Mar 16, 2016 | inicio
«Somos una agencia, buscamos chicas para atención adulta. Sexo con hombres. ¿Te interesa ganar muy bien? Mandame fotos de cuerpo entero». Señoritas. Buena presencia. Buena remuneración. De 18 a 25 años. O hasta 20 años. Para «privado». Masajista «con relax». Los avisos de oferta sexual de los diarios, prohibidos desde 2011 por un decreto del Poder Ejecutivo, siguen apareciendo escondidos en frases tontas y fácilmente reconocibles.
La Oficina de Monitoreo de Publicación de Avisos de Oferta de Comercio Sexual, que depende del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos, es el organismo encargado de cumplir el decreto 936/11, que prohíbe «los avisos que promuevan la oferta sexual o hagan explícita o implícita referencia a la solicitud de personas destinadas al comercio sexual». Desde que existe la oficina de monitoreo, en 2011, solo se puso una multa a un diario. «Fue al diario Clarín y por avisos de solicitud de personas. Es el único diario en la actualidad que sigue publicando avisos en los que se piden chicas para destinarlas al comercio sexual», dice la directora de la Oficina de Monitoreo de Publicación de Avisos de Oferta de Comercio Sexual, María Chantal Stevens y subraya que el rubro 37 (pedidos de oficios y ocupaciones varias) es uno de los sitios preferidos para el reclutamiento.
El objetivo de la reglamentación consiste en «prevenir el delito de Trata de Personas con fines de explotación sexual y la paulatina eliminación de las formas de discriminación de las mujeres». Además, prevé la censura de «todos aquellos avisos cuyo texto, haciendo referencia a actividades lícitas resulten engañosos, teniendo por fin último la realización de alguna de las actividades aludidas en el párrafo precedente». El decreto considera que los avisos promueven la oferta sexual «son un vehículo efectivo para el delito de trata de personas».
Además, entiende la «violencia mediática» como «aquella publicación o difusión de mensajes e imágenes estereotipados a través de cualquier medio masivo de comunicación, que de manera directa o indirecta promueva la explotación de mujeres o sus imágenes, injurie, difame, discrimine, deshonre, humille o atente contra la dignidad de las mujeres, como así también la utilización de mujeres, adolescentes y niñas en mensajes e imágenes pornográficas, legitimando la desigualdad de trato o construya patrones socioculturales reproductores de la desigualdad o generadores de violencia contra las mujeres».
El decreto tiene como fundamentos la Ley 26.364, conocida como la «Ley de Trata», que fue sancionada en abril de 2008, y la Ley 26.485 de «Protección Integral a las Mujeres». Esta última, sancionada en 2009, «reconoce y le da nombre a distintas formas de violencia que antes no estaban reconocidas en nuestra legislación: por ejemplo, la violencia simbólica y la mediática, aquella que perpetúa estereotipos que colocan permanentemente a las mujeres en una posición de subordinación», según la directora de la Oficina de Monitoreo de Publicación de Avisos de Oferta de Comercio Sexual.
Cuando comenzó su trabajo en la Oficina de Monitoreo, en 2011, relevaban un promedio de 1.400 avisos diarios, y en ese momento «a las chicas las ofrecían como 2×1, como si fueran una promoción», recuerda Stevens.
Cada vez que se detecta un aviso, se labra un acta y se le pide a la empresa que no lo publique más. Hay seis instancias diferentes hasta llegar a
María Chantal Stevens, coordinadora de la Oficina de Monitoreo de Publicación de Avisos de Ofertas de Comercio Sexual.
una multa. «Solo intimamos a los diarios que efectivamente podemos vincular al comercio sexual», señala. En el informe se investigan los datos del aviso con la información que pueda surgir en Internet o en los volantes de la calle. Si el medio sigue publicando el mismo aviso, se continúa con nuevos apercibimientos y se le da la posibilidad a la empresa de emitir un descargo.
«En general –explica Stevens-, los abogados de los medios hablan de la inconstitucionalidad del decreto y de que se viola la libertad de expresión. Pero ya hay dictámenes de la procuración y fallos que dicen que no se viola la libertad de expresión. En todo caso, si hay una restricción es a la libertad de comercio, porque es la sección comercial del diario. Y si se va a comerciar con seres humanos… bienvenida la restricción».
Los avisos que más investiga la oficina son los que tienen que ver con redes o estructuras más complejas, y no tanto los que hagan referencia a la prostitución autónoma o independiente. «Pero hay un imaginario de que esa prostitución es mucho más extendida de lo que en realidad es. En nuestra experiencia, lo que abunda en el sistema prostibulario es la explotación sexual», detalla Stevens.
Otro de los objetivos de la oficina es contribuir a un «rol más responsable» por parte de los medios de comunicación: «Que no haya en el editorial una nota hablando horrores de la trata de personas y que la seguridad sea el primer tema de agenda, y en ese mismo diario, unas páginas más atrás, se promuevan conductas que las colocan en una posición de mucha vulnerabilidad. Los medios tienen que ser grandes aliados en estas luchas, es muy difícil llevarlas adelante sin su colaboración».
La Oficina –asegura Stevens- logró que el 87% de los 110 medios que monitorean no publiquen estos avisos. La Directora de la Oficina de Monitoreo recuerda que un abogado de una empresa de medios dijo, en respuesta a una denuncia, que cuando uno de los avisos decía «privado», no necesariamente hablaba de prostitución: podía hacer referencia a que buscaban chicas para trabajar «en un barrio privado».
