Por Mariángeles Brescacín
Fotografía: Gentileza Pepe Mateos/Telam

Veinticuatro horas después del Día de los Trabajadores, la central obrera realizó un acto conmemorativo bajo el lema «Estamos a tiempo». Los sectores kirchneristas no participaron del encuentro en Defensores de Belgrano.

Esta tarde, la Confederación General del Trabajador (CGT) realizó un acto por el Día Internacional de los Trabajadores en el estadio del Club Defensores de Belgrano, ubicado en el barrio porteño de Núñez, bajo el lema “estamos a tiempo”. Evitaron criticar al gobierno, apuntaron contra la oposición y condenaron la dolarización que plantea Javier Milei.

Esta celebración la pensó la CGT como una forma de volver a instalarse en el escenario político y sindical tras un largo período de inactividad: la reunión del miércoles 19 de abril fue la primera que mantuvo oficialmente en los últimos ocho meses, pese a que en ese periodo se acentuó el alza de la inflación y la pelea para recomponer los salarios. En ella el Consejo Directivo de la Central Obrera había propuesto “alcanzar un amplio consenso político, económico y social que promueva el crecimiento, la producción y el trabajo”.

El acto, que comenzó a las 15, ante 20 mil personas movilizadas por los sindicatos y el infaltable “Tula” y su bombo, tuvo las ausencia de algunas figuras de peso, como Pablo Moyano (Federación Nacional de Trabajadores Camioneros) que es uno de los secretarios generales, Mario Manrique (Sindicato de Mecánicos y Afines del Transporte Automotor) y Abel Furlan (Unión Obrera Metalúrgica). El único que se hizo presente del sector más cercano al kirchnerismo fue Sergio Palazzo (Bancarios), pero llegó tarde.

El primer orador del acto fue Carlos Acuña, otro de los triunviros de la central obrera, que destacó: “Gracias a la CGT recuperamos la democracia”, y luego apuntó contra la reforma laborar que propone Juntos por el Cambio: “No puede ser que el eje de la campaña sea ese, porque los que la proponen no saben lo que es un convenio colectivo de trabajo, ya que nunca laburaron.”

Luego tomó la palabra Jorge Sola, titular del Sindicato del Seguro y Secretario de Prensa de la CGT, quien continuó con la idea de Acuña: “No necesitamos una reforma laboral, necesitamos un nuevo acuerdo social. El movimiento sindical es una herramienta duradera y efectiva de acuerdo sectorial a través de las negociaciones colectivas. Es falso e intencional afirmar que los convenios colectivos son anacrónicos y estáticos, en su dinámica está el espacio razonable de acuerdo y evolución de las condiciones de trabajo y producción.”

También le dio un fuerte apoyo a la renegociación del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional, como guiño de respaldo al ministro de Economía, Sergio Massa, y reclamó un acuerdo político, económico y social para fijar políticas de Estado que saquen al país de la crisis y eviten que la pobreza y la desigualdad “conspiren contra la cohesión social”.

Héctor Daer, jefe del Sindicato de Sanidad, integrante del triunvirato de secretarios generales y último orador del acto, hizo explicita una demanda para reducir la jornada laboral de ocho horas: “Hay que acabar con la semana de 48 horas, es una antigüedad porque la productividad de hombres y mujeres se multiplicó exponencialmente. Cuando hablamos de productividad tenemos que arrancar por ahí, porque si un hombre y una mujer producen mucho más que cuando se pusieron las ocho horas de trabajo y las 48 semanales, habrá que discutir y lograr cambiar eso.” En determinado momento, afiliados al gremio de Camioneros interrumpieron el discurso de Daer, pero después de un rato pudo continuar.

El líder gremial disparó contra los “profetas del antisistema: “¿Dónde quieren dolarizar? Si lo que menos tiene Argentina en estos momentos es dólar. Quieren empobrecernos a costillas de lo que quieren llevar adelante. Pero la CGT no es antisistema, nosotros estamos dentro del sistema, pero queremos que el sistema cambie, que nos contenga y que de resultados y genere condiciones para una mejor vida”, concluyó Daer.