“Ahora, mi trabajo es atender colegas”

“Ahora, mi trabajo es atender colegas”

A una semana de su abrupto despido de Radio Continental, Víctor Hugo Morales habló con ANCCOM sobre el significado político de su desplazamiento, su situación laboral y anímica, el poder de Magnetto detrás de Macri, el cinismo de Lombardi y el futuro del periodismo.
¿Cómo se sintió en Plaza de Mayo el día siguiente a su despido ante la multitud autoconvocada?

Conmovido, perplejo, abrumado, desconcertado, feliz. Todo eso junto.

¿En qué situación se encuentra con Radio Continental? ¿Después del discurso en la Plaza lo contactaron?

No. Yo tuve la esperanza ese día en la Plaza, por eso que se me ocurrió decirlo cuando miraba la multitud. Mi análisis fue que no solamente me estaban quitando a mí de la radio, si no que les estaban quitando una de las voces que esa gente que estaba allí siente que la representa, o que le dice una parte de una verdad que quieren escuchar a través de los medios de comunicación. Los medios de comunicación tenemos profundamente que ver con la democracia. Y entonces se me ocurrió decir en nombre de esa multitud que me devolvieran el programa. Pero eso no fue escuchado, así que nadie me llamó.

¿Le hicieron alguna oferta laboral en un medio de comunicación?

No. Nadie me ha llamado para tener una conversación concreta. Pero te llaman y te dicen “la radio está a su disposición” emisoras más chicas de las que normalmente tienen predicamento fuerte.  De las emisoras de grandes audiencias nadie me ha hablado y me parecen que están todas muy consolidadas con una muy buena programación. Por consiguiente, una de las cosas graves que hizo la radio cuando me echó fue dejarme pedaleando en el aire en el mes de enero. Esto es difícil para cualquier profesional, como resulta muy fácil entender.

¿Por dónde se lo va a poder seguir escuchando o leyendo?

Ahora mi trabajo –entre comillas- es atender colegas y hablar con todos los posibles, de todos los ámbitos y de esa manera distraerme de esta ausencia tan fuerte que es en mi vida de cuatro horas, que en realidad eran seis horas -por las dos horas de preparación-, y que eran más todavía porque en realidad todo el día estaba pensando en el programa. Pero bueno, estoy en una situación un poco extraña todavía. No he hecho el duelo. Así que eso vendrá más adelante.

 ¿Qué pasó con su programa de TV Bajada de Línea?

Bajada de Línea no sale más en Canal 9, que actualmente parecería pertenecer a la misma que Radio Continental.

El presidente Mauricio Macri lo señaló como un fanático kirchnerista, ¿qué opina sobre sus declaraciones?

Que ese es justamente el argumento por el cual la Radio (Continental) prescindió de mí. Que ese fanático kirchnerista el día que habló ante una multitud en la Plaza mencionó, entre otros temas, dos de los más graves en que ha tenido discordancia con el Gobierno: la Ley antiterrorista y la falta de  despenalización del aborto. Los fanáticos no son críticos de lo que hacen los gobiernos a los que supuestamente adhieren. En consecuencia, Macri podrá repetir lo que (el CEO de Clarín Héctor) Magnetto ha creado de mi persona porque él es la máscara con la que Magnetto está actuando ante nosotros: Macri es Magnetto. Entonces dice lo mismo que Magnetto. Es la única coherencia que hay sobre las palabras que dijo ese día.

¿Sigue sosteniendo que el motivo del despido de Radio Continental es puramente político?

Sí, enfáticamente. Fue muy gracioso lo del  periodista que le preguntó a Macri si hay o no hay libertad de expresión. De cada mil presidentes, cuántos, sino mil, dirían “por supuesto que hay libertad de expresión”. Lo grave ahí es no haber repreguntado. Pregunta sin repregunta es… pobre como pregunta. Macri dice “este gobierno no va a decir quiénes trabajan y quiénes no de los periodistas”, y acabamos de ver cómo cumplió la promesa de campaña de que no trabajasen más los de 6-7-8, y cómo echó a la gente de Radio Nacional. Si le hubiera preguntado sobre eso, la pregunta nada más que por formulada hubiese derrumbado la respuesta absurda de Macri.

¿Cuál piensa que es presente y el futuro del periodismo?

Hasta a los periodistas les cuesta mucho mantener un alto nivel de información. Es el esfuerzo que hagan permanentemente, en el minuto a minuto: de una lectura profunda de diarios, de una revisión total de portales, de una búsqueda trascendente de los pensadores y sus ensayos de este momento de lo que está ocurriendo en el mundo, del análisis que sepan nutrirse cuando no sabemos de alguna disciplina para entender algo que económicamente nos parece que vale la pena entender. De una manera más compleja que nunca, sale un periodista que se exprese. De ese periodista que se exprese, hay una opinión y una manera de pensar que la gente respetará o no, en función de ese nivel de información que maneje.

¿Qué piensa de lo que dijo Hernán Lombardi sobre que usted seguirá con sus programas en Radio Nacional?

Un ataque feroz de cinismo. Porque dice que hay libertad de expresión porque yo puedo hacer programas donde el protagonista es Mozart o Piazzolla que, por otra parte, hago gratis en Radio Nacional, y que dejaré de hacer, porque entender que cínicamente puede querer hacer creer que hay libertad de expresión porque yo puedo anunciar la sinfonía número 30 de Mozart es llegar a términos de un cinismo… como si un tsunami lo envolviese a uno.

