Por Candela Salgado y Rosmery Alayo
Fotografía: Sofía Barrios

A 18 años de la tragedia de Cromañon, donde murieron 194 personas y más de 1.400 resultaron heridas, dos sobrevivientes hablan de memoria, verdad y justicia. La ley que convierte al boliche incendiado en lugar de memoria.

Las organizaciones de sobrevivientes y víctimas del boliche Cromañón realizan un acto homenaje cada 30 de diciembre desde 2004 para mantener presente lo que sucedió aquella noche.

Gracias al persistente reclamo de justicia obtuvieron la Ley de Reparación Integral para las Víctimas y la Ley de Expropiación de República de Cromañón. Belkyss Contino, politóloga de la UBA e integrante de Movimiento Cromañón, comenta que este hecho abre nuevas puertas y marca la importancia de la lucha de los jóvenes y la organización colectiva ante las injusticias.

Contino tenía 16 años cuando vivió la masacre. Debieron pasar ocho años, tras una crisis personal, que pudo acercarse a la militancia. Hoy trabaja enfocada en los derechos humanos de mujeres y diversidades y su profesión se ve atravesada por querer entender qué sucedió y quiénes fueron los responsables de la masacre de Cromañón.

El pedido colectivo de responsabilidad recae aún en el Estado que debe asegurar la reparación y el acompañamiento a sobrevivientes y familiares y amigos de víctimas. La lucha pone el foco en el rol del Estado como proveedor de elementos que no permitan que se repitan hechos como los de aquel 30 de diciembre. La Ley de Expropiación, aprobada en el Senado en octubre de 2022, permite que los sobrevivientes tengan un espacio para contar la verdad y para que futuras generaciones puedan informarse de lo ocurrido. La normativa aún espera ser reglamentada.

“Cromañón es una cicatriz que tenemos y que no nos va a dejar nunca, forma parte de lo que somos”, sostiene Javier García, periodista que colabora activamente en No Nos Cuenten Cromañon, un canal a través del cual logra transformar y generar algo bueno con lo que vivió.

García es parte de la organización del acto homenaje el viernes 30 de diciembre que es, como todos los años, una conmemoración multicultural. “La música es el hilo conductor. La música no mata, permite unirnos. Es un espacio para contener”, afirma.

Ambos sobrevivientes destacan la lucha y la información como dos pilares para que la juventud forme su opinión y defienda sus derechos. García subraya la importancia de que se cuiden, cuestionen e indaguen para saber la verdad. Y Belkyss recuerda: “No se olviden, tengan memoria, para que no se repita. No se olviden de Cromañon”.