Por Giuliana Iglesias

«En todas las luchas de trabajadores, trabajadoras y de la juventud, la izquierda está ahí», dice la candidata.

Se define como socialista, feminista y socióloga. Egresada de la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA y trabajadora no docente, encabeza la lista del Nuevo MAS, uno de los espacios que disputará el voto anticapitalista en las próximas elecciones. “Nosotros no militamos por cargos”, asegura Manuela Castañeira, cuya agrupación –al igual que la de Luis Zamora– no aceptó la propuesta de unidad sin PASO del Frente de Izquierda y los Trabajadores (FIT).

¿Por qué sos la única mujer candidata?

Ha habido un giro conservador y a la derecha en los partidos tradicionales y en el conjunto del arco político que no sólo le da la espalda al movimiento de mujeres sino también a los grandes temas sociales de la Argentina. Este es el país de la marea verde. Nosotros no concebimos una elección que no lleve a una mujer como precandidata a presidenta.

El FIT no aceptó ir a unas PASO con el Nuevo MAS, ¿por qué?

El FIT con Nicolás del Caño y su gente está estancado y de espaldas a los grandes fenómenos sociales, entre ellos el movimiento de mujeres. Esto da cuenta de un dejo machista a la hora de conformar sus listas porque ellos también tenían compañeras que podrían haber elegido y no lo hicieron. La izquierda tiene que contener todos los matices y las figuras para conformar un espacio común. Con esta decisión, demostraron que no están a la altura de las circunstancias para tener un frente unitario. Ellos han consagrado la fragmentación.

¿Cuál es el papel de los partidos de izquierda hoy?

Tienen un gran lugar. En todas las luchas de trabajadores, trabajadoras y de la juventud, la izquierda está ahí. En los reclamos por derechos, siempre hay una bandera roja. Sin embargo, en las elecciones de este año no veo una posibilidad para el Frente de Izquierda. Si hubiera una fuerza unitaria, que permita hacer unas PASO y después tener listas comunes, podríamos demostrar la intención de ser una alternativa más clara. Eso no va a poder ser, pero fue lo más correcto que la izquierda lleve una candidata muje. Si nos hubiésemos bajado no habría ni una sola en el país del niunamenos y eso me parece inaceptable.

Ustedes proponen la ruptura total con el FMI, ¿cómo sería posible con una deuda que representa el 90 por ciento del PBI?

La Argentina hoy está en default técnico. Esa deuda es ilegítima, nadie quiso acudir al FMI. Si a los grandes capitales les interesa tomar las deudas que la pague la familia Macri, que son los principales responsables. ¿Por qué la tienen que pagar los trabajadores y los jubilados? El que haga campaña diciendo que quiere defender a los trabajadores va a tener una contradicción entre eso y mantenerse en el arco del FMI, que hoy representa la contrarreforma laboral, la contrarreforma previsional y prácticamente la migración de la salud pública para que cada peso argentino vaya hacia el Fondo. Nuestros intereses están puestos en la defensa de los trabajadores, trabajadoras, jóvenes, jubilados, y son antagónicos al FMI. Hay que irse del organismo y que la deuda la paguen los que la generaron, no la sociedad.

«Ingresé a la militancia desde el feminismo, por el caso de Romina Tejerina y por el aborto legal», recuerda Castañeira.

¿Qué percibís en la calle hoy?

Hay un paréntesis de la corrida, suspendida por la campaña electoral. Hay crisis, hay malestar, hay preocupación porque no se llega a fin de mes. Hay despidos discriminatorios porque las empresas aprovechan para hacer persecución sindical a los trabajadores que pelean por derechos y por defender los convenios colectivos.

¿Cuál es tu opinión sobre las otras fórmulas?

Están muy en la derecha. Desde Mauricio Macri-Miguel Ángel Pichetto haciendo campaña por el FMI hasta por Alberto Fernández-Cristina Kirchner. Alberto Fernández es una opción más de la derecha de la que el kirchnerismo podría haber elegido según su propia tradición “progresista”. Es un amigo de los empresarios que dijo que no va a hacer locuras con el FMI, que con el debate sobre la legalización del aborto dijo que no era el momento, que elogió a Horacio Rodríguez Larreta y a Marcos Peña. El contraste se puede dar a partir del 11 de diciembre, entre las expectativas y la realidad de lo que son los candidatos y la Argentina.

¿Qué te motiva a participar políticamente?

Ingresé a la militancia desde el feminismo por el caso de Romina Tejerina y por el aborto legal. Me acerqué al socialismo y a la izquierda por el asesinato de Carlos Fuentealba. No podía soportar la injusticia que le ocurrió a un trabajador que peleaba por el salario. Me motiva pelear por los asuntos colectivos, es una pelea apasionante que está llena de alegrías y de sacrificios. Mi enemiga es la apatía, no soporto pasar por este mundo sin comprometerme con transformarlo. Soy una de las pocas que me presento en la campaña sin un cargo y trabajando, eso es quién soy. Formo parte de una nueva generación que quiere hacer las cosas diferentes en la política argentina y que no se conforma con las salidas capitalistas.