Son los mismos medios que en las primeras páginas publican editoriales indignadas contra la trata de personas y notas con el hashtag #NiUnaMenos. Pero un par de páginas más adelante espera la carnada para la próxima víctima.
«Los medios tienen que ser grandes aliados en estas luchas, es muy difícil llevarlas adelante sin su colaboración», dice la directora de la Oficina de Monitoreo de Publicación de Avisos de Comercio Sexual, María Chantal Stevens.
Dic 29, 2015 | Entrevistas
De familia armenia Khatchik DerGhougassian nació en El Líbano y tras la guerra civil que azotó a Beirut llegó a la Argentina a los 24 años. Desde entonces, desarrolló un extenso currículum que incluye un doctorado en Estudios Internacionales de la Universidad de Miami y una Maestría en Ciencias Sociales de FLACSO/Argentina. Hoy es uno de los expertos en Política Internacional que más conoce acerca de Medio Oriente.
¿En qué contexto histórico surge el Estado Islámico?
El Estado Islámico surge en el contexto de la guerra en Irak. Cuando Estados Unidos ocupa Irak, se desmantelan los organismos de las fuerzas militares y se quedan en la calle 400.000 oficiales del ejército, en un proceso que el representante de la administración de Bush llamó la «desbasificación» (en alusión al partido que gobernaba), tomando como modelo la «desnazificación» de Alemania. Ellos formaron en un primer momento un núcleo de resistencia «nacionalista patriótica» contra Estados Unidos. Pero muy pronto, Al Qaeda se instaló en Irak, en la península árabe y el norte de África. El liderazgo de Al Qaeda le dio su auspicio. Al Qaeda, en Irak, fue creado por un jordano, Abu Musab al-Zarqawi. Ese grupo no solamente combatió la ocupación estadounidense, sino que hizo atentados contra los chiitas y provocó la guerra civil contra ellos. En un principio, el liderazgo de Al Qaeda, Osama bin Laden y Ayman al-Zawahiri, no estaban de acuerdo. Pero ellos tuvieron éxito y cada vez más adherentes. Es en este contexto que aparece la figura de Abu Bakr al-Baghdadi, quien después de la muerte sucede al fundador y es el actual líder del Estado Islámico. Cuando él estuvo preso en Irak, en 2004, estableció el contacto con muchos oficiales del partido Ba’ath y con las fuerzas militares de Saddam Hussein. Los convenció, de alguna forma, de unirse a la yihad, a la guerra santa.
¿Por qué se separan de Al Qaeda?
La guerra en Irak les permitió tener un contacto con los islamistas de Irak. Ellos siguieron a Al Qaeda, pero después del 2011 Osama bin Laden dejó de existir y lo que hizo al-Baghdadi fue cambiar el nombre de «Al Qaeda en Irak» a «Estado Islámico en Irak y en Siria». Ya había roto con Al Qaeda, al-Baghdadi ya controlaba la situación y tenía éxito, ¿por qué reconocería otro liderazgo?
Con ese nombre, ¿anticipaba el objetivos de, a diferencia de Al Qaeda, crear un estado propio?
El objetivo de Al Qaeda también era crear el califato. Nunca lo dijeron y nunca lo pudieron hacer porque no conquistó un territorio. Abu Bakr al-Baghdadi lo hizo porque ocupó Mosul, tenía un territorio en Irak y en Siria bajo su control, tenía reservas petroleras… todos los elementos para declarar un estado. Para su perspectiva, ya no es una organización, es «el califato». Una vez que lo declaró, comenzó la competencia con Al Qaeda para ver quién lideraría la yihad. Ellos viven de eso, su forma de vida es la yihad, esa guerra perpetua para lograr la reunificación de los musulmanes, la Ummah.
¿Cómo logró el Estado Islámico que se unan tantos ciudadanos europeos de origen musulmán?
Porque el proceso de radicalización tiene éxito. Son muy buenos en convencer a gente que cree que este es el verdadero Islam. Además, en Europa hay condiciones de marginación, falta de integración, un sentimiento de frustración de ciudadanos europeos hijos de inmigrantes que no se sienten bien recibidos por la discriminación contra ellos. Esto no explica el éxito de la radicalización. Dentro de este proyecto hay gente que lo lleva adelante, hay financiación y hay gente que cree en eso.
¿Cómo se explica que el Estado Islámico lograra victorias militares contra ejércitos como el de Irak?
Se logra una victoria cuando combatís mejor, cuando conocés más tácticas. Sus oficiales son exoficiales del ejército iraquí. No hay secreto.
¿Y contra el ejército de Bashar al-Assad?
El ejército de al-Assad también se dividió. Buena parte de los militares, en un primer momento, se fueron y formaron lo que se llamó en un momento el Ejército Libre de Siria. Cuando los islamistas se adueñaron de la resistencia en Siria, pero muchos de ellos, que eran oficiales profesionales, pasaron a su mando.
¿Qué razones tienen Turquía y Arabia Saudita para apoyar, por acción u omisión, al Estado Islámico?
El interés es doble: primero, hay uno de índole geopolítico porque cortan la expansión de la influencia de Irán. En segundo lugar, hay afinidad en términos religiosos e ideológicos. Es el Islam wahabista.
«El proceso de radicalización tiene éxito. Son muy buenos en convencer a gente que cree que este es el verdadero Islam», dice Khatchik Derghougassian en entrevista con ANCCOM.
¿Que Turquía reciba tantos refugiados sirios, le da más poder por sobre los países europeos?
No. Le da un argumento para manipular, no poder. Es un argumento para pedir más plata, para reclamar cosas, pero poder es otra cosa.
