Por Luz Rodríguez
Fotografía: Gentileza UPA

Realizaron movilizaciones en casi todo el país para que el Congreso regule su ejercicio profesional y sean incluidas dentro de los servicios públicos de salud.

En más de quince provincias se realizaron manifestaciones en reclamo por el tratamiento del Proyecto de Ley de Regulación del Ejercicio Profesional de la Puericultura.El acto principal desafío la lluvia del viernes por la tarde frente al Congreso nacional.

Se trata de una petición de puericultoras argentinas que ya juntó más de 17.000 firmas para exigir que se impulse un proyecto de ley que reconozca su labor profesional. Dicha solicitud expresa: “Es fundamental que se nos incorpore como agentes de salud idóneas para brindar prestaciones médicas obligatorias en materia de lactancia humana y demás tareas (…) reconocer el rol de las puericultoras en el acompañamiento a las mujeres, personas que amamantan y sus familias, para facilitar información, herramientas y sostén desde la gestación, durante el puerperio y en los primeros años de la crianza de los niños y las niñas”.
El Proyecto de Ley establece “incorporar la atención por parte de Puericultoras dentro de las prestaciones que dispone la Ley 25929 en materia de lactancia materna”, además de asistir tanto a la persona gestante como al niño/a una vez nacido/a, en cuidado y crianza. Esta modificación sobre la Ley de Parto Humanizado permitiría que dichas prestaciones, al incluir la asistencia de puericultoras en lactancia, lograría hacer entrar a dichas profesionales en el Plan Médico Obligatorio, universalizando así dicha atención.

El proyecto presentado por la diputada nacional Vanesa Siley (FdT) establece que la profesión se desarrolle “en forma individual o integrando equipos interdisciplinarios”, sea de forma autónoma o en instituciones públicas o privadas (tales como sanatorios y clínicas, hospitales, centros de atención primaria, consultorios externos, entre otros). Además, busca reconocer el ejercicio de esta especialidad mediante la inscripción en un Registro Nacional de Profesionales de la Puericultura, a crearse en el ámbito del Ministerio de Salud de la Nación.

¿Dónde se estudia?

Para acceder a la formación en Puericultura existen pocos sitios y se da sobre todo de forma privada, con excepción de la reciente aprobación para su dictado en la Universidad de José C. Paz, en la Provincia de Buenos Aires. También se dicta como tecnicatura en la Universidad Maza (Mendoza), la Asociación Civil Argentina de Puericultura (ACADP) y Panza y Crianza, entre otros.

La presidenta de Unión de Puericultoras Argentinas (UPA), Valeria Wasinger, profundiza al respecto: “La idea, junto con el proyecto de ley, es también que se regularice la situación en los ámbitos de formación y que las personas que quieran puedan hacerlo en un ámbito educativo público y gratuito. Porque es fundamental para regularizar nuestro rol que podamos acreditar debidamente cómo estamos formadas”.
La figura de puericultora como tal no concibe la visión biomédica, sino la de asistencia técnica y acompañamiento, trabajando junto a otros profesionales de la salud y, si bien en otros países hay distintos tipos de asesoramientos, según Wasinger “no existe el rol como lo llevamos en nuestro país”. Más bien, se trata de acompañar un proceso relacionado “con lo fisiológico pero también con lo emocional, que necesita de sostén, de escucha, de acompañamiento desde un lugar más cercano, que cuesta mucho encontrar dentro del sistema de salud, o en otras profesiones que tienen que intervenir desde un lugar puramente técnico”, agrega Wasinger.
Actualmente, el desempeño de la actividad es autónomo y está fuera de las prestaciones que brinda el sistema público de salud. “En el ámbito en el que más nos podemos desarrollar –continúa Wasinger– es en el privado, lo cual es un poco loco… que en ciertos lugares podamos trabajar y en el ámbito público no tengamos acceso. Parte de esta lucha tiene que ver con garantizar nuestros derechos como trabajadoras pero también para que toda persona que requiera la atención pueda acceder. Hoy en el sistema público no sucede y si sucede es porque se sostiene por puericultoras que trabajan de manera voluntaria o en condiciones precarizadas”. 

Barbara Belloso, graduada de la ACADP, es puericultura desde el 2019 y en igual sentido asegura que “es un privilegio insertarnos en el sistema de salud. La mayoría trabajamos de manera independiente y muchas tenemos otros trabajos porque lamentablemente no podemos vivir cien por ciento de nuestra profesión, ya que no está regularizada ni reconocida”.

Anush Camacho, enfermera titulada en la Universidad de Buenos Aires, afirma: “Muchas veces se tiende a pensar que cualquier profesional de la salud podría cubrir las veces de puericultora y los programas de medicina, obstetricia, enfermería no tienen una carga horaria considerable. La carga para la tecnicatura es de tres años, tres años de hablar de lactancia y crianza en cualquier carrera de grado no hay, no existe. La puericultura nace para satisfacer esas necesidades”.

Al ser un campo en situación de informalidad, no existen estadísticas oficiales sobre el número de profesionales para su reconocimiento pero se afirma que en la mayoría de casos se trata de personal femenino. Al respecto, Wasinger advierte el sesgo de género en el ámbito de la salud porque “todas las profesiones relacionadas con el cuidado son las que menos están reconocidas y sobre todo si son tareas llevadas por mujeres”, mientras concluye: “Es difícil con las pocas posibilidades de laburo que hay, no tener una matrícula y poder trabajar de lo que estudiaste”.

San Juan, Chubut, Córdoba, Entre Ríos, Jujuy, Mendoza, Neuquén, Río Negro, Tucumán, San Luis, Salta, Chaco, Santa Fe, Tierra del Fuego, Santiago del Estero y distintos puntos de Buenos Aires fueron algunas de las provincias donde se llevaron a cabo manifestaciones por este reclamo.