Por Angie Tovar
Fotografía: Candela Bandoni y Milgros González

El INDEC anunció que la inflación de octubre fue del 6,3% y nada hace pensar que ceda en el corto plazo. Tres economistas analizan la causa y ofrecen sus propuestas.

El Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) informó este martes que la variación que registró el Índice de Precios al Consumidor (IPC) en octubre fue de 6,3 por ciento. El IPC acumula una suma total del 76,6 por ciento en los diez meses del año que corre.

El economista Horacio Rovelli explicó las causas de la inflación y cómo esto repercute en el bolsillo del ciudadano de a pie: “La inflación argentina aumenta por el dólar. Nosotros tenemos la economía mucho más internacionalizada de lo que comúnmente se cree”. Además, ejemplificó con un producto: “La botella de aceite de girasol de Cocinero de litro y medio, se vende en Europa a 2,48 euros. Este valor multiplicado por 170 pesos -el equivalente al euro- da un total de 400 pesos. Acá según el Indec la venden a 720 pesos. El girasol se siembra, se cosecha, se produce acá y viaja 10.000 kilómetros y sale más caro en Argentina que en Europa, ¿para qué lo exportan? Porque tienen doble contabilidad y se quedan con dólares afuera, no toman el dólar a 170 pesos, toman un dólar más cercano a esa paridad que da dividir la botella de 720 pesos por euro”.

Rovelli dijo que esto lleva a que la inflación del país obedezca a dos causas: la primera, que se evalúa todo de acuerdo al valor del dólar, no se miden los costos en pesos, y lo segundo, es que es una renta. El precio es igual a costo más beneficio, pero la renta es una ganancia extraordinaria que no tiene nada que ver con el costo y si con un margen de beneficio altísimo. “El costo puede ser mínimo, pero no lo toman en cuenta y fijan el precio de acuerdo al precio internacional. La misma dinámica sucede con el precio del combustible”, señaló.

En ese marco, el economista indicó que dentro de las estrategias que se deberían adoptar para bajar la inflación, es primordial frenar el aumento del dólar. “En el caso de la carne son 16 frigoríficos los que determinan el precio. Si el Estado no fija un solo precio del dólar, ellos seguirán asumiendo este rol, por eso tiene que haber un solo tipo de cambio.”, puntualizó.

Como segunda medida, dijo que hay que poner un cupo a la exportación. “Es necesario priorizar el mercado interno, si no se pone un límite al número de botellas de aceite o a la carne que se quiera vender, sin ningún tipo de control, van a fijar el precio en el país igual al precio del exterior”, dijo Rovelli. Como tercera medida, señaló la necesidad de subir los derechos de exportación.

Según Nicolás Pertierra, también economista, perteneciente al Centro de Estudios Económicos y Sociales Scalabrini Ortiz (CESO), el aumento de la inflación hay que verlo en cada periodo en particular, ya que no es lo mismo el incremento actual que el que hubo a principio de año. Éxplicó que en marzo y abril el impacto de la guerra y la suba de precios internacionales de los alimentos repercutieron en los precios de la economía local. “No hubo ninguna medida de desacople de precios internacionales de los precios locales. Esa suba de los bienes alimentarios que exportamos impactó directamente en los precios domésticos. Como medida de desacople hubiesen sido ideal las retenciones, que cumplen esa función de amortiguar los impactos de los precios internacionales en los precios locales”, dijo.

Pertierra indicó que, en cambio, las causas más recientes de inflación responden a factores macroeconómicos. “Esa situación empezó con una corrida financiera, con una caída de los títulos en el mercado financiero de los títulos de deuda en pesos del gobierno, de los que  el sector financiero quería desprenderse, en el medio también de rumores por parte de ex ministros del gobierno de Juntos por el Cambio y actuales diputados, que declararon que se deberían reestructurar. Es decir, incumplir el pago de esos bonos, que vencen algunos en el próximo gobierno”, señaló.

 Esto trajo como consecuencia, de acuerdo a Pertierra, que nadie renovase la deuda del gobierno, lo que se hace periódicamente y que el gobierno no tuviera forma de financiarse. Todos esos recursos en pesos se volcaron principalmente al dólar paralelo, por eso se vio en simultáneo una crisis. La inestabilidad macroeconómica se trasladó también a los precios domésticos, muchos actores salieron a modificar sus listas de precios preventivamente, ante la posibilidad de una devaluación brusca que no se concretó, pero tuvo un impacto grande en la inflación actual.

