A 97 años del nacimiento del autor y a 46 años de su secuestro y desaparición, se estrena «Confesiones de un escritor», un homenaje teatral que parte de la obra inconclusa que quedó en su máquina de escribir la noche en que los represores se lo llevaron.
Confesiones de un escritor es un homenaje teatral a la figura de Haroldo Conti, llega el sábado 20 de agosto al Centro Cultural de la Cooperación Floreal Gorini. Escrita por el poeta Juano Villafañe, con dirección y puesta en escena de Manuel Santos Iñurrieta, la obra promete celebrar al gran escritor con un elenco conformado por Gustavo Pardi, Gabriela Perera y Diana Kamen, quienes dan vida a Conti y sus compañeras, musas y asistentes. A 97 años de su nacimiento y 46 años de su secuestro y desaparición por la última dictadura, Conti se hace presente sobre el escenario a través de la evocación de un conjunto de textos centrados en su literatura y en su mirada en torno a la práctica literaria y su compromiso político.
La obra Confesiones de un escritor se construye a partir de un texto: A la diestra, de Haroldo Conti, cuento que había quedado inconcluso en la máquina de escribir el día que lo secuestraron. Este es el punto de partida del espectáculo que se propone rescatar al gran escritor argentino y todo lo que significa para la historia de nuestra cultura. Busca construir una suerte de memoria de Haroldo Conti, desde los paisajes que pintan su universo, las poéticas del río, la llanura, los entornos urbanos. Pero en especial, recordarlo desde sus escrituras mientras el imaginario teatral recrea una última noche de Conti.
Conti nació en 1925, en Chacabuco, provincia de Buenos Aires. Fue maestro primario, profesor de latín, empleado de banco, piloto civil, nadador de aguas abiertas, navegante y guionista de cine. Estudió y se graduó en Filosofía. En 1956 publicó la pieza de teatro Examinado. Cuatro años más tarde recibió un premio de la revista Time (Estados Unidos) por su relato La Causa. En 1962, ganó el Premio Fabril Editora (Argentina) con su primera novela, Sudeste. Publicó después las novelas Alrededor de la jaula que obtuvo el Premio Universidad de Veracruz (México) y En vida, obteniendo el Premio Barral (España) cuyo jurado integraban Mario Vargas Llosa y Gabriel García Márquez. Además, de los libros de cuentos Todos los veranos, por el que resultó galardonado con el Premio Municipal, Con otra gente y La balada del álamo de Carolina, también colaboró con la Revista Crisis. En el año 1972 rechazó la beca que otorga la Fundación Guggenheim, por una cuestión de principios, debido al vínculo de la organización con Estados Unidos. En la carta de rechazo señaló: “No soy un hombre de fortuna, como tampoco lo son la mayoría de mis compañeros, porque en Latinoamérica ser escritor es casi sinónimo de pobre”. En 1975 publicó Mascaró, el cazador americano y recibió el Premio Casa de las Américas (Cuba).
Su labor se interrumpió pocos días antes de cumplir 51 años. La madrugada del 5 de mayo de 1976, tras el golpe militar, Haroldo Conti fue secuestrado y aún permanece desaparecido.
Manuel Santos Iñurrieta el director y encargado de la puesta en escena de Confesiones de un escritor, se desempeña en otros proyectos como actor, autor y director teatral, además de estar al frente de Los Internacionales Teatro Ensamble, es coordinador del Área de Teatro, director adjunto de Artes del Centro Cultural de la Cooperación Floreal Gorini y miembro de la Red de Intelectuales y Artistas en Defensa de la Humanidad. En diálogo con ANCCOM, comenta cómo fue el proceso dramatúrgico.
¿Cómo surgió la idea de la obra teatral sobre Haroldo Conti?
La obra surge como un homenaje a Haroldo Conti. Está escrita por el poeta Juano Villafañe, también director artístico del Centro Cultural de la Cooperación, que realiza uno de sus primeros textos dramáticos. Me convocó a dirigir el espectáculo y armar una puesta en escena, y, efectivamente, acepté. Se realizó un trabajo dramatúrgico sobre el texto, que en sí mismo está cargado de poesía y de belleza. Junto con el elenco, con Gustavo Pardi, Gabriela Perera y Diana Kamen, decidimos encarar este espectáculo. La verdad es que todos amamos a Conti y la propuesta de Juano nos resultó sumamente rica y atractiva. Es un personaje tremendamente potente, emotivo como uno de los grandes escritores argentinos y para nosotros es un gran placer llevar adelante una obra que lo tenga en el centro de la escena. Después, en el trabajo en escena con los actores, todo se mejora, se apropian de la historia y hay que estar atento a lo va sucediendo en los ensayos.
¿Cómo fue el trabajo con los actores teniendo en cuenta la particularidad de la historia, anclada en uno de los momentos más oscuros de nuestro país, de un escritor que fue efectivamente secuestrado y desaparecido?
El trabajo con los actores fue efectivamente muy bello, son artistas que pueden asumir por una parte el compromiso que requiere la afectación emotiva de la historia en particular como también el compromiso político y el arrojo artístico que se necesita para encarar un personaje de esta índole, de las dimensiones tanto artísticas como políticas que tiene Haroldo Conti. Desde ese lugar también hay un compromiso y un acercamiento a su figura. En este sentido, de alguna manera hay una identificación y a mí, como director, me parece muy potente. Asimismo, la obra no plantea argumentalmente una construcción verista o gráfica, no busca la exactitud en esos términos. La obra, de manera muy acertada por Juano, coloca a la producción literaria de Haroldo en primer plano, en el centro de la escena. Imagina una última noche de Haroldo pero no yendo a una crónica policial o histórica, sino a poner en relieve la literatura de Haroldo y toda la belleza que desprende. Quizás por eso el contraste es tan dramático. Esto me parece un hallazgo, en cuanto al texto, poner la belleza y la contundencia de las palabras del escritor, esa épica del río y la llanura arriba de la escena.
¿Qué significa para vos traer la historia de Haroldo Conti a través de la escena teatral?
Haroldo tiene esa estatura histórica de reunir en una misma persona un talento excepcional para la literatura y el arte, además de un compromiso irrompible con la historia, con los hombres y las mujeres de su tiempo. Eso lo hace eterno, lo pone vivo, lo pone en presente. Es un homenaje a Haroldo, porque lo necesitamos. Necesitamos discutir esas ideas que siguen vivas. Haroldo como tantos otros artistas y jóvenes revolucionarios de esa época nos hablan en presente, que es importante, cuando pensamos nuestras prácticas, nuestro teatro, nuestra literatura, nuestra participación en la vida civil. Me parece importante discutir eso más en un presente como el de hoy; hace falta discutir las ideas y la belleza. Haroldo tiene esa estatura y esa potencia, y a mí, como teatrero, y para todo el elenco, es un desafío enorme cargado de belleza.
La obra se estrena el sábado 19 de agosto a las 22.15 en la Sala Solidaridad del Centro Cultural de la Cooperación, Av. Corrientes 1543, CABA. con funciones todos los viernes a las 19:30 y los sábados a las 22:15h. Una propuesta para celebrar la literatura y la figura de Haroldo Conti. Para aquellos que aún no conocen sus textos, se pueden acercar para llevarse una interpretación artística fundamental para entender quién es Haroldo Conti. Para aquellos que lo conocen algunos pasajes de su obra, como de La balada del Alamo de carolina, o de Mascaró volverán a llevaros por su huella literaria.