Con esta ofensiva contra occidente, con los atentados en Francia, y el derribo del avión ruso, ¿no están firmando una sentencia de muerte? ¿No le va a ser más fácil a las potencias occidentales formar una coalición después de estos ataques?
No se sabe, eso es lo que se presume. Va a depender de si coordinan sus acciones militares contra el Estado Islámico y si se ponen de acuerdo sobre el destino del régimen de al-Assad, en Siria. La parte más complicada es la segunda, la que tiene que ver con la solución del conflicto de Siria.
¿El Estado Islámico tuvo algo que ver con la toma de rehenes en Mali?
En un principio se creía que sí, pero hay confusión en cuanto a quiénes se atribuyen ese accionar. Aparentemente es un grupo de Al Qaeda. Si esto es así, podría ser una suerte de competencia entre Al Qaeda y el Estado Islámico. Dejaron salir a aquellos que pudieran recitar un verso del Corán, a quienes eran musulmanes. Si realmente es algo que organiza Al Qaeda y no el Estado Islámico, se puede tratar de una competencia por quién lidera la yihad. Por ahora, más que eso no se puede decir.
¿Cómo influye la situación de Libia en estos momentos?
En realidad, en esa zona no existen países como los pensamos nosotros: hay un concepto geopolítico que se llama Sahel, que es ese vasto desierto entre Libia, Mauritania, Mali, sur de Argelia y centro África, una región donde se mueven tanto los yihadistas, como el crimen organizado y los grupos locales, los tuaregs. Evidentemente, la situación de Libia influye, es un territorio donde apenas si hay algún gobierno. La falta de estado permite la proliferación de los grupos islamistas que, entre otras cosas, controlan la comercialización del petróleo. El Estado Islámico se financia con el petróleo del norte de Irak.
¿Qué objetivos tienen los videos de matanzas del Estado Islámico que aparecen en los noticieros cada tanto?
El salvajismo y el asesinato es, para el Estado Islámico, su forma de convencer y reclutar. Por un lado aterroriza a los «enemigos» y por el otro lado, demuestra a sus futuros combatientes su capacidad, que se legitima por un orden divino.
¿Eso se construye con esa forma casi cinematográfica de mostrar las matanzas?
Eso fue lo que en su momento había intentado hacer Al Qaeda. Pero ellos están profesionalizados, es más sofisticado que Al Qaeda.
Dic 16, 2015 | inicio
La casa de la calle Franklin 943, ubicada en el centro geográfico de la Ciudad de Buenos Aires, es una construcción antigua y en los últimos treinta años cambió varias veces de propietario. Cuenta con un garaje y una puerta en el frente. La puerta tiene un vidrio espejado que no permite ver hacia adentro. Según el padrón electoral, hay dos personas que tienen radicado allí el domicilio. ANCCOM se trasladó hasta la vivienda con una sola pregunta: ¿Cómo es vivir en un ex centro clandestino de desaparición de personas? La persona que vive ahí no quiso hablar ni dar declaraciones. Enojado, preguntó si lo buscaban «por lo de los desaparecidos». Respondió que él no sabía nada y que en los tiempos de la dictadura la casa pertenecía a otros dueños.
La historia del Centro Clandestino Casa Franklin, ubicado en el corazón del barrio de Caballito, no es muy conocida, quizá porque existe uno solo sobreviviente: el periodista y escritor Sergio Bufano.
Bufano militó en su adolescencia, allá por los años sesenta, en la Juventud Comunista y luego se incorporó al Movimiento de Liberación Nacional. Ya en los años de la dictadura de Juan Carlos Onganía se sumó a las Fuerzas Argentinas de Liberación y hacia mediados de la década de 1970 se integró a la Organización Comunista Poder Obrero (OCPO).
En 1976, Guillermina Elsa Carlota Santamaría Woods también militaba en OCPO. La vida de ambos iba a cambiar en la mañana del 8 de julio de ese año.
«Quedamos en encontrarnos en Aguirre y Estado de Israel, Villa Crespo, para discutir cosas de la organización, sobre las próximas actividades y demás cosas. Le pedí que nos tomáramos un taxi y fuéramos a Puente Pacífico porque después tenía otras reuniones. El taxi dobló por Aguirre, alcanzó a hacer dos cuadras… y yo miré para atrás. Era una costumbre. No sé si eso aceleró lo que iba a ocurrir».
En ese preciso momento, se les cruzó un auto y otro se les pegó de costado. El taxista frenó y los apuntaron con una Itaca. Desconocidos comenzaron a golpear el techo del taxi con pistolas. «Nos sacaron a cada uno por una puerta distinta», recuerda Bufano. Los golpearon, y se escuchó un disparo. «Estaban muy nerviosos, a uno se le escapó un tiro», relata Sergio, que alcanzó a distinguir un acento alemán entre sus secuestradores.
Los encapucharon, los subieron a un auto, uno encima del otro en el asiento de atrás, y los llevaron a Casa Franklin. Entraron por el garaje y subieron una escalera.
«Apenas entramos, nos golpearon mucho. Se me ocurrió, a pesar de que nunca lo había pensado, imitar a un cardíaco. Me dejé caer y dije que sufría del corazón». Sergio dijo necesitar «Coramina», un remedio para cardíacos y –quién sabe por qué- le creyeron. «Ahí empezó la sesión de tortura de Guillermina».