En algunas entrevistas de los últimos días usted hizo referencia a su salud, o parafraseando: que espera que no afecte a su salud la situación que está viviendo. ¿Cómo se encuentra anímicamente?

No, no. Yo lo que he dicho es que, frente a lo que manifestó la radio como motivo de despido: que yo no había cumplido profesionalmente, para marcar el tipo de profesional que soy mencioné que durante 10 años no falté nunca. Cuando digo nunca es nunca. Y que eso tenía que ver con la buena salud que Dios me dio y que, ojalá, ahora no se afecte. Pero estoy muy bien, no se preocupe, por ahora.

“Los medios públicos son fundamentales en el sostenimiento de la democracia”

“Los medios públicos son fundamentales en el sostenimiento de la democracia”

“Al gobierno ecuatoriano se lo acusa permanentemente de tener un monopolio de medios a su favor, pero 250 emisoras son privadas y hay dos estatales –dice Marcelo Del Pozo, y enseguida se pregunta-: ¿dónde está el monopolio?” Este comunicador, docente universitario, productor y director de televisión y cine es gerente general de Ecuador TV, el canal público que comenzó a emitirse en 2007, un año después de que fuera elegido como presidente Rafael Correa. En 2008, Del Pozo asumió como director de programación y se hizo cargo de la compra de materiales y de las coproducciones nacionales e internacionales.

De Pozo llegó a Buenos Aires para participar, a comienzos de este mes, de las jornadas “Otra televisión es posible”, organizadas por los canales Encuentro y Pakapaka en el Ministerio de Educación. El espacio fue pensado para el intercambio, la reflexión y la exhibición de las ideas y las experiencias de las televisoras públicas, educativas y culturales de Argentina y de Latinoamérica. El ecuatoriano participó del panel  “El futuro de los medios públicos. De dónde venimos y adónde vamos” junto a otros especialistas, como el colombiano Omar Rincón, el director ejecutivo de la TV Pública argentina Martín Bonavetti y el inglés Peter Looms, que realiza investigaciones sobre medios para las universidades de  Dinamarca.

¿Cuál es la relevancia de este encuentro latinoamericano de televisoras públicas en la actual coyuntura?

Primero, se cumplen 10 años de la creación de Educ.ar, que es la cabeza de los canales Encuentro y Pakapaka: ese solo hecho es un hito relevante, porque las televisiones públicas que hemos surgido con posterioridad lo hemos tomado como un referente contemporáneo. Lo segundo es que estos son espacios de intercambio, de encuentro, de concretar algunos niveles de cooperación más tangibles. Hay que fortalecer el financiamiento de las televisiones pero no sólo en términos económicos, porque el dinero de por sí no hace nada, sino en cuestiones concretas, como hacer la cooperación, o capacitar, cosas que nosotros desde la televisión pública, y después desde la televisión educativa, hemos incentivado mucho. Por lo menos una docena de profesionales de canal Encuentro y Pakapaka han ido a Ecuador a compartirnos sus experiencias, a dar talleres, a hacer un acompañamiento. De todos los aspectos posibles: temas de marcas y promoción, branding, contenidos específicos en lo educativo y en lo infantil. Hemos realizado trabajos con contenidistas, guionistas, directores, y sólo para poner el caso concreto entre Ecuador y Argentina, porque también ha habido experiencias de cooperación con Colombia, con Chile. Todo esto es muy enriquecedor.

¿Cómo fue la experiencia de la creación del canal Ecuador TV, la primera televisión pública del país?

En el caso de Ecuador, al no haber habido medios públicos, fue difícil para los que lo hacíamos. Había que crear la necesidad de algo que era nuevo, y tenía que haber un empoderamiento de la ciudadanía sobre esos medios. Tampoco estaba la atadura a un formato establecido para poder innovar sobre él. No había televisión pública, no había medios públicos en general, entonces el relato que hacían los medios comerciales era un monólogo, se referían a lo público, al deber ser de los ciudadanos y del Estado y relataban esta imagen de que los ciudadanos no eran parte del Estado. Ese es el primer relato que tienen que recuperar los medios públicos cuando aparecen, hacer ver que son parte de lo ciudadano, que la comunicación tiene que establecerse con una narrativa más justa y demostrar con nuestro accionar que no todo lo estatal es ineficiente y que no todo lo que sea público es un gasto innecesario. Si bien Ecuador TV debería parecerse más, por su dimensión y su carácter, a la televisión pública argentina, como nació contemporáneamente al canal Encuentro y a los medios del polo audiovisual de Educ.ar, nos hemos acercado más a tomar su modelo de trabajo a nivel de coproducciones, producción, la figura del productor delegado, del guionista y el contenidista. Recurrimos a licitaciones, no por abaratar costos lo hacemos todo dentro de casa, sin recurrir a casas productoras. Es un modelo que ha sido exitoso y beneficioso para el ámbito de la producción independiente en Ecuador. En un país como el nuestro -con una serie de complejidades sociales, de diferencias étnicas, de diferencias regionales, idiomáticas-, nos fueron muy útiles estas propuestas que vienen desde Argentina para conocer cómo abordar el tratamiento de los temas federales, regionales, lo étnico, el romper los estereotipos, el empezar a ver y a escuchar otras voces, otros acentos y tonos de los diferentes relatos de la vida de un país.

¿Cuál es la rentabilidad social que tienen los medios públicos frente a los medios privados y comerciales? 

