Por Mateo Rosso
Fotografía: ANCCOM

Ya son 132 los nietos que restituyeron su identidad. Las Abuelas de Plaza de Mayo continúan a casi 40 años del retorno a la democracia un camino –inédito en el mundo– por la recuperación de la historia robada por la última dictadura. Juan José tiene 47 años, es hijo de María del Valle Morales y aún espera encontrar a su verdadero padre.

Este miércoles  Abuelas de Plaza de Mayo presentó  en videoconferencia  al nieto restituido 132, que vive en Tucumán, seis días después de la última aparición. Se trata de Juan José, hijo de Mercedes del Valle Morales, desaparecida  en 1976, cuando él tenía nueve meses. Todavía no hay datos sobre su padre biológico.

Al calor del último miércoles del año, la Casa por la Identidad en la ex ESMA estaba colmada de periodistas y militantes por los derechos humanos.. El tránsito y la inmediatez de la noticia, dos horas antes,  no impidió ver una vez más a Estela de Carlotto desbordando felicidad cerca de las 16. Había tanto ruido en el salón como el que generó la aparición de Juan José. El murmullo paró cuando apareció la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo,para reemplazar el último dígito del contador de nietos recuperados y dar pie a nuevos gritos de alegría. 

Después se dirigió al auditorio para leer el comunicado por la nueva restitución, acompañada por Horacio Pietragalla Corti, secretario de Derechos Humanos de la Nación y nieto restituido número 75; y por Claudia Carlotto, directora de la Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad (CoNaDI). “Parece imposible esta noticia tan buena y tan seguida de la anterior, pero así es la vida, nos da sorpresas”, dijo Estela antes de empezar a leer.

Juan José estuvo presente durante todo el acto vía Zoom desde Tucumán en una pantalla gigante. Su madre Mercedes del Valle Morales fue secuestrada en Monteros el 20 de mayo de 1976, cuando ella tenía 21 años y él nueve meses. En el mismo operativo detuvieron a sus abuelos Toribia Romero de Morales y José Ramón Morales. Cuatro días después secuestraron a sus tíos José Silvano Morales, Juan Ceferino Morales y Julio César Morales. Al día de hoy, todos se encuentran desaparecidos.

Aunque tenía algunas dudas porque sus hermanos eran mucho mayores que él, Juan José no sabía que no era hijo de quienes lo habían criado, hasta que estos hermanos de crianza, una vez fallecidos sus padres, se lo dijeron y le entregaron su DNI original. Allí figuraba que su madre era Mercedes del Valle Morales, cuya desaparición había sido denunciada. En 2004 empezó la búsqueda por su identidad, acompañado por el nodo Tucumán de la Red por el Derecho a la Identidad de Abuelas de Plaza de Mayo y la CoNaDI. En 2008 pudo saber que ella era, efectivamente, su madre. Mercedes trabajaba como empleada en la finca que pertenecía a la familia que se apropió de Juan José.

Sin embargo, para indagar en la otra mitad de su identidad fue necesario exhumar los restos de quien decía ser su padre. Gracias a los estudios realizados por el Banco Nacional de Datos Genéticos, en la mañana de este miércoles 28 de diciembre, el Juzgado Federal Nro. 1 de Tucumán informó al joven que no es hijo de quien lo crió. “Hoy lo abrazamos como nuestro nieto 132 y como un rompecabezas que nunca se termina de completar. Se inicia un nuevo camino para poder dar con su verdadero padre”, agregó la presidenta de Abuelas.

Al final de la conferencia intentaron hablar directamente con Juan José, pero, como se podía esperar en una videollamada de una abuela con un nieto entre la emoción y algunas dificultades técnicas, la comunicación no prosperó. De todas formas, sí pudo ser ovacionado por el auditorio y celebrado con el canto de “Abuelas lalalalalá”, hoy resignificado. 

“Se festeja como el campeonato mundial, porque sabemos la revolución que viven las familias que están buscando hace tanto tiempo”, dijo el nieto recuperado número 81 Leonardo Fossati Ortega en diálogo con ANCCOM. “Lamentablemente, en el caso de estos últimos dos nietos restituidos no se van a poder encontrar con sus padres, pero sí con sus historias, con compañeros de sus padres, con otros miembros de la familia que los vienen buscando hace tanto tiempo. Y de alguna manera ese es el trabajo de la memoria. Para nosotros es una gran alegría, porque los nietos y las nietas se encuentran, y empiezan a ver la vida a través de la verdad y sus dudas empiezan a tener respuestas”, agregó.

“Es necesario que la sociedad entera se involucre y se sienta interpelada, entendiendo que estos nietos y nietas que nos faltan a nosotros, en realidad, le faltan a todo un país”, finalizó Fossati. En la misma línea, Horacio Pietragalla Corti también habló con ANCCOM y dijo que “cada vez es más difícil poder comunicar, pero cada cobertura de estos encuentros es en sí misma una forma de informar y difundir la noticia. Trabajamos para tratar de fortalecer el saber de las nuevas generaciones, y obvio que hay campañas que se apuntan también a los hijos de los nietos. Hoy, muchos de nosotros tenemos hijos y en Abuelas entienden que en algún momento van a acercarse ellos para saber si los abuelos eran sus abuelos o eran apropiadores”..

Consultado sobre la aplicación de políticas para la memoria, la verdad y la justicia, en su rol de secretario de Derechos Humanos, Pietragalla comentó: “Es un trabajo que se debería poder llevar adelante con las distintas fuerzas políticas. Lo que pasa es que hay fuerzas políticas que quieren reivindicar teorías muy viejas como la de los Dos Demonios. Hay un sector al que le cuesta acercarse a estas políticas. Y cuando uno ve la historia de nuestro país, y quiénes son sus padres, que eran parte de grupos económicos que se favorecieron con esa dictadura, ahí también entendemos por qué son reticentes a llevar adelante políticas de derechos humanos”.

Sobre el final del comunicado, las Abuelas pidieron que quienes tengan algún dato sobre Mercedes del Valle Morales y quien fuera su compañero lo acerquen a la Asociación, la CoNaDI o el nodo de la Red de Derecho a la Identidad de Tucumán. “A pesar del dolor que trae cada una de estas historias, junto a la constatación de la trabajosa tarea que sigue siendo reconstruir lo que la dictadura quiso borrar, seguimos celebrando la vida con la alegría que nos da la conquista de la verdad. Por un 2023 con más encuentros, con más verdades y más identidades”, cerró Estela de Carlotto.