La llevaron a la habitación contigua y la torturaron con una picana. Según el relato de Bufano en el expediente del Archivo Nacional de la Memoria, pudo verificar las torturas «al interrumpirse el sonido de la radio por la baja de tensión coincidentes con los gritos».
Como los alaridos se escuchaban, los represores volvieron a la habitación donde se encontraba Sergio y encendieron un tocadiscos. Pusieron uno de los primeros discos de Mercedes Sosa a todo volumen. «Durante muchos años no pude escuchar más a Mercedes Sosa, que a mí me encantaba», se lamenta el sobreviviente.
A Sergio lo golpearon hasta que vomitó dentro de la capucha. Sus secuestradores le dijeron que habían salido a comprar pastillas de Coramina. Le sacaron la capucha, le pusieron una venda y le dieron las pastillas. «Me sentaron en una silla y, como no podía respirar, me sacaron las esposas».
En un momento, paró la tortura a Guillermina. «Algo dijo. Un dato falso, porque nunca cayó nada por parte de ella. Escuché que salían y ruidos de armas largas. Se quedaron dos, creo, conversando con Guillermina».
Uno de los dos represores iba y venía entre las habitaciones. Pasaron más horas. En un momento, cuando sintió que estaba solo, Sergio se levantó la venda y vio aquella casa de la calle Franklin por dentro. Parecía abandonada. Había un colchón en el suelo de madera, diarios viejos, una radio y el tocadiscos. Se puso la venda de vuelta, y nuevamente entró su secuestrador. Cuando salió de vuelta, Sergio se levantó y caminó hasta el pasillo donde habían entrado. «Buscaba una pistola. Mi idea era suicidarme. No se me cruzaba por la cabeza la idea de la fuga», recuerda. Llegó a las escaleras. Se encontró con un patio con paredes muy altas, imposible de saltar. Bajó las escaleras. Vio una puerta cerrada con llave. Llegó al garaje. Había un Fiat 600, que inspeccionó para buscar algún arma. Fue en ese instante que notó que la puerta del garaje estaba cerrada con un destornillador cruzado entre las manijas. Lo sacó y logró escapar. Llegó hasta el Cid Campeador lleno de sangre y se tomó un colectivo por Gaona. Al chofer le dijo que había sufrido un accidente.
Esa noche, Sergio volvió a Casa Franklin con sus compañeros. Armados. Su idea era rescatar a Guillermina. Pero ya no había nada ni nadie. La puerta seguía semiabierta. Una vecina, que vivía justo enfrente de la casa, declarará años después que esa noche escuchó movimientos y ruidos de sirenas. Esa misma vecina aportó que «los ocupantes de la finca habían practicado una abertura que posibilitaba el acceso directo al interior del inmueble desde el garaje. Hasta entonces, la abertura no existía y cuando dejaban el vehículo en el garaje debían salir a la calle para entrar a la casa por la puerta principal». Según otros vecinos, también habían elevado la medianera del fondo de la casa, como consta en el expediente del Archivo Nacional de la Memoria. Los compañeros de Guillermina siguieron pasando por la casa de la calle Franklin durante los siguientes días, pero ya no había nada.
Según Sergio, la misma vecina que vio movimientos extraños le había comentado a su marido que «en esa casa pasaban cosas raras». Su esposo, entonces, consultó con un amigo de la Comisaría 11, que estaba a pocas cuadras de Casa Franklin. ´Ni te acerques, no te metas, olvidate de ese asunto’, le contestó el policía. Pero ella no resistió la tentación, se acercó días después del escape de Sergio y pudo constatar que la propiedad ya estaba abandonada.
Bufano se exilió en México, donde realizó la denuncia en la Organización de las Naciones Unidas. Volvió recién en 1983, tras la asunción de Raúl Alfonsín como presidente electo democráticamente.
El Registro Unificado de Víctimas del Terrorismo de Estado dice que Guillermina fue llevada a Campo de Mayo, al «Campito», donde hizo tareas de limpieza. En 1977, pasó a la ESMA. Según la declaración de un sobreviviente de ese centro clandestino de detención y exterminio, Guillermina estaba embarazada de tres meses cuando la secuestraron. No se sabe qué pasó con su hijo. Estos relatos hacen presuponer que la casa de la calle Franklin era un centro clandestino de detención de tránsito.
Los antiguos propietarios
Una de las particularidades de la casa de la calle Franklin es que, según consta en los expedientes judiciales, pertenecía a una familia de apellido Río, la misma que era propietaria del inmueble donde funcionaba el ex centro clandestino Virrey Cevallos, hoy recuperado y convertido en sitio de memoria.
“La casa de Virrey Cevallos era propiedad de los hermanos Río que oficiaban de testaferros de las Fuerzas Aéreas», informó a ANCCOM Osvaldo López, sobreviviente y coordinador de ese sitio de memoria.
Del Archivo Nacional de la Memoria surgen varias coincidencias entre Casa Franklin y la de Virrey Cevallos. El modus operandi sería el mismo, ya que el aparato represivo de la Fuerza Aérea necesitaba centros clandestinos de detención (CCD) «satélites de corta duración (…) que se hallasen en la zona de Capital para extraer rápidamente información a los secuestrados, y luego derivarlos a otros CCD por tiempo prolongado».