Un medio le vende al anunciante televidentes. Y el anunciante entra como a consumir esos televidentes. La televisión pública no le vende televidentes al anunciante, le vende contenidos a la gente, ese es su principal cliente. El darle importancia al contenido, al individuo donde quiera que esté, esa es su prioridad, por lo cual hay que llegar a todo el país, no solamente donde está la mayoría que compra. Porque así era como estaba medido el país, hasta donde la red de distribución de los productos llegaba era el país que me interesaba anunciar. Entonces, el objetivo es llegar a donde esos individuos, que no necesitan comprar, que no tienen un supermercado en la esquina, que no usan esos productos, pero que igual merecían tener acceso a un medio de comunicación, porque la comunicación es un derecho y ahora está anunciado por una ley que lo ampara como tal. Es muy importante que ahora tengamos una cobertura del 80%, que le demos igual peso al individuo de la periferia, de las provincias, como al de la capital o de las grandes ciudades, que le demos valor al individuo que no consume como es el niño, como es el habitante de una minoría étnica, que ya sufre de por sí la discriminación por no recibir los mismos beneficios que el ciudadano de la urbe.

¿Desde los medios públicos hay una intención de democratizar la comunicación y desde los privados de mercantilizarla?

Evidentemente, eso es absoluto. El democratizar la comunicación no es solamente que tengan acceso a un medio de comunicación por el cual reciben información sino facilitar una comunicación de ida y vuelta. Por eso los avances que se logren hacer en temas de interactividad, a nivel de las nuevas plataformas digitales son importantes. El beneficio de esta democratización no tiene que ver tanto con un rendimiento comercial sino con los beneficios sociales. La gente tiene derecho a estar informada de que hay servicios a los que puede acceder, que ponen a disposición campañas de salud, comunicación gubernamental, información educativa, tiene derecho a saber que está incluida dentro el territorio porque está viendo en directo esa información. Eso tiene un valor social muy grande. Nuestros medios son una gran inversión, sólo que esto no se expresa en dinero sino en un beneficio social que se va a reflejar a mediano y largo plazo en educación mejorada, en las posibilidades de desarrollo de la gente, en saber que pueden acceder a ciertos servicios o que estén alertas a ciertos compromisos de salud como la vacunación, el chequeo médico y evitar así que la gente se enferme. Ahí está la rentabilidad social de tener medios de comunicación públicos al servicio de la ciudadanía.

Con respecto a la regulación de los medios, ¿cuáles son los principales lineamientos de la Ley de Comunicación en Ecuador?

Es una ley muy amplia, porque no solamente regula los contenidos de los medios de televisión, radio, medios impresos, le da espacio a lo intercultural, ordena que haya respeto a la franja diurna y que los contenidos para adultos vayan a partir de las diez de la noche, sino que también le da derechos al ciudadano hasta ahora desamparado, como el derecho a la réplica, o a pedir el anonimato a alguien que no está debidamente judicializado. Algunos de los detractores de la ley de la comunicación han sido los propios periodistas. Hace unos 15 días, en el diario mayor de Quito, El comercio, despidieron a un editorialista que atacaba a la Ley de Comunicación y ahora la única ley que puede ampararlo por el despido por temas ideológicos es la propia ley. Antes simplemente era la decisión de un empresario que despedía un trabajador, pero ese trabajador es un comunicador y no puede ser estigmatizado o discriminado por su forma de pensar. Hay también regulación en cuanto a la posesión de más de un medio, a la vinculación de grupos comerciales con la comunicación; o sea, no puede haber grupos del sector financiero involucrados en la comunicación, tampoco empresas de un sector de la comunicación que tengan varios medios. Por ejemplo, no puede haber una cadena de comunicación dueña de un periódico. Esta regulación es importante aparte de la desconcentración monopólica, para impedir que se formen estos grandes frentes de intereses comunes donde lo económico y lo comunicacional corresponden a un mismo interés, y peor aún, cuando los dos corresponden a un interés político. Porque resultaba que un dirigente barrial no tenía las mismas posibilidades de ser candidato por un movimiento político que el banquero que se lanzaba a político. O que los medios generaban tal especulación con respecto a un tema con el que se estaban beneficiando comercialmente. 

Del Pozo señala, sin embargo, algunos aspectos en los que queda trabajo por delante. Al estar atada la televisión pública a las mismas normas y reglamentaciones que la televisión comercial, señala que deberían crearse algunas salvedades y da un ejemplo: como la ley actual dice que no puede haber un concesionario que tenga dos medios, y a los dos sectores los rige el mismo reglamento de distribución de frecuencias, la televisión pública no puede tener una frecuencia para las zonas urbanas y otra para las marginales. “Estamos tratando de ver cómo hacemos para tener ese beneficio, poder tener las dos señales. Debería haber algunas excepciones, no en la parte reglamentaria, sino en estas licencias para poder tener una ventaja sobre la televisión comercial. Se habla de la distribución equitativa, de 33% para medios comerciales, 33% para los públicos y 33% para los comunitarios, pero en la práctica son 200 medios comerciales y somos 2 medios públicos. La compensación no va a venir de parte del Estado creando 200 medios públicos o teniendo una proliferación de medios regionales solo para equilibrar. No es necesario equilibrar numéricamente, se lo puede equilibrar de otras maneras, como es esto de que finalmente nosotros estamos presentes en todas partes y en algunos lugares somos los únicos que llegamos, entonces al menos podría haber la posibilidad de tener un segundo medio”.

