Por Ivone Ayala y Juan Mercuri
Fotografía: Milagros González y gentileza Tintoreros

El actor César Arakaki protagoniza Tintorero, una obra de teatro autobiográfica en la que intenta desarmar las estigmatizaciones que recibió por participar en la marcha contra la reforma previsional. Fue condenado y aguarda el fallo de la apelación para saber si regresa a la carcel.

César Arakaki y Daniel Ruiz no se conocían pero coincidieron en plaza Congreso el 18 de noviembre de 2017, fueron parte de la multitud que buscó frenar en las calles el intento de reforma previsional propuesto por el gobierno de Mauricio Macri, en una masiva movilización que fue ferozmente reprimida. Ellos quedaron en un grupo de manifestantes que resultaron condenados por intimidación pública y atentado contra la autoridad a tres años y cuatro meses de prisión. Los acusan de haber agredido al policía Brian Escobar. “Tengo 14 balas de goma en el cuerpo, un compañero sin un ojo, esa represión fue ideada para despejar la plaza y votar en el Congreso la confiscación a los jubilados”, dijo Arakaki a ANCCOM.

Ruiz –obrero petrolero de Comodoro Rivadavia, 44 años y una hija de 15, militante del Partido Socialista de los Trabajadores Unificado (PSTU)– pasó 13 meses en la cárcel de Marcos Paz, mientras que Arakaki –actor, 47 años, una hija, milita en el Partido Obrero (PO)– estuvo preso 30 días. Ahora, la Cámara Federal de Casación Penal analiza la causa judicial para resolver si anula aquella sentencia o la ratifica, lo que implicaría que ambos perderían de nuevo su libertad. 

Arakaki se sube todos los sábados al escenario de Paraje Artesón, en Almagro, para interpretar Tintorero, la historia de un hombre que juega con su hijita en el tiempo en que tarda en preparar un arroz, una obra escrita y dirigida por Ivan Moschner, basada en su vida, su encarcelamiento y su militancia trotskista. Como una espada de Damocles sobre su cabeza, no sabe cuántas veces más podrá hacer su unipersonal.

 César utiliza el tiempo de cocción para narrar su historia de vida, la de su familia y su cultura nikkei, los emigrantes japoneses y sus descendientes. “Ingresás a la unidad penitenciaria y te van pasando por lugares/ Cacheo/ Te rodean buitres, te amenazan/ Y te pegan, cachetazo, cuerpo a tierra/ Mi abogada dice que si yo tenía marcas en el cuerpo ‘se va a pudrir todo’. Mi caso fue público, entonces los buitres se cuidaron en los golpes”, dice en el inicio de la obra. 

El 13 de abril, una nutrida marcha de organizaciones sociales y partidos de izquierda pidió la absolución de Arakaki y Ruiz.

Tintorero forma parte de la campaña por su absolución y la de su compañero, Ruiz. Pese a que las pruebas presentadas por los abogados sean congruentes y el policía querellante se haya retirado, la sentencia aún sigue en pie. El jueves 13 de abril, en la Cámara Federal de Casación Penal Comodoro Py, se llevó a cabo la audiencia de apelación, con un pedido claro, la absolución de los dos militantes.

El trámite judicial fue acompañado por una enorme movilización de diversas organizaciones de derechos humanos, políticas, sindicales y estudiantiles, que salió desde el Obelisco hasta los tribunales federales de Retiro. Ruiz encabezó la marcha, mientras que Arakaki siguió la audiencia a lado de sus abogadas Claudia Ferrero y Liliana Alaniz. En la sala estuvieron también los dirigentes Néstor Pitrola, Juan Carlos Giordano, Myriam Bregman, María del Carmen Verdú, Nora Cortiñas, de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora; Horacio Roca, de la Asociación Argentina de Actores; miembros de la Colectividad Japonesa e integrantes de la Unidad Piquetera. Además, presentaron sus argumentos el abogado de Ruiz, Martín Alderete, y los letrados amicus curiae del Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS) y del Servicio Paz y Justicia (Serpaj).

“Estoy de acuerdo con mi abogada de que esto es una causa política. Seguimos juntos el proceso desde el primer momento, y claro, tiene un fin político porque sino no se entiende”, dijo Arakaki en diálogo con ANCCOM. “A través de pruebas hemos demostrado ser totalmente inocentes de las tres causas que me pusieron, entonces tiene un fin político, es increíble, no puede ser las cosas terribles que se dijeron de mí y no son”, agrega. El “Chino” Arakaki explica que “a través de esta obra, se ve quien es esa persona que a partir de una foto tomaron de violenta sin conocerla, una foto puede decir un montón de cosas, le podés agregar diez mil cosas, con ésta obra estoy demostrando que soy un laburante de la escena”.

Ruiz y Arakaki hablaron al cerrar la marcha que recorrio las calles desde el Obelisco a los Tribunales de Comodoro Py.

¿Por eso decidís ir a juicio?

Claro, podía agarrar la probation y hacer tareas comunitarias, pero es una manera de sentirme culpable. Yo dije ‘no, voy a ir a juicio para que se sepa la verdad’, por más que así tenga que arriesgarme de vuelta a ir a prisión.

¿La obra funciona para limpiar tu imagen ensuciada por la prensa después de la detención?

Hay un periodista que me saca una foto del Facebook, porque es lo primero que te revisan cuando pasa algo mediático. Me sacan una foto que era de una filmación que yo había hecho, de un backstage, con una pistola y dice: ‘Acá está Arakaki, el asesino con una pistola 9 milímetros’. Después el tipo se habrá querido matar porque se enteró que yo era actor, porque la Asociación Argentina de Actores dijo ‘este es el actor César Arakaki, con tal número de afiliado’. Pero antes, se la publicó a millones y millones de televidentes y eso es peligroso. Entonces yo decidí que algo tenía que hacer con mi profesión para defenderme.

¿Cómo llevas la incertidumbre de estar haciendo la temporada con Tintorero y no saber si volvés a prisión?

En un momento nervioso, a veces tranquilo, voy variando. Pero dentro de todo tranquilo porque tengo el apoyo de mi familia y de mis compañeros de que lo que hice está bien. Lo volvería a hacer porque fui a protestar contra un robo que se estaba perpetuando a los jubilados en ese momento, y vino una represión. En un momento me tuve que defender, tengo catorce balas de goma en el cuerpo, tengo un compañero sin un ojo. La represión fue ideada para despejar la plaza y que se vote en el congreso la confiscación a los jubilados.

¿Qué sentís al contar con el apoyo de figuras como Nora Cortiñas, y de toda la gente que participó de la movilización del jueves 13 por la audiencia de apelación a tu sentencia?

Ella me apoyó desde un primer momento. La veo muy seguido a Nora, es una batalladora, es la madre de todas las batallas. Es muy importante el apoyo que me dio, no solamente ella, sino el CELS (Centro de Estudios Legales y Sociales), el Servicio de Paz y Justicia (SERPAJ) que preside Adolfo Pérez Esquivel. Después tuve mucho apoyo de los sindicatos, partidos políticos, diferentes personalidades, la Asociación Argentina de Actores y Actrices, actores individualmente. La verdad es que el apoyo, desde el primer momento, siempre fue enorme.