El documento «Huellas de una casa. Informe sobre el ex CCDTYE Virrey Cevallos» señala que el trabajo de la Regional de Inteligencia de Buenos Aires (RIBA), que en un momento funcionó en la Séptima Brigada Aérea, consistía en enviar allí grupos de personas y torturarlas, apenas eran detenidas. «El objetivo era obtener así ‘información fresca’ (lograr que ‘canten’) acerca del paradero de sus compañeros de militancia u otras cuestiones. Aplicando rápidamente picana eléctrica, submarino seco u otros tormentos, habían dicho los jefes en el curso del Edificio Cóndor, se evitaba que los militantes todavía libres notasen la desaparición de un compañero y escaparan de los lugares que frecuentaban habitualmente. Luego de ello, los militantes eran secuestrados y mantenidos ilegalmente en cautiverio en los CCDTyE por el lapso de días, meses o incluso años», detalla el informe.
Caso Franklin. Testimonio de Sergio Bufano. Secuestrado y torturado en casa Franklin. Buenos Aires.
¿Por qué no está señalizada?
Desde afuera, hoy la casa de la calle Franklin parece una casa cualquiera. Nadie vinculado a la reconstrucción de la memoria o la justicia volvió a ingresar luego de que se cerrara, sin muchos avances, la causa que investigaba el caso de Sergio Bufano. Ni siquiera a él se le permitió entrar: reconoció la vivienda por fotos.
«La Dirección de Sitios de Memoria es un organismo que tiene a su cargo las políticas relacionadas a los sitios de memoria en el marco de la Ley 26.691, de 2011, que declara sitios de memoria del terrorismo de Estado a todos los lugares que fueron centros clandestinos de detención o tuvieron algún tipo de vinculación con hechos de terrorismo de Estado», explica Gonzalo Vásquez, coordinador de la Red Federal de Sitios de Memoria en diálogo con ANCCOM. La Ley 26.691, según Vásquez, garantiza la preservación de todos los sitios para facilitar las investigaciones judiciales, así como también la señalización y difusión de esos lugares.
Sin embargo, la casa de la calle Franklin no está señalizada. «No podemos hacerlo porque es una propiedad privada. En otros casos lo hemos hecho, pero generando instancias de negociación con los propietarios o en vía pública. Como en los casos de Ledesma o la planta de Ford», señala Vásquez.
Actualmente, hay 129 lugares señalizados y para fin de 2015 serán 135. El mapeo total de centros clandestinos de detención y otros lugares de reclusión ilegal del terrorismo de Estado en Argentina entre 1974 y 1983 suma actualmente un total de 762. El proceso de señalización incluye un trabajo territorial con las organizaciones y las autoridades. «Es muy riguroso el procedimiento. Tiene que haber aunque sea un testimonio que dé cuenta de ese lugar, que ese lugar pueda ser identificado», señala.
«Señalizar no es ir a poner un cartel. Es generar un hecho político con un trabajo donde el Estado se acerca al territorio, participan todos los actores en un ida y vuelta muy fluido. Lo que hacemos es comprometer a los estados locales», subraya Vásquez. El trabajo de la Dirección tiene como base esos vínculos con las organizaciones sociales y secretarías de Derechos Humanos de cada provincia.
El mapeo es exhaustivo. Aparece cada lugar donde se produjo una reclusión o detención ilegal, o donde hubo torturas o maternidades clandestinas. «Lo que importa es qué función cumplió cada uno en el entramado general. Queremos que se entienda el sistema represivo». En ese sentido, Vásquez aclara que en los relatos no hacen hincapié en el morbo o en el horror. «No es el eje del relato. Tampoco es que se oculta, se habla todo el tiempo de la aplicación de torturas, pero no nos detenemos en los detalles de lo que implicaba la tortura, sino en el sentido político de obtención de información para perseguir a nuevos militantes, generar terror, la deshumanización de las víctimas que generaban los campos de concentración».
«Ojalá se pudiera recuperar», desea Sergio y confiesa: «Esto por ahí me impulsa a ir algún día y tocar timbre».
Caso Franklin. Testimonio de Sergio Bufano. Secuestrado y torturado en casa Franklin. Expediente, fotografías de la casa donde fue secuestrado.
Gonzalo Vásquez (Coordinador de la Red Federal de Sitios de Memoria) en la Ex Esma en Buenos Aires.
Oct 26, 2015 | inicio
«Vamos a llamar a todos los trabajadores a darle la espalda a estos candidatos que se preparan a aplicar un ajuste». Con esas palabras cerró su discurso Nicolás Del Caño, candidato presidencial del Frente de Izquierda y de los Trabajadores (FIT) y diputado nacional por Mendoza, poco después del cierre de los comicios y adelantando la posición de esa fuerza para el balotaje del próximo 22 de noviembre. Al cierre de la edición, con un 97 % de las mesas escrutadas, el FIT había alcanzado un total de 797.000 votos en la elección presidencial, el 3,27 por ciento del total, ubicándose como cuarta fuerza.
«Un nuevo peldaño en el ascenso sostenido del Frente de Izquierda en los últimos años, en todo el país». Así llamó a la campaña del FIT, el candidato a gobernador y a diputado nacional por la provincia de Buenos Aires, Néstor Pitrola, que al filo del cierre resultaba reelegido como legislador, con el 4,51 % de los votos.
El lugar elegido como Centro de Campaña fue el Hotel BAUEN, autogestionado por una cooperativa de trabajadores desde el 2003. En ese mismo lugar, Del Caño había cerrado su campaña en agosto de cara a las PASO. Durante su discurso frente a los periodistas, el dirigente reafirmó el esfuerzo de la militancia y la «gran campaña que ha hecho el Frente de Izquierda en todo el país». Destacó, principalmente, la campaña de Alejandro Vilca en Jujuy, que podría superar el piso prescriptivo a pesar del «régimen de las colectoras».