" La comunicación, y el periodismo en particular, debe ser objetivo pero no necesariamente imparcial. No hay que caer en ese juego de decir “nosotros como somos públicos estamos obligados a la imparcialidad”, porque algún contrapeso hay que crear. ¿Por qué sólo lo malo es una noticia?"

» La comunicación, y el periodismo en particular, debe ser objetivo pero no necesariamente imparcial. No hay que caer en ese juego de decir “nosotros como somos públicos estamos obligados a la imparcialidad”, porque algún contrapeso hay que crear. ¿Por qué sólo lo malo es una noticia?».

En la Argentina de los últimos años, los medios masivos se convirtieron en los principales opositores de las nuevas políticas públicas de comunicación donde el Estado tiene un rol central como regular, actor y promotor. ¿Cuál es el escenario en Ecuador con respecto a la relación del gobierno y los medios concentrados de comunicación?

Al gobierno se le acusa permanentemente de tener un monopolio de medios a su favor. Pero 250 emisoras son privadas y hay dos estatales, entonces ¿dónde está el monopolio? Es importante entender que hay medios que son del Estado y que creo que es muy lícito que esos medios quieran priorizar la información del gobierno para que se conozca y cree ese conjunto de contrapeso a la información que lo omite o que lo distorsiona. La comunicación, y el periodismo en particular, debe ser objetivo pero no necesariamente imparcial. No hay que caer en ese juego de decir “nosotros como somos públicos estamos obligados a la imparcialidad”, porque algún contrapeso hay que crear. ¿Por qué sólo lo malo es una noticia? ¿Por qué no también lo bueno es noticia? Entonces ahí entra el rol de los medios públicos. 

¿Qué resistencias e inconvenientes tiene la televisión pública en Ecuador? ¿Cuáles son los desafíos actuales?

Tratar de parecernos menos a lo comercial, porque como somos tan nuevos, nuestra gente viene influenciada por la televisión comercial. Y entonces hay mucho miedo de innovar, de salir de los estereotipos, de hacer cosas que tal vez no son muy convencionales, y creo que ahí está también la audacia, en embarcarse a nuevas plataformas y explorar nuevos formatos en la generación de contenidos. Y también descentralizar la emisión y compartir el escenario con otros actores similares. Los medios públicos tenemos que perder ese centralismo y empezar a encomendar a los sectores provinciales y a las periferias la capacidad de comunicar, para personalizar los contenidos hacia una pertinencia local con identidad local.

De los doce países que integran UNASUR, nueve optaron por el formato japonés-brasileño de televisión digital terrestre. ¿Esto promueve una mayor integración regional latinoamericana?

Representa la integración regional, porque de esa manera se evita que haya una barrera que nos impida intercambiar. Ahora estamos entrando a lo digital, pero hace poco, en la época analógica, la Argentina tenía una norma de transmisión PAL B similar a la de Europa, Uruguay también, pero no tenía nada que ver con lo que pasaba de Chile hacia el norte. Brasil tenía la propia y México tenía la americana. Es decir, nos creábamos nuestra propia barrera de que yo mandaba un casete con una película y no la podías ver. En ese sentido, la homogeneización de las plataformas nos ayuda a todos a poder intercambiar y participar.

El fortalecimiento de los medios públicos en América Latina es notable. ¿Qué rol juegan en la construcción de la democracia?

Uno de los principales deber ser de los medios públicos es el sostenimiento del régimen democrático, la visibilización del Estado, porque el Estado no puede ser subvalorado ni menoscabado. Otro rol fundamental es la educación en ciudadanía a la gente. A veces pensamos que por generación espontánea surge la democracia, y no: eso hay que enfrentarlo y hay que trabajarlo. Y esta tarea no es una obligación de los medios comerciales o de los privados, es una obligación de los medios públicos que hay que defender.

Actualización 15/09/2015

“Saber tirar letra y no tener vergüenza”

“Saber tirar letra y no tener vergüenza”

¿Qué es el freestyle? Probablemente pocos sepan qué responder. Pero si se asocia el freestyle con rap formaremos una idea, un entramado de ritmos y pasos que recordarán esta gran cultura urbana que nació en Estados Unidos pero que hoy también crece en Argentina.

El freestyle surge como baile en 1970 cuando los jóvenes mezclaban pasos de James Brown con música de rap. En la actualidad este baile, en donde lo que se expresa corporalmente  son los golpes y quiebres que hace el DJ con sus bandejas, lo representan los conocidos bboys o bgirls. Estos jóvenes son los encargados de que mediante su baile al freestyle llegue a nuestros días.

Vocalmente no se sabe precisamente cuando nació en Argentina, pero Dante Spinetta dice que “el freestyle es un arte que ha tenido acá como representante al payador en otros tiempos”. Estos míticos personajes de la historia folklórica en las raíces argentinas se relacionan con el rap por el hecho de que ambos llevan al frente una rima improvisada: el payador lo realiza con una guitarra de fondo, mientras que el rapero no necesita de ningún sustento, más que quizás la base de un Dj o de alguien que haga beatbox (sonidos con la boca).

