Banderas y bombos vistieron el frente del Congreso el viernes último, a partir de las 17, para empezar a marchar, una hora después, hacia la Plaza de Mayo. Desde el #NiUnaMenos la problemática social de la violencia hacia las mujeres se ha puesto en evidencia. Todos los días nos levantamos con la noticia de que una nueva mujer muere, por el solo hecho de serlo: cada 29 horas una mujer es asesinada según el Registro Nacional de Femicidios presentado por la organización Mujeres de la Matria Latinoamericana (MuMaLá). A partir del análisis de medios gráficos y digitales de todo el país, entre el 1 de enero y el 17 de noviembre de 2017, MuMaLá reveló que en lo que va del año los casos de femicidios fueron 254.
En el marco del Día Internacional de la NoViolencia contra las Mujeres, que se conmemora todos los 25 de noviembre, por la lucha de las hermanas Mirabal, asesinadas por la dictadura de Trujillo en República Dominicana en 1960; organizaciones de mujeres, sindicales, comunitarias y políticas marcharon por las calles de microcentro bajo el canto “Vamos mujeres a copar la plaza por el aborto y contra la red de trata, Macri y Cristina son dos clericales, Ni Una Menos el Estado es responsable!” para ponerle fin a los femicidios, golpes, violaciones, acoso, red de trata, discriminación laboral y abortos clandestinos que se viven día a día.
“Queremos ser libres de decidir sobre nuestro cuerpo, libres de expresar nuestra belleza, nuestros pensamientos, nuestra creatividad. Libres de caminar seguras por el mundo y sin miedos, de elegir relaciones que nos hagan bien. Negar la existencia de las mujeres significa negar la existencia de toda la humanidad”, manifiesta el lema del movimiento Círculo de Amigas Feministas.
Otra organización que estuvo presente fue Isadora Mujeres en Lucha que expresó: “Cada vez que nos encontramos en las marchas, somos miles las que gritamos ¡justicia por las mujeres asesinadas! Sin embargo, sabemos que el sistema judicial es machista y patriarcal, donde culpabilizan a las mujeres en situación de violencia y mantiene la impunidad de los violentos, violadores y femicidas, dejándolos en libertad”.
Mercedes Fozar de la agrupación Venceremos describió: “Yo soy docente, y es casi cotidiano que las estudiantes sufran violencia en la casa como en la misma escuela. Las mujeres somos el sector más golpeado por la lógica de funcionamiento del machismo y prácticas patriarcales, que se expresa en violencia de todo tipo. Estamos acá para repudiar no solo los femicidios y la violencia física, sino cualquier forma de violencia a la mujer, como la psicológica, mediática y callejera”. Y concluyó: “El único cambio que se ve es que las mujeres tienen más posibilidad de decir qué les pasa, pero no se ha traducido a distintas políticas públicas y transformaciones en la sociedad”.
En diálogo con ANCCOM, Micaela Benítez militante de izquierda y feminista afirmó: “Las mujeres vivimos en un toque de queda, volver a la noche a nuestras casas solas es un riesgo que asumimos todos los días. Desde el primer #NiUnaMenos en el 2015 se instaló un debate general de violencia de género gracias a que salimos a las calles y visibilizamos las violencias y desigualdades que vivimos las mujeres. Nuestras consignas son siempre las mismas, pero nunca llegan a oídos, las ignoran o las encajonan los de arriba”.
Micaela padeció la violencia machista en una de las formas más violentas. Ella fue abusada sexualmente. “Yo denuncie a mi abusador este año junto con otra compañera, que es su ex pareja, que lo denunció por violación”, expresó. Además cuenta que cuando su compañera fue a hacer la denuncia, la policía no podía entender cómo dentro de una pareja podía existir una violación. La institución educativa donde estudia su abusador no tomó represalias porque no hay un protocolo, por ende podría ser docente en un futuro. “No tuve miedo al denunciarlo y me hizo bien visibilizar mi caso, pero no es mi lucha concreta, no es una lucha individualista, todas vivimos violencia machista, no solo violaciones y abusos sino la violencia simbólica, cultural, la que pasa por los medios hegemónicos que se sigue justificando a un victimario y se sigue cuestionando siempre y poniendo bajo la lupa a la víctima que salía de noche o usaba pollera corta, donde parece que buscó que le pasara lo que le pasó”, concluyó la joven.
Los hombres también marchan por la violencia de género y acompañan la causa. Rodrigo Ramos, militante del Partido Obrero expresó: “Hoy marchamos porque no hay respuesta a los reclamos, cada vez más femicidios y el Estado no responde, por eso acompañamos a las compañeras en su lucha”. Rodrigo dice haber reflexionado sobre la conducta cotidiana donde antes se naturalizaban hechos de violencia.
Otro pilar de la marcha fue el reclamo por la legalización del aborto. Trece Rosas, movimiento feminista socialista pide el aborto legal, libre y seguro, ya que asegura que las muertes por abortos clandestinos son también femicidios, y es un crimen social perpetrado por el Estado. Las mujeres que cuentan con los medios económicos lo llevan a cabo en condiciones seguras, las otras se exponen a morir.
Los carteles de “NiUnaMenos”, “Basta de femicidios”, “Mujer bonita es la que lucha”, “Decreto al aborto legal” acompañaron las banderas flameantes de cada agrupación seguido del canto: “Acá todas las mujeres vamos a marchar, por las pibas que no volvieron, porque vivas nos queremos, para desmantelar la red de trata, acabar con el femicidio y tener un aborto legal”, que no cesó al llegar a Plaza de Mayo.
Actualizado 25/11/2017