«Esta consolidación de nuestra fuerza política en todo el país es el punto de apoyo para la clase trabajadora, la juventud y la resistencia que se viene al ajuste que aplicarán tanto Macri como Scioli», expresó posteriormente en un acto frente a la militancia, en el escenario que se montó en las puertas del BAUEN.
Del Caño, escoltado por Néstor Pitrola, «Pollo» Sobrero y Bregman.
«Hoy lo escuchamos a Scioli, que ya no tenía ni fe, ni esperanza, ni optimismo. Se la pasó hablando tonterías porque no pudo admitir que tenía que ir al balotaje», agregó durante el acto Gabriel Solano, primer candidato a diputado por la Ciudad de Buenos Aires. «Frente a una crisis capitalista severa, un ajuste que está en marcha, vemos cómo se derrumba el aparato político que la clase capitalista tenía para contener a las masas: el PJ», destacó.
«El FIT se puede quedar sin representación en la Ciudad por una división sustentada en una política que no interviene en la lucha de clases, sindical o movimientos de la juventud», señaló Solano apuntando a la candidatura a diputado nacional de Luis Zamora por Autodeterminación y Libertad. «La nuestra fue una campaña preparatoria de lo que viene en Argentina, la tomamos como un recuento de fuerzas para luchas que vamos a vivir», agregó Solano, entrevistado por ANCCOM.
Por su parte, Rubén el «Pollo» Sobrero, candidato a vicegobernador por Buenos Aires, elogió en la rueda de prensa el sistema de rotación de bancas del FIT y, sobre el balotaje, reafirmó que llamará a votar en blanco: «No votamos por nuestros verdugos», aseveró.
El dirigente Jorge Altamira, perdedor de la interna en las PASO.
El clima en el Hotel BAUEN fue muy distinto al de las PASO en agosto, cuando la lista que encabezó el dirigente derrotó en la interna del FIT a la fórmula liderada por Jorge Altamira por 375.874 (51,29%) a 356.977 (48,71%). Durante esa jornada reinó un ambiente triste por el fallecimiento de Micaela Dramisino, una joven que fiscalizaba para el FIT. Esta vez, la mayoría de los militantes llegó bien entrada la noche ya que la mayoría venía directo de las fiscalizaciones.
El clima fue de incertidumbre durante la tarde, especialmente por las candidaturas del Parlasur y de la banca por Capital Federal. Del Caño, que llegaba desde Mendoza, arribó al BAUEN a las 20 junto con la candidata a vicepresidenta, Myriam Bregman. Luego de la conferencia de prensa, en la que estuvieron los dirigentes más importantes que integraban las listas (llamativamente no participó el histórico referente Jorge Altamira), la noche finalizó con un acto en la avenida Callao, frente al hotel.
Marcelo Ramal, candidato al Parlasur por el Distrito Nacional, criticó al organismo en una entrevista con ANCCOM: “Se trata de un parlamento ficticio, un congreso de utilería», señaló. «Esto se relaciona con la propia crisis del Mercosur, las divisiones de sus bloques son muy importantes. Vamos a ir al Parlasur a defender lo mismo que en el Congreso Nacional, una plataforma de los trabajadores de la región», agregó, en relación a una posible entrada de Andrea D’Atri, la primera en la lista a nivel nacional. Laura Marrone, docente y candidata a diputada por la Ciudad, expresó a ANCCOM que el FIT tiene «una corriente de simpatía muy grande en la docencia en todo el país».
Sobre la campaña, Jorge Altamira dijo a ANCCOM, en relación a los cortes de boleta, que en la Provincia de buenos Aires «había gente dispuesta a votar a (María Eugenia) Vidal y toda la lista del FIT, incluso al presidente nuestro». «Eso hay que estudiarlo, no hay que condenarlo desde un dogmatismo», opinó, y «dio por descontado» que Néstor Pitrola sería diputado en esa provincia, horas antes de conocerse los resultados finales.
En los comicios de ayer, el FIT se ubicó como cuarta fuerza en las presidenciales y desplazó de ese lugar a la fórmula de Progresistas, encabezada por Margarita Stolbizer, que obtuvo 2,56 % (611.702 votos). En las primarias abiertas, simultáneas y obligatorias, la coalición trotskista obtuvo un total de 732.851 votos (3,25%), posicionándose a solo 48.621 votos de Progresistas, la cuarta fuerza nacional conducida por Margarita Stolbizer que había alcanzado 781.472 votos (3,47%). Previamente, en las elecciones legislativas de 2013, el FIT había logrado sumar 1.203.896 votos (5,32%) y había obtenido tres diputados (Néstor Pitrola por Buenos Aires, Pablo López por Salta y Nicolás del Caño por Mendoza). En las presidenciales de 2011, la fórmula del FIT, Jorge Altamira – Christian Castillo, había cosechado 503.372 votos (2,30%), luego de la recordada campaña «un milagro para Altamira».
Sep 30, 2015 | inicio
Las paredes hablan en el Cevallos. “Nuestro objetivo en la transmisión de la memoria es relacionar las experiencias de lucha que hubo con la realidad, el contexto y la dinámica de la lucha de hoy”, señala Osvaldo López, el coordinador del ex Centro Clandestino de Detención, Tortura y Exterminio Virrey Cevallos, un sitio abierto para todo aquel que desee visitarlo.
ANCCOM recorrió el espacio donde actualmente se realizan muestras y exposiciones artísticas, se organizan charlas, talleres, ciclos de cine y paneles sobre diversas temáticas. «Esta casa siempre fue una vivienda privada», relata López, quien estuvo secuestrado una semana en ese mismo lugar antes de lograr escapar.