El freestyle es una forma de dejar fluir lo que los intérpretes quieren dar a conocer: sus vivencias, historias de otros o simplemente mediante una sola palabra disparar un cuento. Es decir, es una forma de improvisación libre sobre un tema o lo que el MC (maestro de ceremonias) quiere dar a conocer. El MC es alguien que improvisa y rapea al mismo tiempo, mientras que el freestyler es alguien que realiza improvisación pura sin tener un rap que lo sostenga atrás. El rap puede ser entendido como un modo de protesta ya que, muchas veces, mediante sus letras muestra el repudio a las formas de vida de ciertas clases sociales.

En la Argentina existen artistas conocidos en el mundo del rap como Mustafá Yoda (cantante y productor de Sudamétrica), Emanero (cantante que realizó una campaña contra el bullying), Dante Spinetta (cantante de Illya Kuryaki and the Valderramas) y Frescolate (cantante y ganador de la Red Bull Batalla de Gallos), y algunos más under como Killato, Kris Alaniz, Ruidos del Sotano y Marcos Miranda, entre otros.

La mayoría de ellos define al rap como “un estilo de vida”. Todos coinciden en que para hacer freestyle no se necesitan instrumentos, micrófonos ni equipos, sino la mente para realizar rimas improvisadas que suenen bien, dejen alguna moraleja y permitan que quienes los escuchen conozcan a la persona detrás del rapero.

“El argentino creo que tiene un buen freestyle porque es bolacero –asegura Dante Spinetta-, le gusta tirar data, le gusta chamuyar, le gusta mandarse y en esa falta de vergüenza no hay que tener miedo para tener el arrastre”. Ahí está la base del freestyle: saber tirar data y no tener vergüenza para hacerlo.

***Este artículo fue escrito y  seleccionado en el marco del Taller Anual de la Orientación, CCOM. UBA.

Contra el vaciamiento del Grupo 23

Contra el vaciamiento del Grupo 23

A las 18 horas del martes, bajo unas gotas de lluvia momentánea, los delegados del diario Tiempo Argentino comenzaron a movilizarse, desde la esquina de la Avenida Madero y Perón, hacia Puerto Madero, con una bandera que clamaba: “No al vaciamiento del Grupo 23”. Detrás de ellos, marchaban los miembros del Sindicato de Prensa de Buenos Aires (SiPreBA), representantes de las comisiones internas de Página 12, La Nación, Clarín, Canal 13, Télam, Infobae, la TV Pública y Perfil; diputados nacionales, legisladores, y agrupaciones políticas y estudiantiles. La columna se encaminó por la calle Macacha Güemes hasta las oficinas de los dueños visibles del Grupo 23: los empresarios Sergio Szpolski y Matías Garfunkel.

El multimedios incluye, además de Tiempo Argentino, las revistas Siete Días y Cielos Argentinos, El Gráfico, el diario El Argentino (las versiones de Mar del Plata, Córdoba, Rosario y Gran buenos Aires), Infonews, CN23 y las radios América, Splendid, Vorterix –en sociedad con Mario Pergolini– y Rock and Pop.

“En el caso de Tiempo Argentino hay atraso en el pago de aguinaldos y no hay certeza del pago del salario de diciembre. Ahora, el Grupo 23 está compuesto por más de diez medios, y en algunos hay un nivel de atraso salarial que supera los cuatro meses, sin explicaciones de cómo van a seguir saliendo los medios a la calle”, dijo a ANCCOM Claudio Mardones, periodista y delegado de Tiempo Argentino. Los trabajadores aseguran que estas estrategias se basan en una maniobra de vaciamiento por parte de la patronal. Randy Stagnaro, también delegado de Tiempo Argentino, aseguró a través del megáfono que el vaciamiento llegó hasta los límites: “Esta empresa ha decidido ajustar sobre los insumos elementales,  básicos para nuestra tarea periodística, no hay taxis y no hay impresoras”.

Szpolski había aceptado reunirse con la Comisión Interna de Tiempo Argentino, pero finalmente decidió no hacerlo debido a que “había 500 personas apoyándolos”.

El 31 de diciembre pasado, los trabajadores del diario publicaron una carta abierta a los lectores, advirtiendo que el día 2 de enero la empresa había decidido no sacar a la calle la publicación de Tiempo Argentino. Ante esta decisión de la editorial, sumado al incumplimiento de pagos, los periodistas comenzaron a dar difusión a la situación. “Este reclamo que estamos haciendo es para que intervenga el poder político. Que intervenga el Ministerio de Trabajo, que ponga límites a estos empresarios que violan la ley. No puede suceder esto impunemente”, dijo Stagnaro en la puerta del edificio de Puerto Madero.  Ezequiel Dolber, delegado de Infonews, agregó: “Esta patronal ha cobrado 800 millones de pesos de pauta oficial en los últimos seis años, más la pauta privada. Es un escándalo que quiera dejar ahora a los laburantes a la buena de Dios”.

En la carta abierta de diciembre, los trabajadores de Tiempo explicaron que, según datos oficiales, el dinero recibido por pauta oficial fue de 814 millones de pesos. El periodista Mardones explicó: “La plataforma por la cual crearon el Grupo tiene un nivel de penetración y competitividad comercial que no se condice con que ahora digan que no tienen plata para poder ejecutar y llevar adelante un negocio, que ha tenido no solamente facturación de pauta pública, sino que además han logrado facturar pauta privada en una cantidad considerable e importante”.

