Por Sofía Mercau
Fotografía: Martina Espinosa Wahnish

Organizaciones feministas y familiares de María Isabel Speratti Aquino, asesinada por su ex marido, se concentraron frente a Tribunales para exigir justicia por el femicidio.

El 16 de julio de 2021 María Isabel Speratti Aquino sufrió un intento de asesinato mediante asfixia por parte de su exmarido y padre de sus hijos, Gabriel Núñez. La causa llegó al Juzgado de Garantías Nº 8, a cargo del juez Martín Miguel Rizzo, y fue caratulada como “lesiones leves”. María luchaba para que su causa sea titulada como tentativa de femicidio agravada por el vínculo para así poder recibir la protección necesaria. Pero no la escucharon, y el 16 de marzo pasado fue asesinada por Nuñez en la puerta de su casa, en Cañuelas, Provincia de Buenos Aires.

Un grupo de mujeres autoconvocadas, compañeras y familiares de María, se reunieron el viernes 14 de abril frente al Palacio de Tribunales bajo la consigna «Justicia por María”. Tomó la palabra Fernanda Tarica, directora de Shalom Bait, ONG que brinda contención y asistencia a mujeres en situación de violencia de género: “María estaba en red, no estaba sola, y pasó lo peor. Estaba luchando por su vida, fue muchas veces a la Fiscalía pidiendo que su situación sea tratada como lo que fue, un intento de femicidio, incluso el día anterior a su muerte. María ya no puede seguir con su lucha y ahora estamos nosotras”. En relación al sistema judicial, reflexionó: “¿Cómo puede ser que la vida de María haya sido tan poco importante para la justicia? ¿A quién protege esta justicia? ¿Quiénes tendrían que tener miedo por la puesta en marcha del sistema judicial? ¿Quiénes deberían dar explicaciones? La respuesta es obvia, deberían ser ellos, los denunciados, los violentos”.

Se pidió un minuto de silencio y luego se reprodujeron los audios que María había enviado a sus compañeras. Son 11 minutos en los que relata todos los lugares a los que acudió en busca de una respuesta por parte del Estado: la Comisaría de la Mujer, la Fiscalía, y el Juzgado de Garantías. “No estoy siendo escuchada y el Estado me vuelve a violentar una y otra vez”, denunciaba.

“María nos dejó un mapa, donde nos fue mostrando las huellas de la complicidad que llevan a que nos maten. Eso es el punto último de una escala de violencia que empieza mucho antes. Es un mapa para todas las que estamos acá, para saber que no es un hecho aislado, que hay miles de Marías todos los días”, refirió Cristina Lobaiza Estrada, psicóloga y activista feminista.

Núñez está preso y desde la agrupación Justicia por María informan que todavía no hay ninguna declaración por parte del Juzgado que demuestre un avance en la causa. Desde la agrupación se exige la sanción y remoción de los responsables judiciales que desprotegieron a María, entre quienes se encuentran Martín Miguel Rizzo, del Juzgado N°8 de La Plata, Javier Berlingieri, titular de la Fiscalía N° 1 de Cañuelas, Inés del Valle Rivarola del Juzgado de Paz de Cañuelas y Lisandro Damián Damonte, ex titular de la Unidad Funcional de Instrucción y Juicio N°1 de Cañuelas. Se exige también un pronunciamiento y compromiso por parte del Poder Ejecutivo, de organismos y funcionarios del Estado en la difusión y en el accionar en el caso de María.

“Todavía hay un sistema machista, se aprueba la Ley Micaela pero no se aplica, falta perspectiva de género –denunció Rocío Speratti, la hermana de María–. Siento que a mi hermana no le creyeron, el agresor seguía con su vida impunemente mientras ella estaba con miedo. Debería haber una democratización de la justicia, que tengamos la posibilidad de elegir quiénes forman parte del Poder Judicial, y realizar una reforma feminista ya, para que no haya más Marías”.

María era tejedora y con ese trabajo sostenía a su familia. Bajo la consigna “Somos las tejedoras, justicia por María”, se dedicó un espacio con agujas y ovillos para sumarse a la actividad. “Invitamos a todas a tejer una red y no estar solas, a tejer un mundo nuevo para continuar con el legado de María”, afirmó Lobaiza Estrada.