Por Axel Schwarzfeld
Fotografía: Sabrina Nicotra

Ana Oly, la creadora de la tira cómica Fracasitos, fue convocada por el canal infantil Cartoon Network para animar su personaje. ¿Por qué la señal empezó a poner el ojo en artistas mujeres y latinoamericanos?

Lo que empezó como una pequeña tira cómica que nació en las redes sociales, pronto ganó miles de seguidores y motivó el llamado de Cartoon Networks, el canal de televisión infantil. De esta manera, Fracachica, una chica alegre e inocente que siempre intenta responder con optimismo a los pequeños problemas cotidianos que se le presentan, dio el salto de las historias contadas en viñetas hacia el mundo de la animación. Su creadora, Ana Oly, dialogó con ANCCOM sobre las particularidades de este proyecto, la importancia de que haya producciones locales y los cambios que hay en la industria de los dibujos animados en materia de género.

 

¿Qué es Fracasitos?

Por un lado, está Fracasitos como tira cómica y después Fracasitos como animación. Nació a fines de 2016 y se llama así porque busca reírse de las pequeñas desgracias de la vida cotidiana. Es una especie de ejercicio terapéutico; es como cuando uno dice «me río para no llorar», un recurso de supervivencia. Transformar una experiencia negativa en algo gracioso es como una necesidad para poder llevarlo de mejor manera.

¿Cómo surgió?

Fue un proyecto que no tenía una meta, no era un proyecto ambicioso. Era algo para divertirnos entre amigos y empezó a ganar seguidores en Instagram. De repente, había un público al que le interesaba y hubo también una cosa recíproca con los seguidores, y la sigue habiendo, que es que muchas veces me cuentan o mandan fotos de algo que les salió mal.

¿Cómo fue que te propusieron la creación del dibujo animado?

En 2019, me contactó una chica por Instagram y me preguntó si le podía pasar un mail porque trabajaba para Cartoon Network y les interesaba hacer algo conmigo. Estaban organizando una serie de ilustraciones con distintos artistas de Latinoamérica, en la que querían que cada uno diseñara un alíen de Ben 10 que representara su país. Todo con un tinte humorístico porque uno de los grandes pilares conceptuales del canal es el humor. Después me convocaron para una campaña del Día de la Mujer en donde les pidieron a diferentes autoras de Latinoamérica que eligieran algún personaje de Cartoon y lo dibujaran a su estilo. Para ese entonces estaban empezando a hacer producción local y dentro de ese marco también me convocaron a mí y me preguntaron si me interesaba hacer unos cortos animados porque veían que Fracasitos tenía un humor muy parecido al que hacen, que es un humor irreverente, ridículo.

¿El público de la tira cómica es el mismo que el de la serie?

Antes que empezara a trabajar con Cartoon estaba apuntado a un público más adulto porque todas las tiras estaban basadas en experiencias personales o de gente cercana. Yo tengo 34 años, entonces involucraba temáticas como tomar alcohol y fracasitos amorosos, pero cuando vi que se presentaba esta oportunidad de trabajar con Cartoon, sentí una responsabilidad y dije: “Bueno, voy a empezar a cuidar que el contenido sea ATP”. Entonces, buscamos temáticas con las que pudiera sentirse identificado un niño. O sea, que fuese algo universal, que también un adulto pudiera verlo porque un adulto puede tener los fracasitos de tener una mascota o ir a la playa y sentirse identificado con eso.

Hecho por latinoamericanos

Además de Fracasitos, Cartoon Network apostó en el último tiempo por otros proyectos creados por argentinos, como es el caso de Guau y Miau de Alexis Moyano, así como también de otros países de la región. Por ejemplo, Otra semana en Cartoon, del uruguayo Agustín Ferrando Trenchi; Villanos, del mexicano Alan Turiel; ¡Golpea duro, Hara!, del chileno Matías Latorre; Hermano de Jorel, del brasileño Juliano Enrico, entre otros.

¿Qué motivaciones pensás que hubo para que se empiece a apostar por dibujos animados locales?

Históricamente se importa de Estados Unidos, se hace el doblaje y chau. Ha sido así todo este tiempo y en los últimos años el canal tuvo esta iniciativa de hacer producciones locales. Más allá de que obviamente hay un montón de talento, de artistas, escritores y autores latinoamericanos, tenemos valores propios, nuestra propia cultura, un humor distinto. Entonces, se quería hacer algo con eso.

¿Qué es lo que caracteriza a los creadores locales?

Una vez, en una charla con Alexis, Agustín y Alan, decíamos que nos parece que en Latinoamérica estamos acostumbrados, muchas veces por falta de recursos, a hacer un poco de todo. En Estados Unidos por ahí está el «equipo de color», el «equipo de sonido», el «equipo de» que está buenísimo pero nosotros empezamos todos siendo artistas independientes y veníamos acostumbrados a decir: «El dibujo lo hago yo, el color lo hago yo, la música la hago como puedo». Es algo que nace en respuesta a una necesidad pero que después a la hora de producir en el canal es valiosísimo porque terminamos estando involucrados en todas las partes del proyecto. Eso hace que se mantenga mejor la esencia de lo que uno quiere hacer.