Los empresarios justifican los incumplimientos aduciendo una crisis financiera, en la que los trabajadores no creen: “A nosotros nos resulta muy poco creíble para una empresa que ha facturado y que ha crecido tanto durante todo este tiempo. Es un grupo de medios que tiene un canal y que tiene varias radios. En el caso de Tiempo, además existe  una deuda muy fuerte con nuestros compañeros precarizados, los colaboradores, los que facturan sus notas. En fin, hay todo un marco en el que nosotros no creemos en esa crisis financiera, creemos que hay un intento de vaciamiento y es lo que estamos denunciando”, dijo Alejandro Wall, delegado de Tiempo Argentino. Por su parte, Mardones comentó: “La argumentación que nos dieron fue que tienen problemas financieros, que no tienen problemas económicos porque los compromisos que tienen por cobrar son muy grandes. Ahora, en esa situación, como cualquier empresa periodística en el medio de una situación de problemas financieros, deben responder con sus bienes, más teniendo en cuenta que han tenido una facturación millonaria. Es decir, revisando la facturación pública y privada de estos grupos no se entiende que ahora no puedan respaldar una situación para atravesar un verano”.

La consigna “unidad de los trabajadores” fue una de las marcas más visibles de la movilización bajo el fuerte respaldo del reciente SiPreBA , y en la que también estuvieron presentes: el delegado de la Comisión Interna AGEA-Clarín, Francisco Rabini, que en solidaridad con los compañeros dijo: “Repudiamos esta maniobra, que es costumbre del empresariado de medios, más allá de los intereses y del signo político que los identifique”. La delegada de trabajadores de prensa de La Nación, Irene Haimovichi, aclaró: “Los patrones son patrones para nosotros, no hay diferencia”, y agregó: “Si un grupo de medios está en riesgo, están en riesgo los puestos de trabajo de 800 compañeros, lo cual impactará de una manera terrible en todo el gremio de prensa. Nosotros tenemos que levantar estos medios como bastiones y en defensa de la información, y de la democratización de la información para todo el pueblo argentino. Vamos hacer como propia esta lucha, y a defender cada uno de estos puestos de trabajo”.

 

 

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“Él tiene derecho a vivir su vida, pero también a librarse del otro yugo”

“Él tiene derecho a vivir su vida, pero también a librarse del otro yugo”

Cecilia Fernández de Viñas tiene 91 años. Su hija -también Cecilia- y su yerno, Hugo Penino, fueron secuestrados y desaparecidos durante la última dictadura cívico militar, en 1977. Desde algún rincón del infierno, su hija la llamó y le pidió que buscara a su hijo recién nacido. A partir de entonces, la abuela Cecilia y toda su familia lo hicieron incansablemente, hasta que, finalmente, Javier apareció. Hace 17 años lo encontraron, y aún intentan recuperarlo. La semana pasada finalizó el juicio en el que se condenó a prisión a la apropiadora Ana María Grimaldos, esposa de Jorge Vildoza, quien había estado prófuga todos estos años. Para Cecilia es tranquilizador terminar con esta lucha que le llevó décadas. Frente al dolor y el cansancio, ella se refugió en los buenos recuerdos, no perdió su sonrisa ni su sentido del humor. Tampoco la esperanza de recuperar a su nieto, y de verlo feliz: “Creo que le va a servir, porque se va a sentir libre”, asegura sobre el veredicto.

-¿Qué significó para usted  la finalización de este juicio que demostró la culpabilidad de Ana María Grimaldos en la apropiación de su nieto?

Fue agotador, pero estamos bien. El día después de la sentencia me quedé en casa quieta y no hice nada. Estas últimas semanas estuve con culebrilla, seguramente por los nervios, y ahora ya estoy mejor. Me llamó mucha gente, pero hace mucho que estoy muy corrida de todos lados. Mucho tiempo luché con todo esto y después dije: bueno, basta. Fui a Abuelas cuando encontramos a Javier,  y cuando se supo todo. Después dejé de ir. Yo vivía en Mar del Plata, y cuando Cecilia se comunicó con nosotros en el 84, ahí me vine para acá. Mi mamá había fallecido hacía poco, dos meses antes que Cecilia llamara murió, entonces me vine a vivir cerca de mi hijo Carlos, a Buenos Aires. A partir de ahí no paré. Mucho tiempo fui a audiencias con la doctora (María Romilda) Servini de Cubría…  Fui a hablar a tantas audiencias, a hacer tantas declaraciones que un día dije basta, le dije a mi abogada, Alcira Ríos: “No puedo más”. Ahora estoy acá por Javier.


-¿Qué piensa de la pena de 6 años?

Lo lógico, porque  somos gente grande. Hay gente a la que le dieron ocho. Por lo menos por cuatro años no va a poder hacer viajes, porque siempre fueron y vinieron. Yo todavía tengo el archivo en casa, guardado. Pilas enormes de escuchas telefónicas que pedía la jueza Servini y que entrecruzaba con los llamados. (Los Vildoza con Javier) Iban y venían, entraban y salían. Y claro, si estaban cubiertos.

– ¿Es reparador este cierre para la familia?

Sí, claro. Lo que lamento, que es lo que dije el otro día en el juicio, es que los apropiadores no tienen siquiera la humanidad de decir dónde están los nietos que todavía nos falta encontrar para liberarlos ya, antes que sea tarde, porque están todos grandes.

-¿Disminuye el dolor?

Sí, porque los dolores están igual. Al principio, la que me sostenía mucho era mi mamá. Y mi mamá siempre decía:” Yo querría saber si le puedo escribir, o le tengo que rezar”. Yo pienso, justo un desaparecido es eso, que no le hiciste el duelo, no sabes a dónde llevar una flor.

