Por Agustina Pasaragua
Fotografías: Diego Castro

La TV Pública cuenta con más de 65.000 soportes de aproximadamente 200.000 documentos audiovisuales con registros históricos desde 1956, de los cuales, hasta el momento, están digitalizados unos 29.000. En conmemoración del Día Mundial del Patrimonio Audiovisual, ANCCOM dialogó con Julio Fernández Baraibar, periodista, guionista cinematográfico y director del Archivo Histórico de la Radio y Televisión Argentina para entender la importancia de este acervo en la actualidad.
La última dictadura, además de la censura que aplicó, también significó una tragedia para archivos patrimoniales completos: pérdidas, robos y venta ilegal. Por ello, hasta poco después de la vuelta de la democracia, no hubo una política para la conservación, catalogación y acceso de los documentos producidos por la radio y la televisión.
En 2013, por decreto presidencial, se creó la página web Prisma y el Archivo Histórico de RTA para generar una conciencia sobre lo que ocurrió. Se construyeron bodegas para el almacenamiento y la preservación en Radio Nacional y la TV Pública. El objetivo principal es ordenar, preservar, digitalizar y difundir material audiovisual y sonoro del Estado Nacional a toda la población. Baraibar coordina las distintas etapas por las que pasa el archivo histórico, desde la visualización, reuniones con el equipo de catalogadores y distintas áreas de la TV Pública, hasta la atención de pedidos internos y externos.
Los archivos en construcción de RTA no son una simple recolección de programas, videos y audios: cuentan la historia del Estado argentino durante el siglo XX y en particular su memoria colectiva. “El Archivo democratiza el acceso a este acervo audiovisual, cada lectura genera múltiples interpretaciones y asociaciones, consolida la memoria institucional y popular de la Argentina, trae a las nuevas generaciones momentos y situaciones que, por su trascendencia, por su impacto en la sociedad, por su belleza o por los elementos de verdad que encierran, forman parte del proceso mismo de formación de la conciencia de los argentinos. El Archivo descompone ese momento en sus múltiples determinaciones y en los múltiples efectos que la reconstrucción del pasado genera”, explica Baraibar.
Los soportes audiovisuales representan una herencia para comprender nuestro pasado, pero sobre todo para no olvidarlo: nos cuentan historias de vidas personales, hechos sociales, culturales, políticos que marcan épocas y que deben ser conservados y tratados adecuadamente: “La preservación es una tarea delicada y exige especial dedicación, desde el tratamiento de los originales hasta el mantenimiento de las bóvedas de depósito del material requieren condiciones de temperatura y humedad constantes. Fundamentalmente, exige una permanente actualización de la inversión en infraestructura y personal”.

El equipo del Archivo Histórico está integrado por siete personas: dos son técnicos del personal de la TV Pública y reparan en un taller equipos antiguos y discontinuos de los distintos soportes. Cada formato requiere una preparación específica previa a la digitalización que mejora la calidad del contenido: para los soportes magnéticos se utiliza una máquina que succiona la suciedad adherida a la cinta de video sin dañar la superficie ferrosa donde se encuentra grabada la señal audiovisual. Para el acervo fílmico se realiza un meticuloso proceso que implica la limpieza manual de la tira fílmica, el reemplazo de los empalmes deteriorados por nuevos con cinta adhesiva libre de ácido, y la lata original es reemplazada por un soporte de polipropileno inerte especial para el almacenamiento a largo plazo de soportes fílmicos.
Una vez finalizada esta etapa se lleva el material a la sala de Transfer para su preservación digital. Luego, una persona se dedica a la preparación del material fílmico destinado a ser digitalizado: este proceso incluye la corrección de valores de luminancia para cada toma registrada en el contenido audiovisual patrimonial.
El resto del personal se dedica, de modo permanente, a la catalogación de nuevo material, a mantener en permanente actualidad el Archivo Prisma y, en colaboración con la TV Pública, alimentar las redes, a efectos de hacer conocer y popularizar la actividad del Archivo. La atención de la demanda, tanto interna de RTA, como externa, de instancias públicas o privadas, es otra actividad cotidiana.
En el sitio se ofrecen estos contenidos por medio de una ficha descriptiva con información sobre cuándo y dónde sucedió como también quién o quiénes la protagonizan. Se especifica el área que lo produjo, se le asigna una categoría sobre bloques temáticos y etiquetas que especifican los temas abordados semanalmente. Todo el material publicado en línea se ofrece en una calidad reducida y la versión en alta resolución se encuentra disponible para las producciones que lo requieran técnicamente, solicitándolo mediante el protocolo vigente.
“El personal del canal y de la radio ha sido durante años el guardián de este acervo que sufrió pérdidas de todo tipo, desde accidentales hasta intencionales. En todos estos años han sido los trabajadores quienes garantizaron la supervivencia de lo que logró archivarse y mantenerse en resguardo”, afirma Baraibar.
La pandemia generó nuevas oportunidades para industrias como la audiovisual. Baraibar afirma que a través de las plataformas supieron sacar provecho de la cuarentena y aumentó la audiencia: “La demanda de archivos audiovisuales creció notablemente durante la pandemia debido a las dificultades que presentó el trabajo de filmación”, cuenta.
Otra actividad que suele ocupar parte del tiempo es la discusión y seguimiento de los distintos convenios con otros organismos públicos y universidades que tienen actividad archivística. “La capacidad de digitalización de distintos soportes que tiene nuestro Archivo nos convierte en interlocutores casi obligados de esa actividad, que a la vez permite ampliar nuestro propio acervo”, remarca. Según Baraibar, es necesaria la creación de una Cinemateca que resguarde debidamente la historia de nuestra cinematografía y la ponga al alcance de las nuevas generaciones: “Tanto el cine, como la televisión atraviesan una crisis que los obliga a repensar su función, tanto social como artística, por la variedad y dispersión de medios virtuales que hoy conforman la principal oferta audiovisual”.
El registro, la protección y la difusión de estos documentos audiovisuales no solo forman parte de una identidad cultural y una memoria, sino que además implican la toma de conciencia de la preservación de este patrimonio nacional por parte de los trabajadores audiovisuales.