El doblaje de tu serie también tiene una esencia local…

Cuando hicimos las voces de Fracasitos, la consigna de Cartoon era que sea argentino, no querían que nadie hable neutro. Si estamos hablando de producción local, que sea re local.

Hecho por mujeres

Ana Oly no sólo marca un antes y un después en la industria de la animación, al ser una de las primeras personas de Latinoamérica en producir su propia serie infantil para una cadena internacional, sino también es de las pocas mujeres en lograrlo. A nivel mundial, los antecedentes más sobresalientes son el de Arlene Klasky (en 1991 creó Los Rugrats, en 1995 Santo Bugito, en 1998 Los Thornberrys y en 1999 Rocket Power), Sue Rose (en 1997 creó Pepper Ann), Emily Kapnek (en los 2000 creó Ginger), Rebecca Sugar (en 2013 creó Steven Universe) y Daron Nefcy (en 2015 creó Star vs. Las fuerzas del mal). En el plano regional, el caso más conocido es el de Bernardita Ojeda, quien creó varios dibujitos, siendo el más destacado Clarita (2004), la primera serie animada hecha para la televisión chilena.

¿Qué opinas de ser una de las primeras mujeres latinoamericanas que hizo una producción infantil para un canal internacional?

Esto es otra cosa que Cartoon buscó de manera intencional, porque era muy evidente que históricamente la mayoría de los creadores de dibujitos animados han sido hombres. Eso está cambiando porque hay una intención de que cambie, no fue algo que se fue dando de manera natural. Hay un interés de querer involucrar mujeres acá también y tener otras perspectivas. Vuelvo a lo de la cultura latinoamericana versus la cultura de Estados Unidos: tenemos distintas historias para contar, tenemos distintas ideas, distintas experiencias, son distintas voces y yo creo que a mayor diversidad, mejor. Es más, se buscó que la mayoría del equipo de Fracasitos estuviera conformado por mujeres.

¿Qué reflexión hacés sobre estos cambios en la industria de la animación?

Espero que esto algún día se dé de manera natural y no haya que estar diciendo: «A ver, ¿cuántas mujeres y varones tenemos?» Creo que se va a dar, pero ahora estamos en un momento de transición. Pasa lo mismo en el mundo de la música, en los festivales y en un montón de otros ámbitos.

¿Tenés referentes en la animación?

Cuando era chica, me encantaba dibujar y decía: «Yo, cuando sea grande, voy a hacer dibujitos animados» y mi referente era Hanna Barbera. Justo tenía una maestra que se llamaba Hanna, entonces pensaba que se trataba de una mujer y un día, más de grande, me enteré que eran dos señores que se llamaban William Hanna y Joseph Barbera. Recuerdo que me re desilusionó. Era mi heroína, mi modelo a seguir, y no existía. Igual me sirvió como referente imaginario, como que para mí una mujer podía hacer tranquilamente dibujitos animados.

¡Y pudiste!

A partir de que empecé a trabajar con Cartoon me planteé que me estoy convirtiendo en una referente para alguna niña que quiera hacer dibujitos el día de mañana. Está rebueno porque así como yo tuve a Hanna Barbera imaginaria, está buenísimo verse representado en algo. Hay gente que piensa que es una pavada y dicen: «¿Qué te importa si hay mujeres y varones?» Lo mismo pasa con las disidencias y con las distintas culturas: «¿Qué importa si aparecen o no en un cartel?» Es muy importante tener representación en algo porque entonces naturalizás que eso sí puede hacerse. Por ejemplo, si tenés todas imágenes de veterinarios varones y nunca viste una imagen de una veterinaria mujer, se naturaliza que es algo que solo hacen los hombres. Es una pavada lo que estoy diciendo pero hay mucha gente que no lo entiende.

¿Qué consejo le darías a aquellas personas que quieran incursionar en este rubro?

Muchas veces es más importante hacer las cosas que esperar a hacerlas perfecto. A mí me encanta apuntar a lo perfecto y que no hay que ser conformista, pero no permitamos que esa búsqueda termine anulando todo. A veces en esa búsqueda no hacés nada, entonces como no es perfecto no lo hacés y a veces la perfección, si es que existe, se alcanza de manera gradual y avanzando. Eso es algo que me gustaría transmitirle a cualquier estudiante o artista o aspirante a lo que sea. Menos para dibujo técnico, ahí si aplica.

 

La producción de la segunda temporada de Fracasitos está cerca de terminar, con lo que pronto todos podrán disfrutar de las nuevas y pequeñas situaciones que le toca vivir a Fracachica, y en diciembre Ana Oly publicará un libro en el que no solo recopila las tiras que hizo a lo largo de estos años, sino también incluirá otras nuevas que nunca se han visto. Todo de la mano de una mujer latinoamericana.