“Nos sentimos solos, nos abandonaron”. Los familiares de los tripulantes del submarino Ara San Juan volvieron a hacer escuchar su reclamo para que el gobierno continúe la búsqueda y brinde respuestas certeras a muchos de los interrogantes aún abiertos. A cinco meses de la desaparición de la nave, el desesperado pedido se escuchó el domingo durante una misa en la Catedral Metropolitana y una movilización posterior por el centro porteño -en simultáneo a otra en la ciudad balnearia de Mar del Plata-, pero se volvió ensordecedor cuando el ministro de Defensa, Oscar Aguad, intentó dar respuestas este lunes ante los familiares y legisladores en el Senado de la Nación.
La primera acción fue movilizarse en la Capital Federal. Algunos de los familiares participaron de una misa a metros de la Casa Rosada al cumplirse exactamente cinco meses del último contacto formal con el submarino. Luego se trasladaron a Plaza de Mayo para reclamar al gobierno que mantenga la búsqueda.
La celebración religiosa en homenaje a los 44 tripulantes comenzó a las 17:30 e incluyó un firme pedido por el pronto esclarecimiento del caso. La convocatoria tuvo mayor concurrencia en la Base Naval de Mar del Plata donde reside la mayoría de las familias de los marinos. A pesar de que sus organizadores habían invitado a replicar el reclamo en todas las plazas del país, la concurrencia fue escasa. Apenas cuatro medios, incluida ANCCOM, cubrieron la movilización.
Al finalizar la misa, y con la Plaza de Mayo completamente vallada, el pequeño grupo se concentró frente a la Casa de Gobierno, en la esquina de Yrigoyen y Balcarce. Al grito de «búsqueda y verdad», familiares y amigos con banderas argentinas, carteles y remeras con fotos, gritaron los nombres de los 44 tripulantes a los que se los denominó «44 corazones de acero». Luego entonaron las estrofas del Himno Nacional, y culminaron con cánticos de pedido de justicia.
Visiblemente emocionados, todos coincidieron en la importancia de que la búsqueda continúe y que el Estado no abandone a los familiares. Actualmente, las tareas de rastrillaje en el Mar Argentino están a cargo de un barco argentino que no cuenta con la tecnología necesaria para hacerlo con éxito.
«Nos sentimos solos. Ahora no hay nadie buscándolos, solo hay un barco argentino que no tiene la tecnología adecuada. No sé qué espera Aguad para renunciar. Él tiene que saber, él al igual que (el presidente Mauricio) Macri. Ellos son los que saben y no nos quieren decir», explicó Mabel Castillo, hermana del cabo principal Enrique Castillo. En el mismo sentido se pronunció la tía del cabo principal Franco Espinoza: “Nos abandonaron totalmente. Las familias no se merecen esto, mi hermana está desolada. Están jugando con el sentimiento de una familia. Ya deberían decir la verdad y que cada familia pueda cerrar su duelo».
Un día antes de verse las caras con Aguad, los familiares insistieron con la exigencia de que el Estado argentino contrate a un privado para avanzar en la búsqueda. “Hace mucho tiempo lo estamos buscando y lo buscaremos el tiempo que sea necesario», les respondió el ministro en la Cámara alta cuando las familias exigieron a los gritos una acción firme del gobierno.
Los familiares ya abrieron una cuenta bancaria para reunir fondos que permitan contratar a un especialista venezolano. Tras los duros cruces en el plenario legislativo, Aguad prometió dar apoyo a esa iniciativa.
“Nosotros no tenemos la receta para encontrar un submarino perdido. Aguad es el que sabe. Que busque, que tome las riendas del asunto y haga lo que hay que hacer», advirtió Silvina Krawczyk, hermana de Eliana, la jefa de Armas del Ara San Juan.