Por Melina Pereira
Fotografía: Prensa

El premio Nobel Adolfo Pérez Esquivel es el presidente honorario del III Foro Internacional de los Derechos Humanos que se está realizando en la Argentina. Participó de un conversatorio sobre culturas de paz.

Durante el lunes 20 de marzo comenzaron las actividades, talleres y charlas en el marco del Foro Internacional de Derechos Humanos. Una de las sedes en donde se está desarrollando este encuentro es el Espacio Memoria y Derechos Humanos (ex ESMA), en Avenida Libertador 8151.

Durante la tarde del primer día del encuentro, el premio Nobel de la Paz y presidente honorario del Foro, Adolfo Pérez Esquivel, presidió el conversatorio sobre Cultura de Paz. Junto a él se encontraba Alicia Cabezudo, docente especializada en pedagogía y actualmente vicepresidenta de la Oficina Internacional por la Paz con sede en Colombia.

El objetivo de la charla fue principalmente plantear la necesidad de aplicar en la educación de las nuevas generaciones y de todas las persona herramientas para la paz de manera transversal.

El director del museo Malvinas e Islas del Atlántico Sur y ex combatiente, Edgardo Esteban, hizo una breve presentación al conversatorio. Reafirmó la importancia de crear soberanía todos los días, y entender que es necesario que Argentina cuente con apoyo internacional para luchar por la recuperación del territorio de las islas. “Es importante que junto con la soberanía se pueda transmitir el amor que sentimos por nuestras islas”, declaró Esteban, veterano de la guerra de Malvinas, y agregó que se debe construir un camino de paz pero sin perder de vista la recuperación de las Islas.

Pérez Esquivel invitó a reflexionar sobre un proverbio que dice “el pez no ve el agua, porque vive en ella”. A partir de allí explicó que los seres humanos viven en la violencia y que el camino para la construcción de la paz implica una dinámica permanente entre todas las personas y los pueblos, entendiendo así que hay distintas miradas y formas de vivir. Para el presidente honorario del Foro, la paz no se regala, sino que se construye y es un ejercicio cotidiano.

Alicia Cabezudo realizó su aporte desde una mirada pedagógica. De hecho, el martes ofreció un taller sobre “educación para la paz”, en donde se estudiaron herramientas para docentes sobre cómo abordar estas temáticas en los ámbitos educativos. Para ella es importante que los alumnos se cuestionen a sí mismos, que cuestionen a los docentes, que discutan con ellos y que argumenten correctamente.

Tanto Alicia Cabezudo como Adolfo Pérez Esquivel concluyeron que el desafío ahora es la construcción colectiva tanto en el ámbito cultural como educativo, y resaltaron el rol fundamental de los educadores, para generar la conciencia de libertad en los otros.

Para finalizar el encuentro, algunos participantes dieron sus opiniones y generaron nuevas preguntas que trabajar. Uno de ellos, profesor de la universidad de México, planteó la relación entre la construcción de la paz y la memoria con la individualidad. Otra intervención fue la de Enrique, un miembro de la red Lawfere Nunca Más de Brasil, quien sostuvo que actualmente en América Latina peligran las democracias. Entonces, contó que desde su agrupación sostienen que deberían existir comisiones permanentes que estudien el lawfere, en todos los gobiernos. Finalmente, se lanzó la pregunta sobre cómo hacer para que los pueblos avancen en la lucha por la soberanía popular. Edgardo, otro participantes que llegó de Chile, planteó la resistencia que tienen que dar los pueblos sobre el sistema, teniendo en cuenta que evidentemente lo que se llama democracias, no lo son. Y cuestionó: “Que se llamen democracias a los gobiernos latinoamericanos por el mero hecho de haber logrado salir de las dictaduras, es absurdo”. Por lo que afirmó que las realidades de cada país demuestran lo contrario y proponen pensar el término hibridocracias: “Es decir, gobiernos que mezclan un sistema autoritario con un sistema democrático y no son ninguno de los dos”, explicó.

Cuando el premio Nobel retomó la palabra para responder a las distintas inquietudes, afirmó: “Hay instituciones como la UNESCO y Naciones Unidas que deben reformar sus estructuras”. A partir de allí agregó: “Es importante que las democracias sean participativas y dejen de delegar el poder en los gobiernos. Es necesario para ello que los pueblos tengan las herramientas constitucionales y jurídicas para evitar los abusos de poder”.

Además, el presidente honorario del III Foro Mundial de Derechos Humanos que se extenderá hasta el jueves en las sedes del Espacio Memoria, Centro Cultural Kirchner (CCK), Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) y Facultad de Arquitectura Diseño y Urbanismo (FADU-UBA), lanzó un pregunta sencilla al encuentro que recién comienza: “¿Y mañana qué hacemos? ¿Nos vamos a ir haciendo catarsis? ¿O vamos a plantear ejes para seguir el trabajo de la revolución cultural para cambiar el sistema?”.

Finalmente, Pérez Esquivel afirmó que se debe buscar la unidad en la diversidad: “Se necesita para generar un cambio de la revolución cultural. Es necesario, además, comenzar a pensar en un nuevo contrato social para la humanidad”.