Por Aylén Gerbaudo
Fotografía: Tina Brisky

«Maelström 2001» es el documental que reconstruye, a partir de las pericias del físico Willy Pregliasco, las cinco muertes ocurridas en Plaza de Mayo el 20 de diciembre de 2001. Desde este jueves, podrá verse en el Gaumont.

El documental Maelström 2001 reconstruye la jornada de manifestación social ocurrida el 20 de diciembre del 2001, en la que cinco personas fueron asesinadas por parte de la Policía Federal tras una represión en las inmediaciones de Plaza de Mayo. Juan Pollio, director y guionista del film producido por Conicet Documental, se basó en el peritaje que realizó el físico Guillermo Willy Pregliasco para la causa que condenó a las fuerzas de seguridad y funcionarios públicos de alto rango por los crímenes ocurridos ese día.

Para Juan Pollio, lograr entender que pasó ese día fue el impulsor del proyecto, “Se sabía muy poco de que hubo un juicio y condenas. A 22 años permanece bastante desordenada la lógica que tuvo ese día, cómo empezó, cómo se desarrolló, por qué la violencia policial nunca pudo controlarse ni detenerse. Tampoco se sabe cómo fueron los asesinatos ni que hubo muchos más heridos de bala de plomo de lo que se sabe popularmente. También, entender que el estado de sitio decretado por Fernando De la Rúa no prohibía la protesta social. Y que los deberes de los funcionarios y las fuerzas era velar por la seguridad de las personas que se manifiestan, todo lo contrario a lo que hicieron”, afirmó.

Para las ocho de la mañana del 20 de diciembre, pese a que la noche anterior el entonces presidente De la Rúa decretara el estado de sitio por las manifestaciones masivas, oficinistas, motoqueros, jubilados, desempleados y una gran variedad de sectores sociales comenzaron a acercarse a Plaza de Mayo con el fin de protestar en contra de la crisis económica y política que atravesaba Argentina. “Eso del reconocimiento mutuo en la masa, de reconocerse en un ‘nosotros’, de abrazarte con gente que no conocés, creo que eso está en la película. Había cierta felicidad en ese encuentro de protestar por algo, de reconocerse en un ‘juntos’”, expresó Juan Pollio.

«A 22 años permanece bastante desordenada la lógica que tuvo ese día, cómo empezó, cómo se desarrolló, por qué la violencia policial nunca pudo controlarse ni detenerse», dice Juan Pollio, director del documental.

:La distancia en el tiempo con los hechos resultó todo un desafío para el director: “Descubrí el devolverle humanidad a las víctimas. Se va olvidando y se mira como con distancia y esto se trata de volver a construir esa empatía hacia las víctimas. El objetivo era reconstruir los momentos previos, el después, cómo había sido cada uno, su historia, cómo había llegado ahí, qué les estaba pasando, por qué decidieron ir a manifestarse. Algunos tenían formación más de la militancia, otros nada que ver y era su primera manifestación, otros salían de trabajar, pasaban por ahí y recibieron un disparo. Es interesante porque también te saca un poco del lugar común que el tiempo construye sobre los manifestantes y las manifestaciones”, aseguró Pollio.

El documental resalta parte del trabajo realizado por el físico Pregliasco, un programa en donde se sincronizaban todas las imágenes de video y de fotografías que había de ese día. Se podía filtrar por lugar y hora una escena en la medida en que hubiese material filmado desde diferentes lugares. Fue lo que le aportó al juicio que se hizo casi 13 años después del 20 de diciembre de 2001. “Es interesante esta cosa detectivesca que hace Pregliasco de encontrar herramientas en las imágenes para poder armar una cronología: desde los relojes que tienen puestos las personas, donde se puede ver en qué momento fue tomada esa imagen, a las sombras que hay en el piso por la posición del sol. Todos estos elementos empiezan a estructurar el día con imágenes analógicas que no tenían horario. Fue un trabajo que él hizo súper interesante y también apasionante”, afirmó el cineasta.

“Es interesante esta cosa detectivesca que hace Pregliasco, de encontrar herramientas en las imágenes para armar una cronología: desde los relojes de las personas a las sombras por la posición del sol», dice Pollio.

A mediados de los años 90, Pregliasco trabajaba con el doctor Ernesto Martínez en un laboratorio de propiedades ópticas de materiales, respondiendo consultas judiciales para la reconstrucción de accidentes viales. “Un día aparece gente de La Plata en un camión de Penitenciaría con un comisario esposado y un libro: era el de la comisaría donde estaba asentado que había ingresado Miguel Bru al destacamento. Cuando lo matan, lo borran de la entrada del libro y escriben otro nombre encima”, comentó el físico. Ese caso fue el puntapié para empezar a participar en peritajes de causas judiciales de violencia institucional. “Hoy el Conicet acepta las pericias como trabajos relevantes de los investigadores, no fue hace mucho que se instauró el Programa Nacional de Ciencia y Justicia, que articula las demandas del Poder Judicial con la ciencia. Hay muchas cosas que se pueden hacer desde el método científico”, comentó.

Para Pregliasco, ver todos los días por más de un año esas imágenes, lo llevó a descubrir que de la manera en que ese día la gente se manifestó, nunca más volvió a verse. “Para mí la estrella de la película es la gente en la calle’. Existía una base social que era distinta, se llega al 20 de diciembre del 2001 con una creatividad de organización social como los grupos barriales, el trueque, los movimientos piqueteros, los cacerolazos, todos unidos. Cuando la gente se embronca, actúa y esa fecha hizo que se vaya un presidente. Era una sorpresa y una indignación que a vistas de hoy suena rara, porque hoy vas a una marcha pensando en que mi cuerpo puede recibir un balazo, en ese momento era impensable que eso pudiera suceder. De alguna manera, seguía vigente el pacto del ‘Nunca Más’, ese pacto se rompe ese día”, expresó el físico.