El economista dijo que para controlar la inflación es necesario que haya estabilidad macroeconómica, ya que en medio de una corrida cambiaria y financiera va a ser muy difícil que se logren estabilizar los precios. “Evitar devaluaciones bruscas es un punto de partida fundamental y eso se hace con una situación sólida en el Banco Central que acumula reservas, y que tenga forma de defenderse ante un ante una corrida cambiaría”, dijo, y agregó: “También es urgente un acuerdo generalizado de precios un poco más ambicioso que la canasta de 1.700 productos”, haciendo referencia a  la necesidad de ir incorporando cada vez ramas más diversas de la actividad económica, tales como: industrias plásticas, químicas, acero y materiales de construcción, y no concentrarse únicamente en el último eslabón de la cadena.

Otra estrategia que destacó Pertierra, es que cuando baje la inflación se acompañe con otras medidas macroeconómicas como acuerdos sobre tasa de interés, valores de alquileres y otros de los costos fundamentales de la economía como son los créditos. .Dijo que si baja la inflación y se obtuvo un crédito a una tasa de 100%, esa tasa debe ir incorporando la expectativa de que la inflación se mantenga en ese nivel en descenso, porque para poder pagar un crédito a una tasa del 100%, una empresa tiene que incrementar sus ingresos también a un 100%. Es decir, los precios tienen que aumentar a un ritmo muy alto.

Para Eduardo Crespo, Doctor en Economía y docente en la Universidad Nacional de Moreno, la inflación aumenta por tres razones: la primera, una suba de costos que se va transfiriendo al resto de los precios de las mercancías. Otra, es la devaluación, en donde aumentan los costos de lo que es importado y sube el costo de oportunidad de lo que es exportable, porque es más rentable venderlo a un precio mayor, afuera. La tercera son los eventuales desajustes entre oferta y demanda, aunque Crespo subraya que no considera que esta sea la causa principal de la inflación, aunque sea la más popular, es decir, la idea de que hay muchos pesos para pocos bienes.

Por último, señaló los mecanismos de propagación que son los que mantienen los niveles de inflación en niveles altos, aunque puedan ser decrecientes, como son la indexación o conflicto distributivo. Por ejemplo, ante el aumento de los precios motivado por cualquier cosa, se reclama la recomposición de los salarios, lo que a su vez aumenta los costos de la empresa, y eso aumenta los costos a un tercero y eso genera una nueva caída del ingreso de los asalariados, que vuelven a reclamar y así se prosigue indefinidamente. “Son mecanismos que se adoptan para protegerse de la inflación y son los que la preservan, se sostiene en el tiempo porque funciona como protección”, explicó.

Frente a lo que se puede hacer para frenar la inflación, Crespo menciona que un tema clave es establecer nuevas políticas monetarias, ya que las implementadas en Argentina en las últimas décadas fueron sistemáticamente erróneas. “Se mantuvieron tasas de interés negativas por mucho tiempo, que no cubrían los costos de una devaluación. Aquí no solo hablo de grandes operadores, sino de la persona común”, dijo y añadió: “Una política monetaria de este tipo coloca un límite a las políticas fiscales. Es necesario generar todos los dólares posibles a través de exportaciones, lo que no es fácil, porque depende de políticas a largo plazo”.

El economista dijo que es necesario un plan de estabilización que es muy difícil de realizar sin reservas, pasando por una devaluación previa. “Lo que se está haciendo ahora de algún modo es inducir una recesión con los dólares paralelos y los distintos tipos de controles que se hacen. Esta recesión va a bajar importaciones y por esa vía tratar de amortiguar un poco la demanda de dólares. El “festival de Importaciones” es un eufemismo para decir que lo quiere es una recesión, que de alguna manera frene las importaciones”, afirmó.

De cara al futuro, pensando en el nuevo gobierno, Crespo dijo que es primordial salir del cepo, conseguir reservas como sea posible y establecer un plan de estabilización que implica atacar a la inflación desde todos los frentes: monetario, fiscal, cambiario y con políticas de ingresos, es decir, con algún tipo de acuerdo de salarios y precios. “Tiene que haber un plan integral para bajar la inflación. No creo que ningún plan parcial baje la inflación significativamente. Hoy no hay poder político para lograr un plan integral y a un año de elecciones es prácticamente inimaginable”, cerró.