-¿Cómo recuerda a su hija?

Como era ella. Hoy anduve buscando cosas también, Cecilia tenía una letrita chiquita, era tan dulce. Yo me separé de mi marido muy joven, eran muy chiquitos ellos dos, Carlos le llevaba 17 meses. Y la que me hizo volver a la vida, a disfrutar, fue ella, era muy compañera. Hubo un tiempo en que trabajábamos los tres en el mismo lugar, en Mar del Plata, en la Cooperativa agrícola. Después ella se fue a Fiat, ahí lo conoció a Hugo, y después se vinieron para Buenos Aires.

-Y Hugo, ¿cómo era?

Era maravilloso, muy alegre también. Cuando ellos vivían en Capital, yo ya había pedido permiso en la Cooperativa para venir en la fecha del parto, que era para septiembre del 77, y a ellos se los llevaron en julio. Yo me perdí toda esa época que vivieron en Buenos Aires. Por causa de las relaciones con el padre, me corrí mucho tiempo de una sobrina que tenía mi ex marido, que después volvimos a tener más contacto, pero que en ese tiempo ella tenía contacto con ellos, pasaban los fines de semana. Ellos después me contaron: Dicen que Hugo iba a la casa de mi sobrina a cocinar, amasaba o hacía asado. Él fue el que le enseñó a  hacer el asado a Quique, el hijo de mi sobrina. Después se iban a la cancha, porque mi ex marido era socio vitalicio de San Lorenzo, Hugo era de Boca, y llevaban a Quique que era más chico. Así que yo me alegré, que todo ese tiempo lo habían pasado juntas las primas, que habían tenido por lo menos eso.

Después de la sentencia habló una amiga de Cecilia por Radio Nacional y contó también que, quince días antes de que se los llevaran, los había visto, que estaban tan felices, y que había visto a Javier en la panza. Y se lo pudo contar a Javier porque ella vino a la audiencia cuando yo declaré. Le dio su número de teléfono  y le dijo: “Cuando quieras hablar conmigo, yo estoy dispuesta”. Yo creo que Javier  ahora de a poco lo va hacer, con mi nieta (la hija de Carlos) por lo menos ya se comunican, entonces eso es importante. Ahora empezó a mandarle mails a la prima, así que hay avances, pequeños avances.

-¿Cree que el juicio tuvo o tendrá algún efecto en Javier?

Le noto otra actitud, lo notaba muy nervioso, y es lógico: estaba en el filo de navaja. Creo que le va a servir, porque se va a sentir libre. Además, lo peor de todo es el cinismo. Porque lo que más nos sorprendió a todos fueron las cosas que contó, que la Marina les había dado los pasaportes falsos, los lugares para vivir, y todo eso. Por eso a ella la condenaron, porque ella decía que lo habían adoptado, y le dijeron que lo habían adoptado porque era huérfano. Todo eso él ahora lo tiene que estar elaborando.  Así que ahora se va a liberar, eso es lo que yo creo.

-¿Piensa que Javier le cree a ellos?

No, ya no. Pienso que cuando vino, él ya no les creía. Porque además  ya no era ni Javier Vildoza, porque se llamaba Julio Sedano en el pasaporte falso. Como ahora, cómo yo me voy a creer que Vildoza se murió en serio si el pasaporte dice Roberto Sedano. Cuando habló la defensora de Grimaldos hizo hincapié en que Vildoza era seis años mayor que  ella, y que era muy autoritario y todo eso, pero ella no me digas que no se daba cuenta de nada. Porque lo que dijeron primero es que se habían ido al exterior por Vildoza, pero el que se tenía que ir era el nene (se refiere a que estaban prófugos por la apropiación de Javier). Esa mentira, él cómo se la va a creer. Pero lo deben presionar mucho, porque yo me doy cuenta que cuando no está acá en Buenos Aires, y está con sus hijos en Londres, es distinto.

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-¿Cómo fue el día que lo conocieron?

En el ’98 fue que lo encontramos a Javier cuando él vino a Buenos Aires. Fue muy conflictivo, porque la doctora nos decía: “Ustedes no le pidan ni el teléfono, nada, déjenlo”. Y ella lloraba cuando nos lo decía, porque cuando ella nos citó a Carlos y a mí para que fuéramos a conocerlo al juzgado, fueron los hermanos, los hijos de Vildoza -sus supuestos hermanos-, y dijeron que Javier no estaba. Que estaba en Puerto Montt, que estaba allá, que estaba acá, y qué se yo,  hasta que la doctora Servini se cansó y metió preso a uno de los hermanos. Lo dejó ahí hasta que volviera Javier. Y ese mismo día a las 11 de la noche volvimos a Comodoro Py a conocerlo.

-¿Y Cómo fue ese momento?

Fue tenso. Él tenía 21 años. Yo lo vi tan parecido, porque mi yerno tenía el mismo pelo que él, viste que el usa el pelo cortito con rulitos. Entonces, fue muy fuerte. Es muy estructurado, él está siempre muy en su postura.

-¿Cómo es la relación entre ustedes?

