Belén Torres tiene 26 años y es precandidata a diputada nacional por el Frente de Izquierda de los Trabajadores Unidad (FIT-U) por la provincia de Buenos Aires. Estudia el profesorado de Historia en la Universidad Nacional de General Sarmiento y se reconoce en la dificultad de la juventud de acceder a empleos formales. Además, enfatiza la posibilidad histórica de la izquierda de captar cierto descontento social y transformarlo en organización.
¿Cuáles son las demandas más urgentes de la juventud?
Se empieza a ver mucho enojo con ambos lados de la grieta de los partidos tradicionales, tras cuatro años de la crisis que nos dejó endeudados con el FMI y dos años de gobierno del Frente de Todos en los que no estuvimos entre las prioridades. El 70% de los pibes labura de manera precaria y vemos una uberización del empleo; muchas horas y los sueldos no alcanzan, como en Pedidos Ya, donde los trabajadores están 12 horas pedaleando. Eso hace que se haga muy difícil estudiar en esas condiciones y termina en la deserción en las universidades. Yo también hago changas porque no podía seguir trabajando en un cotillón nueve horas diarias, seis días a la semana y estudiar.
¿Qué propuestas tenés para ese problema?
-Queremos pensar la reducción de la jornada laboral a seis horas diarias, cinco días a la semana, que se repartan las horas de trabajo entre ocupados y desocupados, sin reducir el salario. Hoy trabajamos muchas horas solo para alcanzar la canasta básica.
¿Por qué decís que los jóvenes no están entre las prioridades?
Hoy quienes gobiernan llevan políticas con un interés claro: pagar la deuda al FMI que nos dejaron cuatro años de macrismo. El oficialismo en la campaña 2019 planteó que las cosas iban a cambiar y han pagado 345 millones de dólares al Fondo. Ahí están las prioridades, nos sacaron el Ingreso Familiar de Emergencia, el IFE, a muchos sectores, nos negaron el Progresar en la universidad y es muy difícil estudiar sin acceso a internet, a una computadora.
¿Y cuáles serán tus prioridades si sos electo?
-La educación, la salud y la vivienda. Este último es un tema central, los jóvenes hoy no podemos ni pensar en irnos de la casa de nuestros viejos y se sigue criminalizando a los sectores que no tienen dónde vivir, cómo nos demostraron las familias de Guernica.
-¿Qué lugar ocupan en la agenda del FIT-U las luchas ambientales?
Se está debatiendo la Ley de Humedales, proyecto que está cajoneado por el presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa. Consideramos que es urgente, porque en el medio -por ejemplo- queman los pastizales del Delta del Paraná.
¿Y en materia educacional?
-Muchos sectores están siendo expulsados por no tener las herramientas para cursar en la virtualidad o enfrentar las dificultades de lo que implica estudiar en casa. Tenemos que avanzar en los recursos que necesitan, necesitamos becas para quienes no consiguen laburo o laburan muchas horas y no pueden estudiar. Los docentes también están trabajando de manera precarizada, la virtualidad aumentó su jornada laboral, y todo eso atenta contra la educación porque baja el nivel educativo. Hay que organizarnos desde abajo contra el recorte educativo a nivel nacional.
-¿Por qué cuesta tanto la unidad de la izquierda?
-Hoy el 80% de la izquierda en Argentina va en una alianza que lleva diez años y nosotros quisimos avanzar con el Nuevo Más, por ejemplo, y no tuvimos buenas respuestas. Hay que preguntarles a ellos qué pasa cuando venimos dando una batalla muy grande para que la izquierda emerja como tercera fuerza.
¿Y si el descontento se canaliza en posturas de extrema derecha?
Las fuerzas políticas se están disputando la juventud. Como izquierda tenemos un desafío. La extrema derecha se atreve a hablar de libertad ¿De qué libertad hablan? Si laburamos 12 horas diarias y no podemos estudiar. El proyecto de Milei y Espert se puede aplicar en una dictadura, los jóvenes tenemos que luchar por una verdadera libertad.
¿Cuál es el mensaje de la izquierda para la juventud descreída de la política tradicional?
No queremos resignarnos a no tener futuro, somos las próximas generaciones y en Latinoamérica venimos peleando contra la precarización de nuestras vidas. La juventud aporta organización y conquistas en las calles. Entiendo esa bronca pero tenemos que transformarla en organización, en lucha en las calles y votando, la salida es por izquierda. Las bancas de mis compañeros de izquierda, Nicolás del Caño y Myriam Bregman, van a estar como trinchera de lucha de la juventud en la calle.