“Durante la dictadura, el inmueble estuvo a cargo de los hermanos Río que oficiaban de testaferros de las Fuerzas Aéreas. Lo alquilaban a un civil de la inteligencia de la aviación, que era quien firmaba los contratos de alquiler. Los Río aparecen también como dueños de otra casa de la calle Franklin, que también le alquilaban a la misma persona y también fue un centro clandestino de detención”. Ese otro centro se encuentra en Franklin y Honorio Pueyrredón, en el corazón de Caballito. «Esa casa está denunciada pero no recuperada».
“Nuestro objetivo en la transmisión de la memoria es relacionar las experiencias de lucha que hubo con la realidad, el contexto y la dinámica de la lucha de hoy”, señala Osvaldo López, el coordinador del ex Centro Clandestino de Detención, Tortura y Exterminio Virrey Cevallos.
Según explica López, quienes operaban en el Centro Virrey Cevallos tenían relación con el Servicio de Inteligencia de la Fuerza Aérea (SIFA) y con la Regional de Inteligencia de Buenos Aires (RIBA). En uno de los juicios, los dueños mostraron los contratos y aseguraron que creían que se trataba de un “alquiler normal”. En 1998, la inmobiliaria Ricci adquirió la propiedad, que la alquilaba por cuartos.
“Hasta el 2001 -explica López-, cuando se empezó a correr la bolilla que allí funcionó un centro clandestino, los que vivían acá dejaron de pagar y tomaron la casa. Estuvieron un año hasta que la inmobiliaria los desalojó y la puso en venta. Los vecinos empezaron a denunciar e hicieron una presentación al juez Rodolfo Canicoba Corral porque fundamentaban que era un elemento probatorio para la causa judicial. Presentaron un proyecto en la Legislatura que tardó un año en salir. Finalmente se expropió, pero durante ese trámite murió el propietario, fue a sucesión y tardó cuatro años en concretarse el trámite, recién se terminó en el 2008. Nosotros comenzamos a trabajar en el 2009”.
López había participado de la recuperación del espacio con los vecinos y ya contaba con un proyecto. “Me sentía comprometido con esto”, dijo a ANCCOM. Un equipo de cinco personas comenzó a investigar el lugar.
“Averiguamos de quién dependía, quiénes eran los represores que estaban acá. Hicimos un timbreo con los vecinos y al principio había mucha resistencia a hablar del tema”, recuerda López y agrega: “Ni bien llegamos, lo primero que hicimos fue abrir las puertas. Registramos de manera muy minuciosa de todos los comentarios de las personas que entraban. Así nos llegó mucha información. Paralelamente, leímos todos los testimonios de sobrevivientes que había, que en ese momento no eran muchos. Teníamos tres, ahora tenemos seis. Nada nada. Con esos testimonios, dividimos la casa en dos: los lugares mencionados en los testimonios los dejamos como estaban. Los que no, los usamos como oficina. La casa estaba muy destruida”.
“Ni bien llegamos, lo primero que hicimos fue abrir las puertas. Registramos de manera muy minuciosa de todos los comentarios de las personas que entraban. Así nos llegó mucha información», relata López.
El trabajo de investigación incluyó pedir los legajos del personal de SIFA y RIBA para intentar reconocer los archivos fotográficos. Luego, se reactivó la causa judicial, que “estaba parada” en la primera instrucción. “Hay dos querellantes y cuatro procesados. Se va a llevar a juicio oral el año que viene. Pero nosotros tenemos más de veinte reconocidos por fotografías. Cuatro procesados para nosotros es poquísimo. Nos piden más elementos probatorios pero es difícil por las condiciones de secuestro”.
López era cabo primero en la Fuerza Aérea y militaba en el PRT. Lo secuestraron en 1977 en San Miguel, provincia de Buenos Aires. Lo detuvieron y lo llevaron primero a Morón, donde lo torturaron, y luego a la casa de Virrey Cevallos, acusándolo de haber cometido un atentado en la base donde trabajaba.
Según cuenta, quienes cumplían tareas en el Centro Virrey Cevallos hacían un trabajo de contrainteligencia: “Buscaban personal dentro de las Fuerzas o hijos de militares que pudieran tener militancia política. Este era un lugar de tránsito, los secuestraban y decidían rápidamente el destino: los mataban, los llevaban a otro centro clandestino, los llevaban a la cárcel o los liberaban. La única que estuvo mucho tiempo acá fue la periodista Miriam Lewin, que pasó once meses y después la llevaron a la ESMA”.
El trabajo de investigación incluyó pedir los legajos del personal de SIFA y RIBA para intentar reconocer los archivos fotográficos.
López estuvo una semana secuestrado, hasta que logró fugarse. «Mi escape fue muy fortuito, cosas que se dan una sola vez en la vida. Estaba esposado y encadenado en la celda, tirado en el piso. En esos días, me di cuenta que a veces me ponían esposas viejas, que se abrían, y la cadena que tenía en el tobillo tenía un eslabón atado con alambre. Una noche me pude soltar de las esposas, rompí ese alambre y me saqué la cadena por abajo. Después, abrí la puerta de madera, que tenía una tranca puesta y un candado. Había unos orificios y pude sacar la mano por ahí para levantar la tranca».
En ese momento, los custodios estaban durmiendo ya que era un sábado a la noche. Cuando salió, se cruzó a la celda de enfrente para intentar liberar a una chica y no pudo. Años después se enteraría que era Miriam Lewin. Cuando escuchó ruidos desde abajo, Osvaldo se trepó por un caño hacia el techo. Por allí pudo salir a la calle México.
