Por Catalina Anapios
Fotografía: TELAM

Lula no la tendrá fácil con una sociedad polarizada y una coalición de gobierno heterogénea. ¿Qué se espera de su política económica, internacional y de medioambiente?

En lo que constituyó un histórico 30 de octubre, el líder del Partido de los Trabajadores (PT) Luiz Inácio Lula Da Silva y el actual jefe de Estado Jair Bolsonaro se enfrentaron en un balotaje que otorgó un 50.9% de votos para el primero, dando fin a la ilusión bolsonarista de alcanzar la reelección y consagrando al líder laborista como presidente para el período 2023-2026. ¿Qué análisis puede hacerse del escenario que se abre ante un resultado con tan poca diferencia entre los contendientes?

Puede observarse una división geográfica: en el sur, el triunfo de la derecha; en el norte, el de la izquierda. “Hay una cuestión de proximidad a la figura de Lula, nordestino, y una distancia socioeconómica entre las regiones. Bolsonaro tuvo más apoyo de la clase media y Lula de los más pobres”, explica el consultor brasileño y magíster en Administración Pública Paulo Loiola.

El analista, que también es socio fundador de la agencia de marketing político BaseLab, señala que quienes inclinaron la balanza a favor de Lula “fueron las mujeres, los negros, las personas del noreste y de bajos ingresos, sus principales fuerzas desde el inicio de la campaña”. La pareja división de los votantes, que acompañó al oficialismo con un 49.1% en las urnas, enfrenta al futuro mandatario con un Brasil altamente polarizado.

Hugo López Tanco, politólogo y magíster en Relaciones Internacionales, asegura que “el triunfo de Lula era previsible, no así que Bolsonaro obtuviera más votos que lo indicaban las encuestas”. Habla de un “espiral del silencio”, término acuñado por la alemana Noelle Neumann para referirse a aquellos discursos que son invisibilizados en la opinión pública por su impopularidad, para después revelar algo distinto en las elecciones.

El escenario internacional

Si bien en materia económica no se advierten grandes cambios o “bandazos” al estilo argentino, el escenario diplomático podría mutar. López Tanco, también exnegociador en el Grupo Mercado Común del Mercosur y redactor de los borradores de acercamiento Mercosur-UE por Argentina, recuerda que Bolsonaro realiza acuerdos con otros países según sus preferencias personales. “Lula es más previsible y panamericanista”, desarrolla. “El MERCOSUR está paralizado desde que asumió Bolsonaro, y esto se acentuó con Alberto Fernández. Macri tuvo que hacer grandes esfuerzos en su momento para que Jair entendiera la potencialidad del acuerdo con la Unión Europea”.

En este sentido, resalta que Brasil nunca estuvo tan alejado de Estados Unidos como después de la asunción de Biden, porque la relación de los países estaba sujeta a la sintonía del oficialismo con Trump. En febrero, Bolsonaro visitó a Putín en un amistoso encuentro, y a pesar de sus antagónicas ideologías con Rusia, continúa negándose a condenar la invasión contra Ucrania.

Respecto a nuestro país, sostiene López Tanco que “no es posible arriesgar respecto a inversiones cruzadas o de intercambio compensado, sobre todo considerando las trabas al turismo exterior que ha impuesto el gobierno argentino”.

La pulseada diplomática

 Esta semana, tanto Washington como Moscú felicitaron al nuevo mandatario. Gran parte de los medios europeos respaldaron también la victoria del líder del PT, y resaltaron la importancia de su compromiso contra la deforestación del Amazonas. Durante la primera mitad de 2022, el gobierno de Bolsonaro rompió un nuevo récord de deforestación eliminando casi 4000 km2 de vegetación, una superficie 19 veces mayor que toda la Ciudad de Buenos Aires.

López Tanco remarca que en materia internacional Lula tiene mucho por reconstruir. Considera que volver a poner en funcionamiento los canales tradicionales institucionales “podría beneficiar a los venezolanos hacia una transición menos traumática y equilibrar el cuidado del Amazonas”. Además, subraya como otro objetivo “controlar de forma más inteligente el crecimiento de las monstruosas organizaciones criminales que operan en la Triple Frontera”, las cuales tienen presencia creciente en el narcotráfico que afecta a la Argentina y a Rosario en particular.

Bolsonaristas reclaman la intervención militar en Brasilia tras los resultados electores.

La última oleada bolsonarista

Mientras los líderes del mundo reconocen los resultados, el Brasil de Bolsonaro está sumergido en una puja de poderes desde la noche del domingo. El actual presidente hizo sus primeras declaraciones en la tarde de ayer, pero continúa sin emitir comentarios sobre su derrota ni dar reconocimiento al partido ganador. El paro de camioneros activo desde el fin de semana continúa, al mismo tiempo que una multitud de seguidores oficialistas se reúnen en Río de Janeiro pidiendo la intervención de las Fuerzas Armadas y oponiéndose a la asunción de Lula, a quien recuerdan como “exconvicto”.

Para Lula, la creciente agitación de sus opositores supondrá gobernar bajo un Poder Ejecutivo débil, con un margen de maniobra reducido. Para sorpresa de muchos, el PT recibió el apoyo del expresidente de centroderecha Fernando Henrique Cardoso, histórico rival del partido, así como el de Henrique Meirelles, miembro del partido de derecha Unión Brasil. A pesar de la aparente coyuntura positiva a favor del nuevo ganador, López Tanco asegura que “conviene recordar que Brasil tiene cierta facilidad para los procesos de destitución”, por lo que el escenario es delicado. Si Lula desea hacer frente a la cruzada bolsonarista, deberá trabajar estratégicamente para saldar las grandes brechas que dividen al pueblo brasileño.