Después de su irrupción vertiginosa, el candidato de Libertad Avanza comienza a desinflarse. Sin embargo, hay un núcleo duro dispuesto a votarlo en las presidenciales. ¿Cómo piensan?

El acto que Milei realizó a principios de mes en El Porvenir convocó solo a 1.500 pesonas y comenzó a marcar su declive.
Aunque falta más de un año para las PASO de 2023, desde la oposición ya comenzaron a perfilarse algunos candidatos disputar la presidencia. Uno de ellos es Javier Milei, referente del partido La Libertad Avanza. A fines de mayo, varios encuestadores advertían que su imagen positiva se entremezclaba con los candidatos del PRO, Mauricio Macri, Horacio Rodríguez Larreta y Patricia Bullrich. Sin embargo, su estrella parece comenzar a apagarse a partir de sus frases en favor de la venta de órganos o niños. No obstante, el autodenominado libertario aún cuenta con un núcleo duro que asegura que lo votará.
¿Qué le ven a Javier Milei, un actor político declarado admirador de Donald Trump y Margaret Thatcher? ¿A quiénes seduce la idea de eliminar los impuestos, vender órganos y por qué no niños? Para conocer las opiniones y expectativas de sus seguidores, ANCCOM dialogó con tres personas que declaran que pueden votar al León el año próximo.
Romina Saravia es abogada, tiene 29 años y vive en Villa Crespo. Actualmente convive con su pareja, con quien dice que no debaten sobre política debido a que tienen posiciones muy contrapuestas y nunca llegan a consensos. No votó a Milei en las elecciones legislativas de 2021 pero es simpatizante del Partido Libertad Avanza. Expresó que votaría a Milei en las próximas elecciones porque: “Todo lo que dice, lo hace. Cuando fue electo diputado, prometió que todo lo que perjudique al trabajador, en cuestiones impositivas, iba a votar en contra. En las leyes de presupuestos en la parte económica las vetó, cumplió sus palabras”.

La mayoría de los que asistió al acto que tuvo de telonero a El Dippy fueron jóvenes.
Romina está convencida que La Libertad Avanza es la mejor opción para el país: “Todas las políticas que se fueron implementando hasta el día de hoy no fueron acertadas, desencadenaron en mucha pobreza. El bienestar keynesiano no funcionó, a mi parecer un cambio de paradigma podría hacer crecer a la Argentina. Las libertades que nos ofrece el liberalismo podrían ser beneficiosas para todos”.
Santiago Arias es estudiante del Colegio Nacional Buenos Aires, tiene 16 años y no votó en las elecciones legislativas porque para él se vota a partir de los 18 años: “Hubiera votado a Milei. Existe un hartazgo con los demás partidos, para mí la única solución es él. Estamos cansados de Juntos por el cambio, el Kirchnerismo”. Vive con sus padres y sus hermanos en Núñez y si bien no milita en ninguna organización partidaria, Santiago expresó que su deber está en los lugares que frecuenta a diario y en las redes sociales: “La batalla cultural es el primer escalón para ganar políticamente, entonces intento en el colegio y en mi casa dar la batalla cultural. En las redes discuto sobre el liberalismo, con todos, ya sean libertarios o no”. Y afirma que en el colegio el statu quo está dominado por un izquierdismo feroz: “Siento que hay liberales en el colegio, que no hablan, se recluyen justamente por miedo”. Para él, Milei se mostró siempre sincero frente a las cámaras y no es un personaje como dicen en los medios: “Él construyó su imagen de a poco, empezó como un animal de circo, gritando. Antes de la campaña electoral, se mostraba más agresivo, demostraba el odio y resentimiento que hay contra la política, que en cierto sentido lo comprendo y comparto. Para mí no es un personaje.”
Cristián Valenzuela vive en Lanús, tiene 34 años y es emprendedor. Está casado y tiene un hijo adolescente. Aún no votó a candidatos con las ideas del liberalismo, pero ve en Milei una opción: «Me gusta todo ese perfil de imagen, no me gusta el estilo de política de Estado gigante o papá Estado. El Estado sólo lo tiene que dar en salud y educación». No milita y tampoco participó de ningún acto político, pero considera que Milei es un showman y que “sus actos no son como los tradicionales, que parecen una iglesia donde todos están sonriéndose falsamente”. En su casa discute sobre política con su esposa que es docente: “Mi mujer está muy indignada con la política educativa de estos gobiernos de izquierda que con el chamuyo de la igualdad sólo generan desigualdad con los que tienen -y pueden- asistir a escuelas de gestión privada y crea una brecha tremenda con la escuela pública, donde con el chamuyo de la estigmatización sólo se generaron estudiantes ociosos”.

