Por Lucía Berstein Alfonsín
Fotografía: Milagros Gonzalez

La vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner fue condenada a seis años de prisión e inhabilitación perpetua en la causa Vialidad. Denunció «una mafia mediática y judicial», leyó los chats entre los jueces y directivos de Clarín que viajaron a Lago Escondido y anunció que no será candidata en 2023.

“Mirá cuanta policía hay”, dijo una chica rodeada de caras tristes y manos en las cinturas que sostenían cuerpos inmóviles, incapaces de mirar a otro lado que no fuera el enorme edificio gris por donde asomaban caras uniformadas entre las persianas a mitad abrir. “Condenar a Cristina Fernández de Kirchner a seis años de prisión e inhabilitación perpetua para ejercer cargos públicos”, anunció el juez Jorge Gorini, acompañado por sus laderos Andrés Basso y Rodrigo Giménez, en la lectura del veredicto de la denominada causa Vialidad. 

En el Tribunal Oral Federal N°2, desde la Sala B de audiencias de Comodoro Py, se conoció la sentencia de los doce imputados por la causa. Los treinta grados de calor no impidieron que cerca de dos mil manifestantes acudieran a la entrada del edificio, firmes en apoyo, agitando sus banderas, haciendo sonar los tambores y cantando: “Si la tocan a Cristina / Que quilombo se va a armar”. 

“Me condenan porque condenan un modelo económico», dijo la vicepresidenta que, luego de difundido el fallo, salió en vivo desde su despacho en el Senado de la Nación. “Esto es un Estado paralelo y mafia judicial”, afirmó y agregó que esto lo confirmó en el momento en que se filtró el viaje a Lago Escondido y el intercambio de chats de los funcionarios macristas, fiscales, jueces y directivos del Grupo Clarín que asistieron en octubre de este año. 

«Por vez primera queda expuesto ante nosotros, con enorme contundencia, el modo en que ciertas corporaciones operan sobre funcionarios, jueces y fiscales procurando de ellos favores que, en muchos casos, buscan ventajas indebidas, mientras que en otros simplemente propician la persecución de aquellos que los enfrentan», dijo el Alberto Fernandez el día anterior por cadena nacional, haciendo referencia al viaje que «habría realizado un grupo de jueces, fiscales, ex funcionarios públicos y ex agentes de la Agencia Federal de Inteligencia, en un avión privado, hasta Lago Escondido» y a la coordinaron vía Telegram de ellos para justificar y encubrir este mismo. 

En esta mansión de ciento veinte mil hectarias de Joe Lewis, en Rio Negro, estuvieron los jueces Julián Ercolini, que, entre otros, lideró la ofensiva judicial contra Cristina Kirchner y el grupo Indalo,  y Carlos Mahiques, juez de Casación y exministro de Vidal. El hijo del último, Juan Bautista Mahiques, jefe de fiscales de CABA; Marcelo D’Alessandro, ministro de Justicia y Seguridad de Horacio Rodríguez  Larreta; Leo Bergrot, exjefe de Legales de la SIDE en tiempos de Antonio Jaime Stiuso; Pablo Yadarola, juez en lo penal económico; Pablo Cayssials, juez en lo contencioso administrativo y Tomás Reinke. Entre otros invitados que al momento no se identificaron, al no viajar en el mismo vuelo que los anteriores. También Jorge Rendo, Gerente de Asuntos Institucionales de Clarín, y Pablo Casey, sobrino del CEO del multimedio, Héctor Magnetto.

“Estamos transmitiendo en vivo desde Comodoro Pro”, dijo un marchante con el celular en mano. Pegados a las vallas, los carteles leían: “Ercolini renuncia”, “Basta de Lawfere”, “Todos con Ella”, “Fuera mafia del poder judicial”. 

Roxana Ferreyra, la concejala de Bariloche que denunció la reunión en Lago Escondido, dijo: “Es una cumbre de hombres del Poder Judicial que opera con el poder político y económico y que se juntan para eso en la casa de un señor que usurpa nuestro territorio, pese a lo cual nunca fue desalojado. Mientras tanto prevalecen las noticias de desalojos y acusaciones contra la comunidad mapuche o la de personajes como Patricia Bullrich que vienen aquí a incitar a la violencia. Por eso queremos que se sepa de este encuentro, más allá de que no nos sorprenda”.

 

“Mi hija me dice ‘¿por qué hablas todo el tiempo de Cristina?’, y es que ella no entiende que con ella sentí dignidad por primera vez en mi vida, que si pude vivir bien, que si pude viajar, fue por ella. Por eso vine hoy acá”, dijo Leonor con su delantal blanco de maestra, mientras dejaba pasar a cientos de personas que fueron caminando desde Liniers. 

Los celulares pegados a las orejas reprodujeron las voces de los jueces, y mientras dictaban la sentencia en las calles se escuchaba: “¡Cipayos! Que renuncien ya”. Con un previo momento de celebración y confusión por la absolución por mayoría del delito de asociación ilícita, “no hay nada que festejar”, aclararon por el micrófono y de manera inmediata las caras se modificaron.

“Inocente, Cristina es inocente”, cantaban fuera de la Cámara Federal de Casación Penal. Sin embargo, las condenas fueron de seis años de prisión e inhabilitación perpetua para ejercer cargos públicos para Cristina Fernández de Kirchner; seis años de prisión para Lázaro Báez, Nelson Periotti y José López; cinco años para Juan Carlos Villafañe; cuatro años y seis meses para Raúl Pavesi; cuatro años de prisión para Mauricio Collareda y José Santibañez y tres años y seis meses de prisión para  Raúl Daruich.

“No voy a ser candidata a nada, ni a presidenta, ni a senadora, mi nombre no va a estar en ninguna boleta en 2023. Terminó el 10 de diciembre y me vuelvo a la misma casa, la misma de la que salí un 25 de mayo de 2003 para acompañar a quien fue mi compañero -declaró Cristina en el vivo- La condena real que dan es la inhabilitación perpetua a acceder a cargos públicos”. Además se refirió a Héctor Magnetto, CEO del Grupo Clarín, cuando dijo que “puede pedir a sus esbirros de la Corte Suprema que me metan presa».

Los jueces dispondrán de un período de 40 días hábiles para dar a conocer los fundamentos del veredicto.