Por Melina Pereira
Fotografía: Milagros Gonzalez

Organizaciones ambientalistas y partidos de izquierda se movilizaron al Obelisco para manifestarse contra el agronegocio, los agrotóxicos y las semillas transgénicas.

En el marco de la Marcha Mundial contra Monsanto, que se celebra desde hace 10 años, cada 20 de mayo, este año en la Ciudad de Buenos Aires de postergó por cuestiones climáticas. La iniciativa surge de diferentes agrupaciones ecologistas y de izquierda, entre ellas Basta de Agrotóxicos y Red Ecosocialista.

Juan Esteche, quien pertenece a Proyecto Timón Verde, en diálogo con ANCCOM, explicó que la marcha mundial se inició hace diez años, como respuesta a un modelo que ya no se puede sostener, que es el modelo del agronegocio. “El modelo que usa semillas transgénicas dependientes de agrotóxicos. Cuando hablamos de agrotóxicos, hablamos de venenos. Los cuales contaminan el suelo, la tierra, el aire”, explicó. Este modelo, según explicó Juan, no está alimentando al pueblo sino que está aniquilando a la población. El integrante del Proyecto Timón Verde dijo que existen una gran cantidad de agrupaciones sociales y de derechos humanos que bregan por el fin de este proyecto. Y denunció que los distintos gobiernos que se han sucedido, nunca respondieron a esta demanda.

Durante la tarde del miércoles, la lluvia acompañó en algunos momentos, mientras decenas de personas entre agrupaciones y autoconvocados se acercaban al Obelisco. Los organizadores, en su mayoría jóvenes, tomaron distintos carteles y pancartas para realizar una acción frente al monumento. Algunos se pusieron mamelucos blancos y máscaras de gas, simulando alguien que está manipulando químicos tóxicos. Otros llevaban carteles con formas de bomba. La pancarta principal estaba hecha en letras rojas y rezaba “Basta de agrotóxicos”. En otras, más pequeñas, se podía leer “No es sequía, es saqueo”, “Agroecología como bandera” o “El agronegocio es política de Estado”.

Si bien había personas autoconvocadas que se acercaron porque comparten la idea de que el agronegocio debe finalizar, también movilizaron algunos partidos de izquierda como el MST y el Partido Obrero. En diálogo con ANCCOM, Mariana Bruno, quien pertenece a la Red Ecosocialista del MST y a la agrupación Basta de Falsas Soluciones, habló acerca de esta movilización. Confirmó que la marcha surgió en el 2012 cuando se quiso instalar en Córdoba una fábrica de semillas transgénicas de Monsanto. Mariana resaltó que, en aquel entonces, se pudo evitar la llegada de esta empresa multinacional gracias a la lucha y la organización de los movimientos socioambientales junto con los vecinos del pueblo de Malvinas Argentinas en Córdoba. “En paralelo se hacían marchas en Buenos Aires, sucesivamente”, recordó y concluyó: “Sinceramente nosotres creemos que la movilización y la acción en calle es lo que genera presión a los gobiernos”. Mariana sostiene con convicción, al igual que todos los allí presentes, que son estas empresas la causa de que el modelo productivo argentino no genere nada de desarrollo. Por el contrario, aseguran, “genera hambre y problemas de salud de distinto tipo”.

Otra de las razones que impulsaron esta marcha tiene que ver con la concientización. Porque creen que, si bien hubo un importante cambio a nivel social, aún hay muchas personas que no tienen noción de lo que está sucediendo debido al avance de empresas como Monsanto y Bayer.

Sachasauila, de la comunidad quechua, también se acercó a la movilización para defender -en sus palabras- “una causa común de urgencia.” Que tiene que ver con la soberanía alimentaria. “Tener conciencia sobre nuestra alimentación, sobre la semilla de la Pacha, la semilla infinita que nos cedió generosamente la naturaleza”, destacó.

Ella estuvo presente “para honrar y defender la tierra que es de todos”. Además de acompañar la consigna común que denuncia el uso de agroquímicos en Monsanto para la producción de alimentos. Afirmó: “Estamos muy enfermos espiritual y físicamente. Tanto hemos abusado que eso nos está haciendo tomar en cuenta qué hemos hecho mal, qué nos pasó. Y hay personas que despertaron la conciencia”. Sachasauila cree en que el despertar será para las generaciones que vienen, que ya están en camino hacia una alimentación saludable y en defensa de la tierra.

Cuando finalizó la acción en el Obelisco, los manifestantes comenzaron a dirigirse por la calle Cerrito hacia el Ministerio de Salud. Al llegar allí, las distintas agrupaciones que continuaban con sus pancartas y banderas en alto, leyeron un documento en donde se reflexionó acerca de la nocividad del accionar de empresas como Monsanto, Bayer y Syngenta. También cuestionaron la postura del gobierno que no genera políticas ambientales que cuiden los recursos ambientales: “Seguimos viendo a un gobierno nacional que defiende el modelo de transgénicos dependiente de agrotóxicos. Cuando (Alberto Fernández) sumó a sus filas (como asesor) a Antonio Aracre exceo de Syngenta y cuando promueve una semilla de trigo transgénico HB4 para seguir contaminando nuestros recursos con la excusa de que resiste sequías”, denunciaron.

Hablaron de la importancia de movilizarse y visibilizar el peligro del agronegocio, que atraviesa cualquier postura política. Pero además apoyaron las propuestas políticas con visiones más ambientalistas que promuevan una producción agrícola en armonía con la naturaleza.

Entre los autoconvocados estuvieron presentes también Soledad y Santiago, quienes se acercaron convencidos de la consigna que se estaba manifestando en esta movilización. “Las causas ambientales nos están mostrando el rol que cumplimos como territorio, como una zona de sacrificio. Y hay que despertar, venir a hacer ruido, a que la gente escuche”, señaló Santiago. Soledad agregó que es importante que estemos todos para estas acciones, pero sin embargo reflexionó que “Todos los grandes cambios se iniciaron con poca gente, tal vez vamos hacia allá, pero hay que resistir esta parte”.

Las políticas económicas de desarrollo no se han detenido en ningún momento en las cuestiones que atañen a la contaminación o la salud de las personas. Sin embargo, en más de una ocasión, como bien mencionaron varios de los presentes, levantar la voz logró cambios importantes. Es por eso que estas movilizaciones son importantes y necesarias, aunque sean algunas personas. Siempre que llamen a la reflexión de otros y sobre todo de los gobiernos.