Por Federico Arrigone
Fotografía: Milagros Gonzalez

Este 20 de mayo se llevará a cabo una nueva edición en el Polo Cultural Emergente Tacheles. El encuentro contará con shows musicales en vivo, olla popular de hardware, retroconsolas, videojuegos y la presentación de un nuevo proyecto denominado “Dibujo abierto”. Como siempre, se recibirán computadoras en desuso para ponerlas en valor y entregarlas a personas sin acceso a las teconologías.

El 20 de mayo entre hardware, música e ingenio se llevará a cabo el “Club del Cibercirujeo” en el Polo Cultural Emergente Tacheles, en Adolfo Alsina 1475, barrio de Congreso, una nueva oportunidad para donar computadoras en desuso que serán recicladas y puestas en valor para entregar a personas sin acceso a las tecnologías.

Entre las dinámicas de los distintos encuentros de Cybercirujas este evento tiene la función de difundir la actividad del club desde un espacio distendido y convocante a través de shows musicales y actividades para toda la familia. Este año contarán con la participación de Cinematronics y Cokeandaspirin, que realizarán música en vivo utilizando sus gameboys (consolas de mano de 1989); además pasarán música CoMu y Mambos Rivas.

La actividad contará con un espacio de retroconsolas, retrocomputadoras y un cyber compuesto por seis computadoras del programa Conectar Igualdad que fueron reacondicionadas con Linux y juegos open source y, como es habitual, habrá distintos feriantes que participarán del encuentro. En esta ocasión, dado al mayor espacio disponible, el colectivo «Dibujo abierto» estará presentando una herramienta creada con arduino desarrollada para realizar dibujos en vivo. Luego de la presentación la herramienta podrá ser utilizada por el público.

Como el resto de ocasiones, el evento se piensa como un espacio de interacción, aprendizaje y debate a partir de una mirada crítica de la percepción social sobre la tecnología.

En contra de la lógica del «úselo y tírelo”, la idea es que tanto entendidos y desconocidos del hardware y software logren reunirse con el fin de achicar esa brecha de conocimiento y se logre una desnaturalización de algunos de nuestros consumos instalados. “Queremos experimentar con mostrar talleres en vivo o que la gente traiga cosas que hace y pueda mostrar socialmente”, cuentan desde la organización. La entrada consiste en un bono contribución de $500 o más (aunque no es excluyente), que le sirve al club para pagarle a los músicos y músicas, como también para comprar componentes necesarios para las computadoras que recirculan.