Artistas de distintas disciplinas exigen que se prorrogue por 50 años la asignación de tributos específicos para el sector.

Trabajadores de la cultura, colectivos artísticos, referentes de medios comunitarios y bibliotecas populares se movilizaron este miércoles frente al Congreso para exigir el tratamiento de un proyecto de ley que prorrogue por 50 años las asignaciones específicas a la actividad cultural, cuyo dictamen fue aprobado el 3 de mayo por la Comisión de Presupuesto de la Cámara de Diputados. Reunidos bajo el frente Unidxs por la Cultura, los convocantes dieron una conferencia de prensa y realizaron intervenciones artísticas como forma de reclamo.
En diciembre de 2017, el Congreso Nacional puso una fecha límite a la utilización de los fondos tributarios destinados a las industrias culturales para el 31 de diciembre de este año. Lo que reciben las distintas instituciones y espacios se recauda en la misma cadena de producción cultural. Sin embargo, esos fondos no van a desaparecer, sino que serán redirigidos al Poder Ejecutivo para disponerlo a su voluntad. “Nosotros vamos a estar trabajando para generar dinero que seguramente hoy termine en la deuda externa. El que esté en el Poder Ejecutivo va a poder designar a qué sector de la cultura financiar y a cuál no, eso es altamente peligroso porque tiene detrás la censura ideológica”, contó Javier Gabino, organizador de Unidxs por la Cultura e integrante de Documentalistas de Argentina (DOCA).
En la conferencia de prensa hablaron representantes del teatro, el cine, la danza, la música, la escritura, los medios de TV y radio comunitarios y las bibliotecas populares. Asimismo, se presentó un grupo de diputados y diputadas nacionales de distintas provincias en apoyo al tratamiento de la ley, encabezado por el legislador cordobés del Frente de Todos, Pablo Carro, quien presentó el proyecto para una prórroga de 50 años en las asignaciones. El funcionario comentó que la propuesta que elevó en primer término no tenía fecha límite: “Tuvimos que cambiar el proyecto debido al argumento fiscal que usa la oposición de que todo impuesto que tenga una asignación específica tiene que tener fecha de caducidad. Por eso lo cambiamos a 50 años. Pero creemos que el financiamiento no debe tener fecha de caducidad porque entendemos que la cultura no es para un rato, es para toda la vida”, manifestó Carro.

Ignacio Etchart, integrante de Barricada TV reflexionó sobre la realidad del mapa de medios hiperconcentrado y con poca diversidad para poder informarse o consumir, además de una desigualdad impresionante –porque no reciben la misma pauta publicitaria que medios grandes, por ejemplo–, y en ese contexto igual “hay fondos que permiten que los medios audiovisuales comunitarios nos financiemos, podamos crecer y sostener puestos de trabajo, que sin las asignaciones, no solo corremos el riesgo de dejar de existir, sino que también afecta a las audiencias, interviniendo el avance en el camino hacia una comunicación más democrática y federal”, señaló.
A solo seis meses de la fecha límite para la quita de los fondos, los conferencistas expresaron que las consecuencias de estas medidas atentarían con cerca de un millón de puestos de trabajo, el cierre de salas de cine y teatro, bibliotecas, la desaparición de medios independientes y alternativos, así como una reducción a cero de producciones nacionales.

Manuel Cullen, trabajador y delegado en la Comisión Nacional de Bibliotecas Populares (CONABIP) e integrante de la Junta Interna de ATE del Ministerio de Cultura de la Nación, compartió a ANCCOM el hecho de que sin los fondos que hoy recibe la CONABIP a través de la Ley 23351 de Bibliotecas Populares “muchas no podrían mantener los servicios, pagar los salarios, la compra de libros y otros gastos y tendrían que cerrar sus puertas. Y el costo de ese cierre lo paga el pueblo argentino: en muchas localidades del país pero también en barrios de la ciudad, que no hay una librería, un teatro o un cine, la biblioteca popular es una forma de acceder a la cultura para distraerse, cultivarse o entretenerse, más allá de lo que puede ofrecer la televisión”, expresó.
El colectivo artístico feminista, Actrices Argentinas, cerró su interpretación con un texto de autoría propia en verso:
Un mundo sin artistas sería aburridísimo
una cara sin gestos, sin pasión, sin magia,
un mundo dormido, sin alma ni gracia.