Antes se comunicaba un poco más con la familia de mi yerno, que vivían en Mar del Plata. Pero él nunca daba sus datos, él llamaba o venía. Cuando venía a Buenos Aires iba a Mar del Plata a ver al abuelo. Y a su otro abuelo, mi ex marido, también lo conoció pero menos. Él tenía más vínculo con la otra parte, con la tía Guadalupe. Que yo un día le dije: “Mirá Lupe, no sé si creerte que vos no te podes comunicar con él”.  Porque una vez Javier se enteró que una de las hijas de Guada no podía irse de viaje de egresados, por la situación, porque Lupe tiene seis hijos, tuvo una vida también difícil. Y ella me dijo: “No, él llama”. Y esa vez le mandó la plata a la prima para que pudiera hacer el viaje. Lupe se acuerda siempre, le decía: «Eso quiere decir que tiene los genes de tu hermano y de mi hija. Porque es buen chico». Una vez le mandó un televisor al abuelo, y cuando el abuelo se enfermó vino a verlo, y después cuando murió también. Mi consuegra con el mismo golpe de la desaparición de Cecilia y Hugo se enfermó y murió pronto, era muy joven. Ella no conoció a Javier. Después cuando yo declaré en el juicio de la ESMA, Lupe me mandó las fotos de la nena mayor de Javier, que ahora tiene seis años, así que era más o menos para esa época. Lupe la avisó a él, le dijo: “Mirá yo le mande la foto a la abuela porque tiene derecho a saber que tiene una bisnieta”. Y se enojó. Porque ella la mandó directo y estaban los datos de él. Pero yo por respeto a Lupe dije: “No usen los datos, no le escriban, no lo molesten”. Yo siempre tuve esa idea, que había que darle espacio, porque obligarlo y pelear por eso no sirve tampoco. Es mejor la ternura y el tiempo. Y él ahora se ve que nota las diferencias. Estuvo haciendo averiguaciones porque fue Abuelas, fue a la ESMA, hizo la visita sólo. Empezó a ver que no es todo tan…

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-¿A los hijos de Javier los conoce?

No, él me mostró la foto hace poco, el día que  declaré. Yo salí por la puerta que él había salido antes, y cuando salí con mi psicóloga, él me estaba esperando. Y  le dije: “Ay Javier, pareces tu abuelo”, porque mi ex marido era así grandote y Carlos también es así. Mi psicóloga le preguntó por los chicos, y nos mostró la foto. Ahí también me agradeció, y me dijo: “Gracias por las cosas lindas que dijiste” (se refería a la declaración). Yo dije lo que siento. Seguramente lo dijo porque yo había hablado de sus hijos, porque una vez me llamó desde Londres.  Hará dos años, estuvo mucho tiempo hablando con Carlos, y Carlos le dijo: “Mirá, tu abuela tiene 90 años, y es tu abuela. Yo te voy a dar el número, y vos verás” y él dijo: “Bueno, lo voy a pensar”. Y yo dije: “Bueno no me va a llamar” (se ríe). Y como a las dos semanas, una tarde me llamaron. Y estaba en Londres. Yo me alegré: “Javier, ¿estás acá todavía?”, y cuando me dijo que no, que se había tenido que ir y estaba en Londres, le pregunté por el nene. Pensé que así de paso sabía que yo me había enterado que tenía otro nene, y ahí es como que se aflojó y dijo: “Está bien, ya tiene nueve meses, y se llama Gabriel”. Yo digo, mirá onomatopéyicamente suenan Javier y Gabriel, y ahí le dio risa y me preguntó si yo estaba viviendo en el mismo lugar a donde había ido a visitarme, y sí yo estaba viviendo ahí.  Estas fotos chiquitas (muestra unas fotos tipo carnet de Cecilia y Hugo que lleva en la billetera) las hice por él en aquellos años, del noventa y pico cuando lo encontramos. Cuando él venía yo le daba fotos y él las guardaba. Así que yo dije hay que darle espacio nada más, y tiempo. Una vez cuando Javier estuvo en mi casa, yo tenía un gato y él lo vio. Cuento esto porque ese año, para mi cumpleaños en diciembre, mi hijo lo invitó a cenar a su casa y él fue. Y no me llevó  bombones o flores, una cosa impersonal, me llevó un calendario inglés con fotos de gatos. Y eso le debe haber conmocionado a él, que yo lo conté en la audiencia y le dije que todavía tenía guardado el calendario. Yo pienso que él tiene derecho a vivir su vida, pero también a librarse del otro yugo que tenía, porque ahora él sabe bien quién es.

-Es su decisión.

Sí, se ve que está muy condicionado. Vaya a saber cómo le habrán contaron las cosas. Por empezar, decir que era huérfano, y era otra situación. Nosotros no lo hubiéramos llamado nunca a Javier a declarar como testigo, y ellos lo llamaron como testigo de la defensa. Es horrible lo que pasó.

-¿Qué opina sobre la culpabilidad de Grimaldos?

Ella como madre, dejó a los verdaderos hijos y se fue. Así que el motivo de la fuga no era Vildoza, era él, el nene, porque se lo habíamos descubierto gracias al doctor (Hipólito) Meijide.

Javier cuando vino hacerse el ADN, le dijo al fiscal que vino a pedir que le hicieran el análisis porque estaba harto de tener dos identidades y no saber cuál era la de él, y resulta que no era ninguna de las dos. Así que ahora tiene claro todo eso. Pero es duro, tiene 37 años, dos hijos, y hay que explicarles. Carlos le dijo en alguna oportunidad: “Con vos lo que nos separa es lo jurídico”. Y bueno, pero alguien lo tenía que hacer.