La decepción que generó la escasa concurrencia desaató, también, una interna partidaria.
Javier Milei fue noticia en las últimas semanas por algunas frases e ideas extremas como “la venta de órganos”, “la libertad para morirse de hambre” o el “cierre del Ministerio de Educación”, y los medios de comunicación fueron su escenario, como desde que comenzó su carrera política. En este sentido, Santiago, el estudiante secundario, plantea: “Es lo que sucede con todos los dirigentes, estás de acuerdo en algunas cosas y otras en contra. A veces por intentar ser siempre el más liberal se pasa de rosca”. Mientras que Cristian plantea que el orgullo de su persona no le dejó ver que caía en una trampa: “Empieza a defender cosas que no se consideran racionales para la sociedad, venía muy en alza, pero bueno… en este país todo se olvida muy rápido”.
Con respecto a la reforma que propuso Milei para desmantelar el Ministerio de Educación de la Nación por no tener escuelas a cargo, Santiago expresó: “Todo lo que sea reducir el gasto público, estoy a favor. Yo voy a un colegio universitario, quizás para algunos sea una contradicción, pero justamente por eso debería cortarse el gasto del Estado”. Por otro lado, Cristian explicó: “Para mí (lo de Milei) fue un acto fallido. Mi mujer es docente, creo que hay que empezar a sacar a los baradeles (en referencia a Roberto Baradel, Secretario General de SUTEBA) que interfieren en lo que se educa. Que en un país como Argentina no haya clases porque hace frío… que vayan en otro momento del año. La verdad es que el Ministerio de Educación está bastante de adorno”.
Sobre la imagen positiva del diputado nacional en los tres consultados el denominador común es la rebeldía. Romina define: “Sus votantes son en su mayoría jóvenes, que les gusta su discurso de rebeldía para revelarse contra el sistema, romper con el statu quo, hablar de la casta”. Santiago dice que Milei hoy se controla para apelar a un público más moderado, que es el que definirá las elecciones. Mientras que Cristian afirma que hoy personajes como el León son atractivos porque “la gente ya se cansó de la izquierda. Ya es vieja, ya no son los jóvenes revolucionarios de hace 15 años”.

El discurso de Milei cada vez es más radicalizado. Después de proponer de liberar el mercado de órganos, ahora mencionó la posibilidad de habilitar la compra-venta de bebés.
Los tres coinciden que los medios de comunicación han sido de ayuda para su referente libertario por el espacio y tiempo que le dieron a su discurso, pese a que afirman que hoy los jóvenes utilizan las redes sociales para informarse y militar. Santiago Arias afirma: “Soy muy fan de la terapia de shock, cuando Milei dijo que su plan iba a terminar en 50 años me da cosa, no quiero vivir una prosperidad económica cuando tenga 70 años. Entonces, quiero que las medidas sean más inmediatas. Las medidas a largo plazo, de recortar los gastos públicos de a poco no las comparto”. En relación a las transformaciones más inmediatas, Cristian Valenzuela concuerda con el candidato con que es necesaria una reforma laboral aplicada hacia el futuro. Claro, no especifica en qué términos debería realizarse.
El fenómeno Milei confluye con las ideas de la libertad absoluta para hacer y decidir. Existen varias interpretaciones con respecto a qué es el liberalismo como ideología y estilo de vida. Romina Saravia opinó: «El liberalismo es una doctrina económica y política que restringe la intromisión del Estado a lo mínimo e indispensable en la vida de los individuos, preponderando sobre todo las libertades». Por su parte, Cristian agregó: «Es la defensa de la libertad irrestricta de las personas, igualdad ante la justicia y derecho a la vida. Libertad de dar trabajo o aceptar trabajo sin la opresión ni la imposición (impuestos) del Estado». Por último, Santiago describió: «Es respetar las decisiones que cada uno tome en su vida, aceptar los proyectos de vida de todos. Es una filosofía que propone nunca ser el primero en cometer una agresión. Es el sistema más moral, porque brinda las libertades necesarias para que los individuos hagan lo que quieran con sus vidas y además permite la libre competencia».
El electorado de Milei se enuncia a sí mismo como diverso, y por momentos incrédulo sobre las ideas que no comparten con el líder de Libertad Avanza, a las que ubican como “exabruptos” o “fallidos”. Sin embargo, en su plataforma electoral detalla reformas como “la eliminación del monopolio de la gestión estatal”. Allí también se lee como central la intervención de los sindicatos, en un modelo donde la libertad de los grandes mercados (¿y las de las personas?) avance sin límites. La verborragia de Milei parece ser uno de sus cautivantes atributos. Ahora queda esperar para ver, si esta idea de aparente libertad avanza.