo y semáforo, los jóvenes se turnaban para desplegar sus pancartas, carteles y folletos, quienes en varias ocasiones se vieron sorprendidos por los bocinazos, que lejos de representar una queja, era una señal de acompañamiento.

Respecto a la situación diplomática internacional, Minassian afirmó a ANCCOM que “está muy difícil conseguir el apoyo del secretario Blinken de Estados Unidos y del francés Macron, en el Consejo de Seguridad de la ONU”. Además, cabe destacar que Rusia, quien solía ser un mediador entre Armenia y Azerbaiyán, ahora se encuentra ocupada por la Guerra Ucraniana, disminuyendo su poder de influencia sobre ambos países.

“Somos un país referente en materia de derechos humanos, tenemos que presionar. Esta gente no tiene comida ni agua, entonces no les quedan muchas semanas. Necesitamos que todas las autoridades del mundo pidan y le reclamen a Azerbaiyán el cese del bloqueo y que dejen entrar la ayuda humanitaria” resumió Minassian respecto a lo que esperan lograr en un futuro cercano. 

La manifestación culminó con los centenares de familias reunidas alrededor de una gigantesca pancarta que mencionaba el principal lema de la marcha: “SOS Artsaj”.  Ni el viento, ni el frío, ni la lluvia, ni los 14.167 km que separan a Argentina de la República de Artsaj fueron un obstáculo para la comunidad armenia, que lamentablemente, otra vez debe salir a reclamar “¡basta de genocidio!”.