Una vez que logró escaparse, López se fue para Córdoba. No podía ir más lejos porque no tenía documentos. “Hicieron ocho allanamientos en lugares donde podía estar. Pasaron por la casa de mis padres y los apretaron, les dijeron que les iban a poner una bomba si no aparecía. Mi hermana se comunicó conmigo y me dijo: ‘Vinieron acá, nos amenazaron. Hacete cargo, vos sos el que militaba, nosotros no’. Me pusieron en una gran contradicción”.
En Córdoba hizo una denuncia, le pidió a un abogado que haga un hábeas corpus y se presentó en un juzgado. Denunció que había estado secuestrado, pero a las dos horas lo pasaron a buscar de nuevo. “Fui sabiendo que me podían matar, no tenía dudas”.
Cuando empezó a correr la noticia de su desaparición, hubo una protesta por parte de los cabos hacia sus superiores porque ya había habido otros dos secuestros. “Eso, sumado a que querían dar una sanción ejemplificadora, hizo que no me boletearan y me condenaran en un consejo de guerra a 24 años. Me mandaron a la cárcel de Magdalena”.
El sitio de Virrey Cevallos estaba conformado, originalmente, por tres casas distintas. “Cuando los hermanos Río compran esta propiedad, hacen una serie de reformas: sacan una de las puertas para construir un garaje y construyen un entrepiso que conecta las tres casas por dentro”, relata Soledad, una de las guías.
“No podemos decir nada que no nos hayan dicho los testimonios”, detalla. El trabajo es minucioso y, podría decirse, arqueológico. “Por más que veamos un lugar con azulejos y un inodoro, no podemos afirmar que ahí funcionaba un baño”. Cada sector tiene una placa con el testimonio que identificó el sector. “La casa es una prueba material para la justicia”. Los pocos lugares que funcionan como oficinas para los trabajadores del sitio, fueron partes de la casa que no estaban identificadas: una de las oficinas estaba en una habitación que luego fue identificada como la sala de interrogatorios y tuvieron que mudarla a otro sector.
Allí radica la importancia de los testimonios de los vecinos del barrio. Si es que hablan. “Hay vecinos que todavía viven en esta manzana, sabemos que tienen información pero no quieren darla”, indica Soledad. Hay un testimonio de un sobreviviente que dice que en una especie de balcón interno que daba al patio, había una ametralladora, imposible de ver desde afuera. “Una vez pasó un vecino, de los que no quieren hablar, y comentó que ahí en el primer piso había una ametralladora”, explica la guía. Lo mismo pasa en el sector de las habitaciones que funcionaban como celdas: hay un edificio de la misma manzana con balcones que dan directamente a las celdas. Pero el barrio sigue en silencio.
Marta Carreras, la restauradora del sitio, mantiene la casa en las mismas condiciones en que se encontró. Realizó un trabajo de decapado de las paredes, para que se puedan observar los tres momentos de la construcción (cuando eran tres viviendas, cuando fue un centro clandestino y cuando fue una casa tomada o inquilinato) a través de las distintas capas de pintura.
El recorrido de la visita comienza por el garaje, donde entraban los autos con los secuestrados. Pasaban por un patio y eran llevados a la sala de interrogatorios. Luego, a la sala de torturas. “Reconocía la sala de torturas por el piso de madera”, dice el testimonio de un exdetenido. Recorrerla, propone un juego macabro al visitante. Cada paso de ese suelo de madera retumba por toda la habitación, el mismo sonido que debían escuchar los torturados cuando estaban encapuchados esperando a que llegue su torturador.
El recorrido de la visita comienza por el garaje, donde entraban los autos con los secuestrados. Pasaban por un patio y eran llevados a la sala de interrogatorios. Luego, a la sala de torturas. El Ex centro clandestino de detención de la fuerza aérea se ubica en Virrey Ceballos 630 en la Ciudad de Buenos Aires.
“Una vez, lavando la vereda, escuché gritos y pedidos de auxilio de una chica y venían de la ventana donde se veían los guardias, fue aterrador para mí… tanto que nunca pude hablarlo”, reza la placa del entrepiso construido en el ’71. Cuando funcionaba el Centro Clandestino, ese lugar era la sala de guardias, desde donde se vigilaba la entrada a la calle y a las escaleras.
En el primer piso, se encontraba el comedor de los represores, con una cocina al lado. “A una de las personas que estuvo secuestrada la traían a lavar los platos, con los ojos vendados. Pudo ver que la vajilla que estaba usando tenía el logo de la Fuerza Aérea”, recuerda la guía.
A otro de los secuestrados, lo desnudaron “como forma de castigo” y lo ataron a un caño que pasaba por las escaleras, cerca de la cocina. “Estuvo como 15 días a la intemperie, en pleno junio, con mucho frío. Hoy tiene problemas de asma”. Había un cocinero, que no sería parte de la Fuerza Aérea, que lo desataba algunas noches y lo llevaba con él a la cocina para que se caliente. “Le pedía que se levantara la venda y lo mirara a la cara. Él no accedía, pero el cocinero se la levantaba igual. Le decía: ‘Mirame. Si esto alguna vez se da vuelta, acordate que yo te ayudé’”. Nunca identificaron al cocinero. Sí se puede ver, desde la cocina, el agujero donde estaba el caño. Las paredes hablan en el Cevallos. Pero no cuentan todo.
Actualización 30/09/2015